Amor y sangre. [PAUSADA]

Cap 10

Pov. Sacha
Esto era de locos el averme esposado al vampiro de pacotilla era malo,pero ya pasadas tres horas estaba tentada a cortarme la mano....aunque mejor de la corto a Alek,si mejor a el yo quiero mucho a mi mano.
En la hora del almuerzo todo fue a peor,Troy intentó acercarse pero Alek y sus seguidores no se lo permitieron y un ambiente de tensión se creo entre ambos bandos y bueno yo? Estoy de un humor de perros por que no puedo comer a gusto sin mi mano y el maldito de Alek está de coqueto con una zorra en mis narices,no se para que tanta insistencia con migo si andará detrás de otras....
"Por que mejor no nos vamos?"
"Que más quisiera...pero como valquiria?"
"Tu sólo concentraré en un lugar"
Hice lo que me dijo y mi cuerpo se sintió frío. Cuando mire mejor a mi alrededor me encontraba en mi antigua habitación...al principio había pensado en la de Troy o mi hermano pero al final recordé la mía. Me deje caer en la cama y mire el techo.
Las luces disminuyeron y pude ver a Val frente mío.
-por que tan pensativa?-
-no lo se...sigo teniendo todo muy ...confuso,no puedo acostumbrarme a esto-
-tengo una idea de como te sientes...pero no deberías darle tantas vueltas,te acostumbrarás-ella acaricio mi cabeza y se sentó a mi lado,deje descansar mi cabeza en sus piernas.
-por que me ayudas tanto?...creí que serias más fría-
-tu padre fue un gran amigo,el no era como los otros,para el yo no era un arma...aunque no soy libre ni poseo un cuerpo real el me considero como su igual,cuando sentí su partido me deprimí pero en cuanto supe que estaría contigo prometí estar a tu lado pasara lo que pasara-
-gracias Val-
-duerme un poco,yo velare tu sueño- ella acariciaba mi cabeza y mis ojos fueron cerrandose,podía sentirme bastante tranquila,sin presiones. En un punto durante mi sueño me encontraba en un castillo bastante antiguo,cuando vi mi reflejo no era yo,una mujer de cabello negro con ojos ámbar se reflejaba vistiendo un vestido rojo,a pesar de ser tan bella sus ojos transmitían tristeza y temor ;la vi arreglarse pero el sonido de unos pasos la alarmo,podía sentir el miedo que ella tenía, la puerta de aquella sala se abrió y pude ver a un hombre de cabellera blanca quien traía en sus manos un látigo y una macabra sonrisa
-me has vuelto a desobedecer-
-no...Ankar,no he hecho nada- aquella mujer buscaba donde poder esconderse o como evitarlo,pero aquel hombre caminaba como si acechara a una presa mientras estiraba el látigo , aquella mujer termino encadenada a una pared y era azotada en todo su cuerpo,su dolor me era tan real como si yo fuese ella.
Tras una hora de azotes aquel hombre la dejo en ese lugar desangrando se,quería ayudarla pero me era imposible,pero alguien más estaba en aquella habitación, un hombre de cabellera oscura como el carbón con ropas finas salió de entré las sombras.
-pobre Valquiria, la hija de un canciller tratada como una esclava...por su propio esposo- asombrada mire mejor a la mujer,no podía ser no les encontraba parecido alguno.
-qui...quien...eres?-
-alguien que puede liberarte de esta tortura-
Las cadenas que la sujetaban desaparecieron pero ella no callo de golpe al frío suelo,lo huso tan delatada mente que no sintió dolor. Aquel hombre se acerco hasta ella y término a su altura.
-puedo ayudarte si lo deseas- un pergamino apareció frente de ella junto a una pluma negra-salí basta una firma-
-no hay tinta-
-tu sangre será tu firma- ella tomo la pluma y con su propia sangre que se encontraba en el suelo firmo aquel pergamino que desapareció en cuanto termino de firmar,un dolor aún peor que el de los látigos recorrió su cuerpo,sus huesos parecían romperse y su piel arder como si fuera quemada,un pentagrama apareció debajo de ella y aquel hombre la miraba sin mover un sólo músculo,el dolor la hizo gritar desgarradora mente cuando aquello termino las heridas estaban curadas...su piel era pálida y tersa como si nunca hubiera tenido una cortada o tomado el sol,cuando vi su rostro encontré a la Valkiria que yo conocía, si antes era hermosa ahora lo era aún más. Pero aquellos ojos ámbar eran de un color oscuro y basio.
-que me has hecho?-
-te he dado el poder para defenderte....pero ya ni eres humana-
-no puede ser-
-a partir de ahora eres un demonio,como yo...una criatura sedienta de sangre sin corazón-
-regresa me a la normalidad!!-
-lo siento eso no será posible...disfruta de tu nueva vida Valkiria- aquel hombre desapareció entre las sombras de nuevo,dejándola sola en aquella habitación, los pasos se escucharon de nuevos y la puerta de roble se abrió una vez más dejando ver al mismo hombre quien veía asombrados Valkiria.
Pero algo paso...ella se abalanzo sobre de el sacándome el corazón,su rostro era completamente diferente parcial disfrutar de aquello y aquella sonrisa era aún peor.

Desperté sobre saltada con la respiración a todo lo que daba y mi pulso hasta los cielos,el cuarto están oscuro,pero la ventana estaba abierta y y al otro lado podía ver a Valkiria.
-que fue eso?-
-el día en que deje de ser humana y me convertí en un demonio-
-quien era ese hombre-
-al principio no supe quien era?pero al pasar los años pude descubrirlo...el es el rey del mismo infierno, a quien conocen como Satanás,el diablo...etc,no soy la primera ni la única que ha terminado en este embrollo...hay mucho que venden sus almas y terminan siendo esto- 
-tu esposo...es el nombre de...mi tatara abuelo...tenía una foto de una pintura suya- la mire y ella no dijo nada su silencio fue mi respuesta
-eres mi tatara abuela- un jadeo salió de mi boca y una lágrima salió de mis ojos.
-si...poco después de que lo mate tome a tu abuelo y huí con el a otro pueblo,aunque mi nueva naturaleza exigía sangre,deje a tu abuelo con una buena familia,lo cuide desde las sombras pero me era imposible el estar cerca suyo cada ves más me dejaba segar por el deseo de la sangre,hasta que los cazadores me atraparon y sellaron en ese anillo que tienes-
-mi padre lo supo?-
-no...quería decirle pero...no pude tenía que me dejara por ello,tu y el son mi familia mi sangre-
-necesito procesarlo...-
-te dejare sola,si quieres hablar estaré para ti- dicho esto desapareció y me quede sola en aquellas cuatro paredes.