Parte sin título 7

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MiniVerso 151
El querer a alguien siempre me ha salido como el culo,
fue llegar tu y enseñarme a querer, cambiando esa mierda de pasado por el mejor de los futuros.

MiniVerso 152
Me gusta la sonrisa de tus labios.

MiniVerso 153
Mi vida es perfecta, mi vida eres tú.

MiniVerso 154
Rozar tus labios con los mios,
y acabar con los cuerpos unidos.

MiniVerso 155
Traigo ese fuego llamado amor,
para descongelar tu frío corazón.

MiniVerso 156
Esas apuestas eternas de doble o nada,
donde apostábamos besos.

MiniVerso 157
De querer conocerte a querer olvidarte.

MiniVerso 158
Su felicidad va de lado a lado de su rostro
formando asi la mejor de las sonrisas.

MiniVerso 159

Mi corazón marchito necesita regarse con tus besos.

MiniVerso 160

Y esque es mirarle a los ojos y no querer mirar nada mas

MiniVerso 161

Tu nombre en cada uno de mis suspiros,

mis labios aun sintiendo tus besos,

mi piel recordando el roce de tus dedos,

mis manos anhelando tu cuerpo,

cada uno de mis latidos una razón mas 

por la cual no te olvido.

MiniVerso 162

Quiero que seas la princesa de mi cuento,

en el cual no hay dragones, enanos o lobos feroces

sino uno de los finales mas felices.

MiniVerso 163

5184000 segundos tiene un día, 

5184001 segundos que te extraño.

MiniVerso 164
Eres ese ser perfeto cual unico defecto
es no despertarme cada mañana con tus besos.

MiniVerso 165 (pizza 4 besos)
23:30 de un sabado por la noche;
estabamos cada uno en una esquina del sofá algo desaliñados con una camiseta algo grande y ropa interior,
haciendo zaping para ver cualquier tonteria que dieran
por la television. El aburrimiento era de esos donde antes de salir a cenar fuera la perza te obliga a pedir una pizza; y asi fué llamamos y pedimos una pizza con los caprichos de cada uno, yo pepperoni con champiñones y ella cuatro quesos con bolita crujientes de pollo. Recojiamos los platos sucios de la mesa que habiamos dejado del mediodia para hacer sitio a la pizza, y esque 30minutos que tardó la pizza no recogimos ni la mitad ya que ibamos a pasos de tortuga.
Llegó el pizzero;
-Serán 12'85€-Dijo con algo de prisa.
-Quedate la vuelta-Le dije, dandole tres billetes algo arrugados que habia en el bolsillo del pantalon doblado en la silla de la entrada.Del reorrido de la entrada al salón ya se me hacia la boca agua al oler el dulce aroma del pepperoni con los cuatro quesos. Ella se acomodó en el sofá con las piernas cruzadas al verme llegar con la pizza.
-Que bien huele-Dijo ella hambrienta.
(Abrí lla caja)
-Y que buena pinta-Dijo ella relamiendose.
Y sin esperar un segundo mas cogió su primera porción dejando la mozzarella fundida por el camino.

-Vaya esta riquísima, se nota que no la has hecho tu.-Dijo con una sonrisa y las mejillas llenas.

-Que graciosa.-Respondí con ironía una sonrisa en la cara mientras cogía mi porción.

-Cariño, a que me traes una Coca-Cola de la nevera?.-Dijo con la mayor simpatía del mundo para así lograr convencerme.

-Voy.-Dije, con miedo de que cuando volviera hubiera desaparecido toda la pizza.

-Anda ten.Dije al volver de la nevera.

-Gracias.-Respondió ella con su cara de niña buena.-Es que esta muy caliente.-Dijo ventilándose con la camiseta.-Anda ven, siéntate aquí.(Me senté) en lo que ella no tardo ni dos segundos en acomodar sus piernas encima de mi con una sonrisa en la cara, en lo que yo le miré a los ojos esperando a que se acabara su porción de pizza para así vengarme, (tragó el ultimo cacho) mi venganza llegó, me abalancé sobre ella haciéndole cosquillas allí donde me dejara, reía a carcajadas, adoraba esas risas dulces revienta tímpanos; mi venganza terminó, me miro enfadada por fuera pero feliz por dentro respondiendole con un ''jódete'', no tardó ni dos segundos en devolvérmela pellizcándome así el pezón al que yo respondí con un grito de niña pequeña haciendo que se meara de risa.
-Cabrona.-Le dije con mirada intimidante.

-Princesa.-Respondió acariciandome la cara con su bella sonrisa de dulce venganza.

Iba a coger mi siguiente porción de pizza cuando me dijo un:

-Perdona... Princesa!.-Riéndose aún más.

-Pues me quedo con la pizza.-Respondí.

-Que yo te quiero tonto.-Respondió haciéndome la pelota para no quedarse sin pizza.

-Anda ten.-Le dije sabiendo que no podía dejarla sin.
-Gracias.-Respondió con un beso en la mejilla, mientras se servía su siguiente porción.

-No sabes tu ni nada.-Dije con una suave sonrisa.

Eran eso de las 12:30, quedaban solo dos cachos de pizza, y yo ya lleno me acomodo en el sofá y coloco sus piernas sobre las mías.

-Ahora si eh.- Dijo ella dándose le vuelta y apoyando ahora su cabeza; al ver que no daban nada en la tele se puso poca arriba mientras le hacía un masaje en la cabeza, mirándome con esos ojos brillantes los cuales me hipnotizaban para no poder dejar de mirarlos.Se levantó sentándose así sobre mi, a lo que yo respondí cogiéndola de la cintura mientras ella me agarraba del cuello besándonos a la vez.

Note que algo en mis calzoncillos se alzó y parece que ella también se dio cuenta porque no tardo en bajar su mano; me dejé llevar; al cansar de estimularme se levantó y me quito los calzoncillos de una sola vez casi tirándome del sofá, se arrodilló y comenzó. El placer que me hacia sentir no era normal, la chupaba como dios!

No quería correrme todavía, así que le levanté la cara, sabiendo ella lo que iba a pasar se quito el tanga que llevaba puesto y se volvió a sentar sobre mi ahora penetrándola; su movimiento de caderas hizo que no pudiera más, no sé si lo que sentía tan mojado sobre mis piernas era suyo o mio, solo se que no podía parar de besarla, no ahora.

Con el culo dolorido de estar sentado en el sofá tan duro aparté las cosas de la mesa, tirando así las porciones de pizza que quedaron que poco después se iba a comer el gato.

La tumbé en la mesa abriéndole las piernas empezando a saborear sus labios durante mas de media hora; al quedarme satisfecho la cogí en brazos llevándola a la cama mientras nos besábamos de tal manera que tropezaba con todo. Llegados a la habitación la tiré contra la cama, nada mas caer ella se ponía a cuatro mientras yo cerraba la puerta sabiendo que ahí iba a arder Troya.

PEDAZOS DE UNA SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora