Desperté por un carraspeo en la habitación.
Abrí mis ojos y vi a la directora de pie junto a la puerta y a Nancy por detras gesticulando un perdón.
-¿Qué se supone que es esto señorita Stewarts?
Zack se removió en la cama y yo solté su mano.
Me levanté y guíe a la directora hacia afuera para no despertar a Zack, esta me miró con cara de pocos amigos.
-De verdad lo siento, a Zack lo lastimaron y en primero fuimos novios, solo quería ver como estaba. Vine y como Na... La enfermera le tuvo que aplicar un sedante para el dolor me pidió que me quedase, me senté y me quedé dormida.
La directora alzó las cejas y suspiró.
-No tengo las mejores referencias de ti Clea, pero soy una buena amiga de tu madre y te conozco desde que eras pequeña. Se el tipo de mujer que eres así que dejaré pasar esto, incluyendo la reprimenda de tu profesor de música, pese a que llegó a mi por Hunter. Ahora si, el alumno West será llevado a su habitación, puedes retirarte.
Le sonreí con entusiasmo.
-¡Gracias!- Dije y salí de allí.- Mami te amo.
Mi madre tenía muchas amistades, pero nunca imaginé que una de ellas fuera Tania Illions. Una mujer como ella y una mujer como mi madre difícilmente congeniarian.
Mi única materia los domingos era música, por lo cual tenía el resto del día libre.
Caminé sin rumbo hasta que me percaté del lugar al cual estaba yendo.
Clea debes controlarte.
Di la vuelta y me topé con Dylan y Alan cargandolo.
Levantó un mínimo de su cabeza y al verme sonrió de lado.
-Quita esa cara de horror, me he visto peor muñeca.- Dijo con sangre seca en su mentón.
Mi sonrisa se borró al instante.
-Ugh, ya eres el mismo imbécil de antes.
Me abrí paso y seguí caminando.
-No, Zack, tu solo no puedes.
-Es mala idea.
-Si digo que me suelten, me sueltan.
-No es una buena idea Zack.
Sentí una mano sobre mi muñeca la cual me obligó a girar bruscamente.
-Lo que dije en la enfermería era cierto. Eres la mujer de mis sueños.- Dijo muy cerca de mi rostro.
El calor subió a mis mejillas, su gélido aliento golpeando mi rostro me estremecio y su proximidad erizó mi piel.
-Sabes que no p...
-Por favor Clea, solo dejame estar así unos segundos más.
Un gemido de dolor salió por sus labios y apoyó su rostro entre mi hombro y cuello. Sentía su debilidad por todo mi cuerpo y de pronto, el provocó una debilidad en mi.
No se podría especificar que era, pero había algo en él que simplemente me dejaba flaqueando y apenas era capaz de controlar mi interior.
-Ayúdenme a llevarlo a su cuarto.
-Yo puedo.- Gruñó.
-¿Quieres que me quede contigo un rato? Bien. Bajo mis términos.
Volvió a gruñir y aceptó la ayuda que los chicos le brindaban.
Caminé detrás de ellos y un paso antes de entrar en la habitación de Zack lo pensé dos veces.
Tiene una costilla rota y esta adolorido.
Tomé mi móvil y le envié un mensaje a Amber.
Clea
Zack está lastimado por mi culpa. En su habitación hasta tarde, está adolorido es inofensivo. 16:37 p.m
Guardé el móvil en el bolsillo y entré con la cabeza en alto.
Quería creer que lo conocía, que el jamás me haría daño, pero después de todo era el hijo de un experto en causarlo.
Y bien sabía que solo en un sueño podríamos ser la pareja que yo soñé que seríamos.
-Bien, ¿para qué querías que me quedase?
-Solo para verte, tu proximidad me sana.- Dijo con la media sonrisa que lo caracterizaba.
Suspiré y me senté en el suelo junto a su cama apoyando mi cabeza en mis manos.
-No se que es lo que planeas hacer Zack, ni por qué estás diciéndome todo esto, pero ya jugaste conmigo una vez, y si lo haces una vez más no te lo perdonaré.
-Clea, la última vez fuiste tú quien se alejó y si, mis métodos para recuperarte no han sido los mejores. Pero todo lo que he hecho, es todo lo que he aprendido. Es lo que soy, y diablos que por momentos yo mismo quiero golpearme, pero es lo único que me han enseñado como correcto.
-Zack...
Puso su dedo índice sobre mis labios y negó lentamente.
-Por favor, déjame terminar de decir esto. Haberte dejado ir en primer año fue lo peor que hice en mi vida, y sabes que he hecho cosas malas. Se que no he sido un santo, se que no merezco que me perdones pero si puedes al menos mantenerte cerca mío... Clea, no se si entiendas que sacas lo bueno en mi.
Tomó mi mano y por un segundo, creí en sus palabras.
-Eres asombrosa y mereces a cualquier chico, pero no se si pueda soportarlo. Cada vez que alguien se te acerca algo dentro de mí se quiebra y no soy capaz de controlarlo, porque lo cierto Clea es que jamás he dejado de quererte y todos estos años, fue mi forma de demostrarlo.
-Una forma bastante peculiar, ¿no crees?- Dije dubitativa.
-Lo se y espero que aceptes mis disculpas al respecto, pero te veo con otro y simplemente, me vuelvo loco. Se que eso es ser posesivo y que no de gusta pero cambiar cuesta, sobre todo si todos alaban lo que haces como correcto.
-Mira Zack, provocas algo en mí y aún trato de descifrar que es, si es bueno o malo, si podría lastimarme y lo cierto es que es mi último año y quiero ser libre de hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera. No me agrada ser controlada y si quieres estar cerca mío debes aceptarlo, así como tu puedes estar con tantas chicas como te plazca, yo también puedo.
Su mirada se posó en nuestras manos.
-Está bien.
-Quiero que me mires y lo digas.
Levantó su cabeza y me miró fijamente, aunque siendo honesta no sabía cuanto tiempo podría yo sostenerle la mirada.
Su mirada, tan oscura como el fondo del océano era... solo se podía definir como dañina.
Porque sus ojos azules penetraban en mi alma y, poco a poco, liberaban cada uno de mis demonios.
-Lo acepto Clea, y prometo que intentaré no perder la cabeza si te veo con otra persona.
Le sonreí y besé su frente.
-Gracias.
Observé detenidamente su habitación, el lado interior de la puerta estaba salpicado con pintura oscura, al igual que sus paredes. Había algunos cuadros y fotografías, pero ninguna era de él. No había nada en aquel lugar que me reflejara quien era y que sentía.
Quería creer que lo conocía, que al haber sido su novia, había llegado a conocer un mínimo de Zachary, pero la realidad era todo lo contrario. No sabía nada acerca de él y lo poco que creía saber podría ser una mentira.
Acarició mi mejilla y sonrió con sus ojos entrecerrados.
-Aunque quiera saberlo, nunca sabré qué pasa por tu mente, ¿eh? Eres un enigma Clea Stewarts.
Tú dímelo Zachary West, creía conocerte y resulta que eres un compelto extraño.
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Juegos De Playgirls.
De Todo-Nos tratan como objetos descartables diariamente, nos creen tontas, ingenuas, frágiles... Si piensan que ellos son los únicos que pueden usar a la gente aquí, demostremosles que no. -¿Cómo? -Seamos Playgirls. -¿Y eso? -Nuestro nuevo juego. TODOS...