Las tres figuras como sombras

Parálisis del Sueño

Era de noche y había un frío peculiar, no era esa brisa fría que suele entrar por la ventana en ocasiones, este frío me recorría desde la nuca hasta la planta de los píes. Duré varías horas con esa sensación. La parte de detrás de mi cabeza empezó a vibrar constantemente, en ese momento abrí mis ojos, se sentía como si estuviera en un sueño, estaba todo oscuro pero aún así reconocía el lugar en donde estaba. Era mi cuarto y estaba en mi cama, acostado sin moverme y en realidad no podía moverme. Entonces entendí que había entrado en la parálisis del Sueño.
  Intento mover mis brazos, mis pies, mi cabeza, pero nada podía mover, solo podía ver y escuchar lo que estaba pasando en ese momento. Escuchaba murmullos del lado izquierdo de mi cama, no entendía que decían, hablaban muy bajo y lo que lograba escuchar lo decían en una lengua extraña. No pude aguantar más y moví mis ojos hacía el lugar donde provenían los murmullos.

En el momento en que mire, quede horrorizado, eran 3 figuras humanas sentadas alrededor de la cama de mi hermano. Estaban mirándolo y murmurando cosas que no entendía. En ese momento, no sé cómo pasó, pero pude mover mi cabeza y quede viéndolos a ellos directamente. Uno de los más alejados se percató de que estaba mirando y les hizo una seña a los demás, dejaron de murmurar y los 3 voltearon para mirarme. No sabía que hacer, no podía gritar, no podía moverme, no podía hacer nada.

Se quedaron mirando por no más de 10 segundos, y luego voltearon de nuevo y siguieron murmurando. Intente de todo para salir de aquello, pero no encontraba como... Luego de un rato de forcejeo, mirando por toda la habitación o hasta donde me permitieran mis ojos, me concentre en un punto del techo de la habitación, justo arriba de la cama de mi hermano.

Empezaron a aparecer letras en un idioma extraño, símbolos que no entendí, círculos y luego estrellas con muchas puntas, empezaron a dar vueltas y vueltas en el techo, cómo si estuvieran escritas. Las 3 figuras empezaron a murmurar más deprisa y con mayor intensidad. Sentí como el ambiente del cuarto se tornaba tenso y todo se ponía más oscuro. En ese momento, no sé como, desperté.

Con el corazón latiendo fuerte y agitado, desperté sobresaltado. No podía hablar, sentía que no podía respirar. Después de un rato para poder tranquilizarme, me acosté de nuevo. Se sentía el ambiente pesado, podía sentir que esas figuras seguían ahí, observandome.