❛ 02 ❜

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— Lauren, deja de jugar con la comida.— la señora Jauregui dijo por lo que parecía ser la tercera vez, sin embargo la castaña de ojos verdes ignoro completamente la voz de su mamá. No había dormido bien la última noche, estaba más cansada que antes y estaba a nada de presentar exámenes, pero su enojo y distracción la ponían tan ansiosa. No solamente había perdido a Camila, probablemente perdería su último año en la facultad si ella no le echaba más ganas.

— ¡Lauren!— el grito de su madre la hizo despertar del sueño, su cabeza rápidamente se levantó mirando a su madre quien tenía su peculiar mirada furiosa sobre su hija.

— Lo siento, mamá. Es que no tengo hambre.— era la quinta vez que decía lo mismo, pero es que su apetito se había esfumado así como sus ganas de seguir estudiando y de hacer algo productivo.

— Pero llevas sin comer una semana, Michelle.— la señora Jauregui dijo, sus manos sosteniendo las de su hija quien se encontraba pálida. La señora Jauregui sabía que Lauren estaba el la etapa de tristeza al enterarse de que Camila y ella habían terminado, sin embargo el que su hija no quisiera comer comenzaba a ponerle los vellos de punta, lo que menos quería era que su hija no solamente tuviera el corazón roto.

— No es nada, mamá. Creo que algo me hizo mal, ¿me puedo ir a mi habitación?— la matriarca de los Jauregui se lo piensa, le llevaría algo de comer más tarde y se aseguraría de que la ojiverde comiera cada pequeña migaja. Asiente antes de levantarse junto con Lauren quien inmediatamente se refugia en los brazos de su madre.

— Ve, descansa.

Lauren sonríe ligeramente antes de subir a pasos apresurados a su habitación, el único lugar en el cual se encontraba segura.
Había pasado más de media hora en la que no había revisado su teléfono. Se había decidido que lo mejor era tomarse ciertos descansos de su tortura, pero la ansiedad por saber si la morena estaba en línea la estaban comiendo viva.

Su mano tienta en su mesita de noche, el teléfono con la carátula color azul tiene la pantalla apagada y Lauren ve su reflejo en el fondo negro de este. Es un desastre total desde la punta de sus pies hasta su cabello. Prende el delgado dispositivo y su corazón se aprieta en su pecho cuando se da cuenta de que Camila no está en línea.

¿Felicidad? ¿Decepción? ¿Alivio? No sabía cómo sentirse.

Había pensando que no verla en línea aliviaría su ansiedad, pero fue todo lo contrario. ¿Qué estará haciendo Camila? ¿Estará afuera? ¿Estará con sus amigos? ¿Estará estudiando? Probablemente esté... en una cita.

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