¿Hasta dónde puedes llegar por tener a la persona que amas nuevamente en tus brazos?¿Bastará un "lo siento" para redimir tu culpa?¿Podrás tener una vida artificial solo para apreciar a la persona amada junto a ti?... Preguntas como esas se formula J...
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La lluvia cae fuertemente azotando mi puerta, la ventisca mece los árboles con una potencia inimaginable, los truenos retumban a todo lo ancho y largo del cielo y los relámpagos surcan las alturas alumbrando todo a su paso... tomo asiento en una silla vieja de madera frente a la pequeña mesa arrumbada en una esquina de ese cuarto que no es mi hogar pero si mi refugio, la electricidad se ha ido y por eso el espacio es iluminado por una vela, tomo la hoja y el lapicero, me dispongo a escribir.
Después de unos breves minutos observo la hoja en blanco, no he sido capaz de concentrarme y plasmar algo, aunque lo más correcto es decir que no sé por dónde comenzar, tengo de tanto que hablar que las palabras no encuentran el modo de organizarse, al contrario, bailan en mi cabeza burlándose de mí, de lo que he hecho, del mal que he causado a la única persona que he amado y de la forma en la que traté de compensar esa maldad, aunque sea egoísta al decir y acepar que todo fue para mi bien.
Quisiera que ustedes creyeran que lo aquí escribiré es una historia de amor, pero no, no puedo permitirme el engañarlos, porque lo que están a punto de leer es una narración de terror generada a partir de un miedo, y no de cualquier miedo, sino de aquel que es el más cruel que puede existir... el de haber perdido al ser amado para siempre y más, si fue... por culpa tuya.
Nada, no hay nada que se compare con el dolor que produce el saber que nunca más volverás a escuchar tu nombre proviniendo de su voz, tocar su piel, besarlo, estrecharlo en un abrazo, mostrarle cariño cada vez que tu estúpida personalidad te lo permitía, puesto que para esas cosas del romance nunca he dado lo suficiente, él lo sabía y aun así no le importo... salvo aquella vez... aquella vez que terminó con mi perfecta vida dejando este despojo de ser humano.
En este papel dejo el vestigio de mi historia y espero sepan entender el porqué de mi proceder...
Cuando lo conocí... no me agradó, era molesto y empalagoso, por cualquier cosa se me colgaba del brazo o del cuello, él era todo lo contrario a lo que soy, puesto que inexpresivo me queda a la perfección, por lo tanto, para una persona como yo es exasperante tener a alguien que se la pasa hablando todo el tiempo, dando brincos por aquí o por allá, sonriendo tan resplandecientemente en cualquier momento y por algo tan mínimo, así pues, si lo valoro con más detenimiento, la hiperactividad de ese ser me resultaba fuera de este mundo, nunca en mi vida había conocido a alguien con tanta energía y sobre todo que fuera capaz de expresar abiertamente lo que siente.
Lee HongBin, amigo mío desde hace más de 15 años, me presentó a Cha HakYeon en la comida que había hecho su familia ya que tanto los Cha como los Lee mantenían una estrecha relación y por el tiempo de amistad con el primer mencionado yo era considerado parte de ellos.
La pequeña conversación que entablamos HakYeon y yo no fue nada agradable, si aún recuerdo bien, terminamos peleados por un asunto pequeño que él se encargó de volverlo enorme viendo claramente que nunca tendríamos una amistad, sin embargo, después de unos días, volvimos a vernos porque entró a trabajar en la misma empresa donde yo estaba junto a mi amigo, así que el verlo sería el pan de cada día; "mi cruz" (como le había apodado) sería mi compañero, ambos nos desenvolveríamos en la misma área, por lo tanto el intercambio de palabras se llevaría a cabo.
