IV

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"En la madrugada del 9 de marzo de 1916, bajo un cielo de frontera, Pancho Villa decidió invadir los Estados Unidos de América. A las cuatro cuarenta y cinco, al mando de unos quinientos hombres, atacó el pequeño pueblo de Columbus y el fuerte Furlong, en Nuevo México. La incursión, la única sufrida hasta aquel momento por Estados Unidos desde la Guerra anglo-americana de 1812, abrió un capítulo histórico tan extraño como legendario en la relación entre ambos países. El asalto a Columbus no quedó sin respuesta. Mancillado el orgullo patrio, el presidente Woodrow Wilson puso en pie una expedición punitiva que llego a tener diez mil soldados. La encabezaba el general John J. Pershing, quien posteriormente comandaría a las tropas estadounidenses en la Primera Guerra Mundial. El 15 de marzo de 1916, con orden de capturar y ajusticiar a Villa, aquel ejercito irrumpió en territorio mexicano. En sus filas iban dos jóvenes e implacables oficiales llamados Dwight D. Eisenhower y George Patton. Durante 11 meses vivirían una de las aventuras más singulares de sus existencias. Villa, a quien muchos daban por muerto, reapareció cabalgando a lomos de su leyenda después de permanecer tres meses oculto en una cueva de Sierra Madre. La expedición punitiva hacia aguas. El 5 de febrero de 1917, el mismo día en que se promulga la constitución mexicana, las tropas estadounidenses salieron del país. Villa aún viviría aventuras memorables antes de caer enboscado el 20 de julio de 1923 en Parral, la misma ciudad que había expulsado a las fuerzas de Pershing. Doce balazos y un tiro de gracia le abrieron la tumba. Al morir tenía 45 años y un lugar en la historia."

(El País, sábado 16 de julio de 2016)

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