Especial de Navidad

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Las calles estaban inundadas de la nieve que se había acumulado a lo largo del invierno y de personas que iban apuradas de un lado a otro comprando regalos a último momento; Cascabeles y campanas guindaban de las puertas de los locales, todos decorados con estilo navideño.

Todo esto lo podía ver desde la ventana de la tienda donde me encontraba trabajando, escapando del arrasador frío que se esparcía a lo largo de toda la ciudad. A pesar de no disfrutar tanto del ambiente navideño, me tocaba trabajar en una de las tiendas más ridículamente obsesionadas con la Navidad.

Escuché el sonido de un cascabel, el cuál alertaba que alguien acababa de entrar al lugar. Era un joven de mi edad que miró alrededor y posó su vista sobre mi. Enseguida lo reconocí; era Jase Wilson, un compañero de mi antiguo instituto...

Un chico de sonrisa encantadora, mirada coqueta, popular y repleto de admiradoras. Su modestia era nula, sabía de sus encantos. Jase Wilson podía decir el peor chiste del mundo y todos a su alrededor se reirían a más no poder.

Se había robado mi corazón, y yo el suyo.

Enseguida empezó recorrer el almacén en busca de lo que iba a comprar y se acercó al mostrador con una sonrisa radiante.

-Hola, Juliette. ¿Me recuerdas?- dijo mirándome, parado delante de mi. Por supuesto que lo recordaba, ¿Cómo olvidar a alguien a quien amaba y odiaba tanto?

-No... ¿Debería?- Le dije sin prestarle atención.

-¡Sí, deberías!- dijo acercándose mucho para mi gusto.

-¿Vas a pagar algo? Hay fila.- dije secamente.

-Sí, solo esto...- respondió entregandome un muerdago. No me sorprendió que comprara eso.

Pasé el producto por la maquina registradora, la cuál emitió un pitido.

-Son cinco dólares- le respondí entregándoselo dentro de un cartucho.

-¿Pasarás la navidad aquí... trabajando?- preguntó revisando sus bolsillos, buscando el dinero.

-Sólo hasta las nueve- le respondí mientras metía su compra dentro de un cartucho con el logo del almacén.

-En ese caso, esperaré aquí hasta que salgas e iremos a una fiesta- dijo entregándome el dinero.

-¿Disculpa? ¿Quien dijo que no tengo planes para esta noche?- le dije tomando su dinero. Su mano rozó la mia por un instante. Luego puse el dinero en la caja.

-Los tienes ahora- dijo sonriendo, egocéntrico. Le entregué el cartucho junto con la factura.

-No, gracias. Prefiero ir a casa y dormir. ¡Siguiente!- dije. Él se quitó de en medio para que la joven que estaba detrás de él pudiera pagar sus productos.

Cuando termine de atenderlos volvió a acercarse.

- ¿Que?- dije fríamente.

-No me iré de aquí hasta que aceptes- dijo en un tono bastante serio.

Lo ignoré. Sabía que alguien como él no iba a desperdiciar toda la víspera de navidad esperando a una chica como yo. A lo mejor solo quería burlarse de mi, por lo que no le hice caso. Sin embargo, el reloj avanzaba, y él no mostraba señales de querer irse.

Sonó la alarma que indicaba que finalmente era la hora de la salida. Recogí mis cosas y me fuí a la parte de atrás a cambiarme el horrible uniforme que me obligaban a usar, el cuál cambiaba con todas las festividades. Durante el mes de Diciembre, tenía que utilizar un estúpido delantal de color rojo y verde con un reno gigante en la parte de delante, y para colmo un gorro rojo con un cascabel que hacía ruido cada vez que me movía.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora