Las Memorias de Vanescar: Buscando la galleta perfecta

1. VIVE, AMA Y HORNEA

Hace una mañana muy fría, pero todos sabemos que a lo largo del día se va llenando de la calidez calurosa del sol. Luciane, se acaba de levantar por culpa el ruido, proveniente de la obra, situada en la esquina de su casa.

Se viste su look no simple: una chaqueta de cuero con un jersey de color marrón y sus jeans de la tienda de la amiga de su madre:Colette, una señorita de cuarenta y cuatro años, muy simpática con quien le apetezca.

 Colette Castrillon seguía manteniendo su glamour estiloso y muy vintage. Es propietaria de una casa rural a las afueras de París, heredada por su familia, los Castrillon, desde 1860. Se dice que fueron los pioneros de la moda en aquella época o tal vez solo fue un rumor.

Luciane le gusta estar en el segundo piso de su casa, porque le causa, una emoción tan mística e inexplicable, que ella misma no podía ni describir. Se acaba de graduar en la Lycée de París, pero no sabe lo que quiere estudiar, porque considera a si misma como una persona muy indecisa.

Empieza a caminar tan ligeramente como las plumas de un halcón, plenamente sin sentir su propio peso. Se dirige hacía la cocina, pero antes desciende la escalera caracol que ella tanto detesta, no por la forma sino por la baldosa tan brillante y eso es algo que no soporta.

-"¡Mamá! ¿Le podrías suplicar a papá que haga una reforma en las escaleras? No me gusta lo brillante y tu lo sabes perfectamente."

-"Luciane, ya te dije que tenemos que tener un buen tiempo para eso". Contesta con un tono repetitivo.

-"¿Para eso?" Contesta extrañada.

-"¡Sí, para eso! Espero que decidas de una vez qué estudiar, así te vas olvidando de la preocupante escalera, también me preocupa tu futuro. Sé que eres buena chica, haces tareas y cocinas todos los días para nosotros". Exagera pero sabe que es verdad.

-"¡Oh, gracias mamá! Me gusta mucho que me digas que sé cocinar". Luciane sonríe.

-"De nada, cada madre describe los buenos talentos que tienen sus hijos. Espero que te decidas, porque ya estamos en la última semana de agosto, ¡hay que inscribirse ya! para los cursos". Suspira.

Luciane, quería estudiar Medicina, pero los profesores no la orientaron adecuadamente, pasaron de ella. Desde un principio, ella quería presentarse al examen de Medicina, pero su profesor Jean, hizó todo en sus manos para que no se pudiera presentar. Jugaba con su debilidad diciéndole: "si te presentas me puedes perjudicar, a mi y a todos los maestros". Ella sigue sin entender esa frase, cada vez que piensa en ello, se derrumba y derrama unas lágrimas, pero no debilidad, sino del arrepentimiento de no usar sus propias fuerzas para presentarse, igualmente, le guste o no.

Jean, lo hacía para ser el inalcanzable, es decir sacar a los alumnos más listos que tenía, para que puedan sacar la mejor nota posible del estado, y después el se ocuparía de su mismo ser. Quería salir en los medios de comunicación, revistas o radios, todo aquello que le podía garantizar su fama.

Luciane, saca notables, pero aquel examen le podría haber ayudado a sumar sus décimas, para ser la doctora de sus sueños. Lo bueno que tiene es presentarse de nuevo, pero para el próximo año. Pero igualmente no podrá, y no por Jean, sino por su memoria, según ella las cosas que aprendía, las olvidaba.

Son las diez de la mañana, camina y medita, al ritmo de su respiración lenta, para alcanzar su conciencia plena y quiere una respuesta, por eso recurre a su doble cuántico, para que le ayude a obtener a una respuesta, sobre que cursar. Eso lo hacía cuando lograba con un estado de paz y tranquilidad total, y entonces le ayudaba a relajarse y a darse cuenta de sus señales futuras.

Sé dirige a su cafetería habitual, allí queda con Avril, su amiga de siempre.

Avril Callies, estudiará Magisterio, pero quiere lo mejor para Luciane.

-"Cian, dime ¿te has decidido sobre tu futuro?".

-"No.., ...aún no..., llevo todo el rato el dolor que me ha causado Jean. No me dan ganas de elegir, me ha destrozado mi sueño".

-"Cian, por favor, lo tienes que superar e intentar encontrar en algo más simple. No me digas que quieres quedarte solo en casa, eso te generará una rutina, en la que te vas a sentir cada vez más perdida y necesitarás un psiquiatra".

-"Es que no lo sé, me siento tan perdida, parece que tenga depresión". Luciane suspira triste.

-"Por eso te lo digo, por lo del profesional, ya sabes la frase, SOLEDAD+TIEMPO= DEPRESIÓN".

La camarera se dirige hacía ellas:

-"¿Que queréis tomar madrugadoras?". Pregunta la camarera.

-"Zumo de naranja con avellanas y cereza, y no olvides el añadirle el sirope de maíz." Avril, responde animada.Todas ríen.

-"¿Y tú Luciane?" Responde Cian.

-"Quiero unas berlinas rellenar de crema de coco." La camarera toma nota y responde.

-"¡Enseguida vuelvo chicas!"

Avril intentan retomar su tiempo perdido, para seguir entablando su conversación

-"Avril, creo que me haces falta todos los días, me animas con todos tus consejos"

-"Mira aún tenemos 19 años, nos queda un gran futuro para vivir, pero para ello hay que hacer muchas cosas, lo importante es no rendirse, si uno se rinde, vuelve estar con el principio, para ello hay que luchar y si no todavía no tienes cambios, no pasa nada y sobretodo no dudes, porque llegaran." Responde Avril.

El retorno de la camarera:

-"¡Aquí tenéis chicas, a desayunar!" Amanda responde

-"¡Gracias Amanda!".Sonríen y ambas contestan

- "Cualquier cosa, ya sabéis a quien llamar" Amanda les lanza un guiño y se va a atender a otros clientes.

Comienzan a comer tan hambrientas como si no hubiesen comido en dos días.

-"Me encantan estas berlinas rellenas de coco, he estado intentando hacer unas como estas, pero me salen mal, sobretodo la crema de coco, me sale como la salsa llena de agua". Dice Cian riendo.

-"¡Ja,ja,ja,ja,..Salsa de agua, me lo imagino perfectamente!" Responde Avril graciosa.

-"Podría añadirle un poco de tu sirope de maíz, hasta conseguir el efecto espesante." Dice Cian.

-"¡Eso es, acabas de dar una respuesta sobre tu decisión para tu futuro!". Responde Avril.

-"¡Qué dices!.¿Estas insinuando que debería cursar repostería?" Cian entra en un estado pensante.

-"¡Venga, Cian podrías ser una repostera muy famosa y hacer un bonito discurso contra todos los profesores que no orientan de forma correcta y se transmitirá en los medios, y también formar un tipo de fundación que ayuda a las personas a decidir sobre sus sueños, sin que los límites les afecten!." Argumenta Avril.

-"No lo sé....". Responde Cian.

-¡"Vive, ama y hornea! Te pega mucho esta frase." Le dice Avril sarcástica.

-"Avril, me voy a dar una vuelta, nos vemos el próximo día y me hablas de Antoine" Se despide Cian de Avril con dos besos en las mejillas.

-"Está bien, y cada vez nos queremos más." Responde Avril.

-"¡Me alegro! Hasta luego"

Luciane se va y cierra la puerta, acompañada de la elegancia del viento que emerge por las calles de París, dejando en soledad a Avril en aquella mesa de la cafetería, intentando tomar su zumo.

Para ella siempre ha sido asqueroso, pero bueno para su salud y revisa su móvil. Pero se da cuenta de:

-"¡Cian no ha pagado su cuenta. Me gustaría saber qué tipo de psicología habrá utilizado contra mi!" Dice Avril extrañada

Finalmente paga la cuenta de su amiga.