Delirio

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Narrador omnisciente

La enfermera se acercó boqueando al médico.

-¿Que pasa?- preguntó él.

Cuando recuperó el aire, contestó -Es el niño, creo que está delirando-.

Los dos entraron en la habitación donde los otros dos médicos que había se fueron.
- A perdido demasiada sangre y creo que está delirando- le explicaba la enfermera.
-¿Delirando?-
-Si, está diciendo algo...-

En aquel instante Conan, comenzó a susurrar la palabra de antes.
- Ra... Ran... Ran...-
-¿Ran?- El hombre no comprendía.
- Debe ser algún conocido del niño-. Dijo ella buscando la razón -¿Qué hacemos?-.
-Traigala aquí- fue la orden del doctor.

Fin Narrador Omnisciente

POV Ran

Seguía con los ojos cerrados, hasta que una voz me hizo despertar. Cuando los abrí vi en el pasillo a una enfermera que preguntaba por mi nombre.
-¿Ran? ¿Ran? ¿Hay alguna Ran en la sala?-.

En seguida me levanté dirigiendome a ella,
-yo... Yo me llamo Ran-
Unos segundos después ella me preguntó "-¿Eres familiar de Conan Edogawa?-".
Se me encogió de nuevo el corazón,
-S... Si...-. La enfermera volvió a callarse unos segundos, después solo pronunció un " -sigueme-" y avanzó por el pasillo.

Llegamos a una habitación, de ella salió un médico que me miró fijamente "-¿Tu eres Ran?-" esta vez le contestó la enfermera.
-Ella se llama Ran Mouri y es familiar el niño-.
-¿Qué pasa?- intenté preguntar casi sin voz.
Ahora hablaba el médico mirandome a mi -El niño, Conan, parece que está delirando y pronuncia tu nombre continuamente-.
Me sorprendí al oír aquello, aunque no por mucho tiempo porque el médico me abrió la puerta y me dijo que pasará mientras ellos se quedaban fuera.


Con el corazón en un puño entre en la habitación y me acerqué lentamente.
Podía sentir su lenta respiración y su agotamiento. Toqué su mano, la aparte un momento sorprendida por lo fría que estaba y después la volví a coger bien fuerte. "-Ran...-" escuché casi ahogado saliendo de Conan. -Estoy aquí- fue la única contestación que tuve en aquel momento. Me di cuenta que con todas sus fuerzas, intento decirme otra cosa "- Ra... Ran... ¿Tú... Estas... Bien...?-".
Me sorprendí ante tal pregunta, que consiguió sacarme una lágrima de los ojos. No podía creer que el, aún estando así, me preguntará si yo estaba bien, que antepusiera su estado al mío incluso en aquel momento.
- Y...Yo estoy... Bien...- intenté decirle cómo pude.
Justo en ese momento hizo una pequeña sonrisa dejándome ver un poco de sus inmensos ojos azules que hasta ahora, habían estado cerrados.

Otra lágrima se desplazó por mis mejillas. Con la mano derecha le toque la cara, a diferencia de la mano esta ardía -tienes fiebre- susurre.
Conan había vuelto a cerrar los ojos.


La escena que me imaginaba era preciosa. Conan dormía plácidamente, tranquilo, soñando algo precioso y yo, estaba al lado suyo, como si no nos fueran a separar nunca, acariciandole suavemente la mejilla y cogiéndole de la mano, era tan bonita la escena, aunque en la realidad no fuera así, quería que aquella escena se quedara por siempre, se inmortalizara en el tiempo y que nunca se acabara, como lo deseaba.

Pero la vida es demasiado cruel y no lo permitió.
Algo comenzó a ir mal, Conan casi no respiraba, su pulso iba lento y pareció apagarse, al igual que una estrella, dejando de brillar lentamente.
-¡Conan!!- grite deseperada, sin saber que le estaba pasando.

Los dos médicos de antes y otros dos que no había visto entraron en la sala.
-Tiene que salir de la habitación- me advirtió la enfermera.
-¡No! ¡No quiero dejarlo solo!- le dije mientras me arrastraba fuera y yo no podia apartar la vista de él.

En un momento, el sonido más horripilante que podía desear se apoderó de la sala, el pitido que parecía venir de la muerte misma.
-No... No puede ser...
¡¡CONAN!!- grite todo lo que pude, sentia como me desgarraba la garganta con mi desesperación. La enfermera acabó de llevarme fuera dónde se encontraban los demás, no les dije nada, ni siquiera los mire mi mente estaba en shock y me había olvidado de respirar, mis pulmones no sabían respirar.

El horroroso pitido dejo de sonar y todos los médicos salieron de la habitación. -Lo siento...- pronunció la enfermera miandome de reojo.
¿Como que lo sentía? ¡Ella no sentía nada! No le conocía, no había vivido con él ni lo quería como yo. No lo soporté, me liberé de sus incompetentes brazos y corrí hacia la habitación.


Lo miraba fijamente, -no.. no... ¡Simplemente no puede ser!...- me decía para mis adentros. Una idea desgarradora me vino a la mente, vi la cara de Shinichi, de la persona que más amaba, me vino a la mente que él también...
Se me paró el corazón, sin las dos personas más importantes para mi... ¿Qué soy yo?¿Como puedo vivir? Y mi mente se imaginaba y los veía irse de mi vida, torturandome más...

Comencé a llorar, todo lo fuerte que pude y si mis ojos me hubieran dado para llorar más, así lo habrían hecho.

Me abracé a él, lo agarré todo lo fuerte que pude, casi intentando darle un poco de mi vida, intentando que volviera conmigo. No sabía si alguien me estaba viendo y si lo había, me daba igual, porque seguro que no era Shinichi, ni Conan y no quería estar con nadie mas que no fueran ellos.

En un momento lo solté, lo volví a mirar imaginándome una de sus amables sonrisas y apoye mis brazos en el borde de la cama, -Conan... Conan de verdad estás...- sentí como mis piernas dejaban de reaccionarme quedando de rodillas al borde de la cama sin parar de llorar, parecía que mis ojos quisieran estar siempre llorando, y nada podía pararlo, nada podría devolvermelo y por ello, no quise dejar de llorar.

Sentí una mano apoyandose en mi hombro y unas palabras tristes que entendí segundos después "-tenemos que irnos-" eran las palabras que pronunció mi padre. Yo no quería irme, quería quedarme allí con él, no quería dejarlo solo, quería que nunca me separaran de Conan; pero como ya dije antes, la vida es demasiado cruel y se lo había llevado, dejándome completamente sola.



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Aqui dejo el bote para la recolecta de ir a pegarme...

Hasta mañana no sabreís como continua, por favor que nadie se desespere.


En cada capítulo he puesto una canción, considero que son preciosas para escuchar, asi que os aconsejo que aunque no podaís ahora, escuchadlas cuando esteís aburridos o en algun momento libre.

¿Os parece dramatico o creeis que aun le falta un poco? Sabeís que me encantan vuestros comentarios (aunque sean amenazas de muerte...)

¡Mañana nos vemos con el siguiente capítulo! Que se llama "Verdad".

La persona bajo amenaza se despide.


                                                                                                                                 San, Ni, Ichi... Zero!


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