Su mente contaba los segundos que miraba fijamente los labios de su amigos, debería de sentirse húmedos por la lagrimas y seguro estaban con algo de moco (eso no le importaba), también tenían cierto color rojo o rosado como si hubiera usado algún tipo de humectante.
Esos finos labios se veían muy bien debajo de la luz del atardecer.
- Sho – estaba tomando valor.
- Creo que el sol se ve muy bonito. –
Amar y ser amado o amar y ser odiado.
- Sho, que, ¿Qué pasaría si yo fuera quien se confiese y tu serias el que reciba la persona a quien le hago la confesión? – pregunto rápidamente sin dejar que su voz temblara.
- Mh... no pasaría nada, somos amigos y claro que no te dañaría solo no creo que seriamos la mejor pareja, ni siquiera piensan en que somos amigos aparte ambos somos hombres – algo se rompió dentro del rubio – Seguro lo preguntas por todo el tema, ¿no?
- No, no era por eso, solamente quería saber cuál sería tu respuesta -.
- ¿Lo dices enserio?
El mayor asintió.
- Bueno, no creo que pueda corresponderte ahora, yo quizás, quizás en unos meses podríamos ser "algo", ya sabes... algo mas que amigos o competidores . Yo no tengo conciencia de cuánto tiempo le llevaría, pero si tú en algún momento dejas de gustar de mí, lo entenderé y yo...-
No quería escucharlo más, solo lo quería besar y eso hizo, lo había besado como tanto había anhelado y este no parecía alejarse, le estaba correspondiendo el beso tan suave como un poco de pastel.
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Volvía a soñar con lo mismo;
Shoyo siendo rechazado por la persona que gustaba y el consolándolo hasta el final donde se daban un tierno beso correspondido.
Necesitaba llamarlo.
Primer timbre, segundo, hasta finalmente el tercero contesto:
- Oh, Kenma ¿Qué tal? – se mantuvo en silencio para oír aquella voz, esa maldita voz que tanto amaba - ¿Estas ahí? No puedo irte, Dios, espero que Natsu no haya averiado mi teléfono.
- Yo tengo algo que decirte.- habló
- Te oigo, Kenma. –
- Te amo, te amo mucho y no tienes idea de cuanto duele, he estado confesándome desde meses atrás y se que tú lo sabes, pero cambias el tema tan sutilmente que cuando me daba cuenta tenía el corazón roto, quería seguir pensando que tu amistad era lo suficiente para mí, pero- el rubio había sido interrumpido por el bajito, pero lo hizo callar – Déjame continuar, Shooyou Hinata quiero que te jodas, jodete junto con lo que me haces sentir, jodete por favor.
Había colgado sin esperar respuesta, no quería saber más, no quería sentir que su corazón se rompía cada vez más y era más difícil repararlo, no quería volver a sentir que sus lágrimas se volvían más saladas y empezaban a caer aún más.
- Fuck you, Shouyou.
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