I NEED U

Capítulo 2

"... te amo... por favor, ¡sal conmigo!"

-¡AILEE, LA COMIDA YA ESTA LISTA!

¿¡Enserio!?  ¿Justo cuando esta en la mejor parte?

Me levanto de mi cómoda cama dejando la película en pausa, odio que me hagan esto. Pero mi estomago es primero, bajo las escaleras corriendo y me siento en la mesa. Es domingo, lo que significa día de palillos.

Una de las cosas que mis padres acordaron al casarse fue que jamas dejarían de lado su cultura, y al ser dos culturas diferentes impusieron las siguientes reglas:

1. A papá hablarle en coreano y a mamá en español.

2. Lunes, Miércoles, Viernes y Domingo se come con palillos, los demás días con tenedor y cuchillo.

3. Viajar a cada país de origen por lo menos una vez al año.

Esas son algunas de las reglas. Después de 17 años viviendo con esa rutina uno se acostumbra, además les han funcionado las reglas. 25 años de casados lo dicen todo. Cuando nos enfermamos mi madre esta dándonos té tras té y que ungüentos, cremas Etc. Es una mujer muy extrovertida y mi padre introvertido, lo que me confirma que los opuestos se atraen.

-¡Gracias por la comida! No puedo creer que mañana es su primer día de clases, que rápido se pasa el tiempo. ¿Están emocionados?-Jackson y yo nos miramos, y negamos con la cabeza. Mi madre, como siempre frunció el ceño y cambio la pregunta, ahora dirigida a mi- Ailee, es tu último año, ¿No estas emocionada?

-Tal vez un poco, aunque lo más emocionante es que ya me largo de la preparatoria -me lleve un buen bocado de kimchi a la boca, tratando de controlar el impulso de decir alguna estupidez-. Por cierto, después de comer voy a ir a la librería. ¿Necesitan algo? 

La vieja confiable, preguntar si necesita algo. Ella siempre necesita algo; comenzó a hacerme una pequeña lista y me dejo el dinero junto a ella.  Al terminar de comer, Jackson y yo competimos para ver quién lavaba los platos. Jackson perdió. 

Me puse un suéter y me dirigí a la entrada, tome mis botas y haciendo equilibrio me las puse. Abrí la puerta y note que estaba un poco nublado el cielo, así que tome una sombrilla y me encamine a la librería; me gustaba caminar, ademas la librería quedaba a unas pocas calles. Encendí un cigarrillo, inhale el tabaco y lo exhale, amaba la sensación. 

Las gotas de lluvia comenzaron a caer, aún no eran demasiadas como para usar la sombrilla así que seguí mi camino. Caminaba y pensaba en los estudiantes de intercambio que conocería mañana, no había pensado en ellos por una semana. No puedo evitar pensar en si habrá alguien guapo.... Hey no me culpen, el ver tantos doramas no ayuda ademas, ¡soy una chica, es algo normal!

-Ailee, que sorpresa, no te había visto en bastante tiempo. ¿Cómo has estado?

-Mañana empiezo mi último año.

-Ya veo, ¿Qué te trae por aquí?

Francis, mi fiel amigo Francis, el dueño de esta librería. Este tipo me ha acompañado por años, lo aprecio mucho, de verdad.

-Necesito algunas cosas antes de mañana, y mi madre me dio una lista.

Francis comienza a hacer su búsqueda por los estantes de materiales; mientras, comienzo a imaginar el día de mañana esperando que sea algo interesante. La puerta se abre y una chica entra empapada, no me había dado cuenta de que llovía. Le ofrecí mi chaqueta a lo que la chica se sorprendió un poco pero la acepto en silencio; se alejó hacia uno de los estantes sin volver la mirada.

-seguro se ha enamorado de ti- Francis estaba detrás mio con una bolsa llena de, lo que supongo, eran mis materiales.

-¿tu crees? Es linda- Francis me da un empujón y me entrega la bolsa con una cara de pocos amigos.-Estoy bromeando, ya me voy. Cuando la chica este por irse dale una sombrilla, la lluvia esta fuerte.

Francis asintió aún con la cara seria, no le gustaba que bromeara con eso... Francis es un buen amigo pero tiene la mente muy cerrada, es la única cosa que no soporto de él. Aún así somos bastante cercanos; La lluvia caía sin parar y casi no se podía ver nada, todavía me faltaban las cosas que mi madre me había pedido. La lluvia era tan intensa que me tuve que resguardar en el café de Goose, la única cafetería que quedaba en nuestro barrio y en la cual trabajaba de vez en cuando.

-Si no es por la lluvia no te miro Ailee.

-Me dueles Goose, sabes que no necesito excusas para venir. 

-Como sea, siéntate te preparare un café.

-Eres un amor, gracias.-Deje la bolsa en una de las sillas del mostrador, mire a mi alrededor en busca de alguien conocido. Solo habían unas cuantas mesas ocupadas, la mayoría eran clientes frecuentes que conocía perfectamente. Pero había una mesa que estaba ocupada por tres chicos que nunca había visto en mi vida. El barrio donde vivía no era muy grande, entonces era normal conocer a todos tus vecinos.

-son extranjeros, solo uno habla inglés. supongo que se están resguardado de la lluvia. Aquí esta tu café y un cupcake, cortesía de la casa.-Goose se inclinó en el mostrador mientras se limpiaba las manos con un trapo algo gastado y viejo. Mi mente no dudo en suponer que ellos eran los alumnos de intercambio, digo era un poco obvio que no eran de por aquí, ademas se miraban mas o menos de mi edad. 

Me mordí el labio pensando en si ir o no a hablarles, el sonido de la puerta dispersó mis pensamientos. Muchas personas comenzaron a entrar rápidamente tratando de no mojarse, entre ellos la chica a la que le había dado mi chaqueta, la lluvia había incrementado. La cafetería se había llenado en cuestión de segundos. Mi teléfono empezó a sonar, me dio un poco de vergüenza cuando la gente se me quedo viendo, aunque realmente era mi culpa por poner "I'm the best" de 2NE1 como melodía. Era mi padre, conteste la llamada bajo la mirada curiosa de Goose, le gustaba cuando hablaba en otro idioma, decía que mi voz y actitud cambiaba como "si cambiara de chip". 

Mi padre me advirtió que regresara a casa, pero la lluvia estaba demasiado fuerte; La voz de mi madre se escuchaba al fondo diciéndole a mi padre que me dejara en paz, que yo volvería al terminar la lluvia. Colgamos unos minutos más tarde y mi café estaba tibio. 

Mire a Goose y le hice un puchero a lo que él giro los ojos y cambió mi café por uno caliente, el bullicio de la gente se hacia más fuerte y parecía que la lluvia no se iba a detener.

-Ailee, ¿podrías ayudarnos un poco? Estamos un poco cortos de personal y la gente no para de llegar...

-Solo dime donde me necesitas.