Capitulo 5

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Partimos de inmediato junto a Joy, desde el instituto a Port Ángeles y comenzamos nuestra tarde de compras. Aunque, me avergonzaba de mí mismo al escucharme decir eso, parecía una chica ansiosa que se enteró de las ofertas de último momento, pero no me quedaba de otra, debía hacerlo por Joy, al menos eso me repetía para no arrepentirme y volver, porque comprar no era lo mío. Respecto al dinero... menos mal que mis padres me daban una muy buena mesada, parecía todo un sueldo y tenía bastante ahorrado así que el gasto sería lo de menos. Nunca me había jactado de que mis padres fueran ricos pero tampoco lo desaprovechaba.

A Joy se le veía muy emocionada porque según ella nunca la había sacado a un paseo tan largo y lo estaba pasando muy bien. Y aunque para mi hermosa gatita era innecesario que le comprara ropa, pues según ella con su collar era suficiente, entendía que debía adaptarse a su nueva forma de vida y no protestaba contra eso. ¿Quién lo hubiera imaginado?, una mujer diciéndome que no le comprara ropa y yo era quien insistía en hacerlo.

- Las vueltas de la vida.... - Pensé. Pero en realidad, desde la llegada de Joy, mi vida había pasado de ser una común y corriente, a una fuera de todo pronóstico, nunca sabía que cosas podrían pasar. Más bien, nunca sabía con que cosas podría salir mi "Catwoman".

Un temblor me recorrió con solo pensar en ese apodo pues ya me imaginaba a Joy usando un traje de cuero negro, ajustado a cada curva de su perfecto cuerpo - que había conocido sin querer, por solo una fracción de segundo y aun así, no podía sacar de mi cabeza - y un látigo.

- Ya llegamos - avisé a mi gatita mientras entrabamos a la ciudad. Ella me observaba con ojos brillantes por la emoción aunque no tuviera demasiada idea de lo que sería un día de compras como humana.

- Vamos Joy - le dije cuando aparcamos frente a la plaza de Port Ángeles para desde allí desplazarnos hacia las diferentes tiendas de la que era la ciudad más grande de la península Olímpica.

Entonces bajé del auto y abrí la puerta de Joy que me esperaba sentada para evitar hacer algo indebido. Mi pequeña era tan obediente. Lo más increíble es que lo hacía todo por agradarme. Pensaba que me había ganado la lotería teniendo una mujer como ella al lado, pero entonces recordé que su admiración y obediencia eran solo porque yo era su dueño o amo, como así me decía. En su cabecita no había nada que tuviera que ver con romanticismo o esas cosas humanas. Lo entendía bien. Lo que no entendí fue el porqué de pronto eso pareció afectar en mi humor.

- ¡miaauuu! - chilló Joy emocionada a mi lado cuando yo le daba la mano y comenzábamos a caminar, lo que me hizo sonreír otra vez. Era increíble como ella afectaba mi estado de ánimo. En un solo día había pasado de la felicidad al enojo, o la tristeza, incluso ¿celos? No, no celos, pero si el deseo de protegerla de todos aquellos hombres que la habían acechado aunque fuera solo con la mirada... - esos no son celos ¿cierto? - Aunque estúpidamente me di cuenta que yo había sido uno de ellos... "no es lo mismo" me justifiqué "ella es mía de todas maneras" Y con eso me quedé más tranquilo. - Después de esos sentimientos negativos, la felicidad me recorría de nuevo y todos esos cambios de humor, solo por ella.

Luego de unos metros entramos a la primera tienda. Una chica se nos acercó rápidamente.

- Buenas tardes y bienvenidos. ¿Puedo ayudarles en algo?

- Buenas tardes, gracias y sí, puede ayudarnos. - le contesté rápidamente.

- Usted dígame lo que necesita, yo lo buscaré. ¿Tal vez un traje de gala?, ¿camisas?, ¿pantalones?

No estaba seguro, pero me pareció que la chica pasaba olímpicamente de Joy y me prestaba más atención de lo que debería para atender a un cliente. Miré de reojo a Joy y ella tenía el ceño fruncido, también se había percatado de aquello y lo demostró apretando más fuerte mi mano. Sonreí tontamente ante el hecho.

••;;♡Mi gatita♡;;•• {Freddoy} Pausado :)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora