Martes, 12 de Noviembre.
Qué fácil es pasar de ser alguien llamado "el héroe del pueblo", "nuestro brillante salvador" a "el cobarde más grande", "el maldito abandonador" y, esta es mi favorita, "el héroe gallina que no puede ni matar a una mosca".
Já, qué chistosos.
Me sorprende la hipocresía de la gente, la verdad. Claro, mientras sirvo para ellos todos me tratan bien (no excepcional, pero eso era lo máximo que podían dar) y son mis "amigos", y creen tener derecho para explotarme y hacerme hacer cosas, como bajar gatos de los árboles, buscar niños al colegio, arreglar los juegos de las plazas, entre otras incontables y estúpidas cosas que yo aceptaba sin rechistar.
Pero, cuando decido retirarme para tener algo de paz (que sé que la merezco después de todo lo que he hecho), practicamente me desprecian con la mirada y por poco me lanzan cuchillos y antorchas. Además de la obvia humillación a la que me sometieron.
...
Bueno, hola, gente que me lee. Como se habrán dado cuenta, hace bastante tiempo que no subo algo al blog. Sencillamente porque creí que ya no lo necesitaría más. Pero, ya que ustedes estuvieron presentes cuando tomé la importante decisión que hoy en día me trajo donde estoy (más adelante les explicaré), quise relatarles qué resultó de aquello.
Para empezar, unos días después de mi renuncia comprendí que si quería dejar mi pasado de héroe atrás, debía escapar de ese lugar maldito. Por lo que tracé un complejo y largo plan de huida. Todo parecía perfectamente calculado, nada podía resultar mal, aunque... digamos que no todo resultó como lo tenía planeado. ¡Así que tuve que recurrir a un improvisado plan B!
Ok, ok, seguramente no deben estar entendiendo absolutamente nada. Mis capacidades para narrar nunca fueron las mejores y ya estoy algo oxidado con esto de la escritura. Es que ya ha pasado tanto tiempo desde que escribo aquí...
Intentaré contarles todo desde un principio.
Mi plan "perfecto de huida" básicamente trataba de traer a algún monstruo insignificante al pueblo (tampoco soy tan malo) y que creara la distracción justa para que yo pudiera escapar. Obviamente, los ciudadanos irían a buscarme para pedir ayuda -la cual no se las hubiera dado ni loco, la situación ya estaba bastante tensa entonces - por lo que debía irme cuanto antes mientras ellos se entretenían rogando ayuda a sus queridos dioses. Luego, cuando ya estuviera bien lejos, llamaría a algún otro héroe amigo para que se deshiciera de la criatura y listo, problema resuelto.
Parecía demasiado sencillo. Como subestimé mi propio plan...
Primero, encontrar un "monstruo insignificante" y llevarlo al pueblo (no me extenderé mucho en cómo lo hice), no fue tan fácil como creí que sería. Ni siquiera se me venía a la mente qué criatura podría llevar.
Después de hacer una larga lista llena de posibilidades, me decanté por un centauro salvaje, que más o menos rondaba por la zona. Sí, cuanta originalidad, ¿no? Con tantas seres extravagantes existentes, elegí un centauro.
Resumiendo, lo llevé al pueblo, causó desastre, las personas enloquecieron, gritaron, corrieron, rezaron, etcétera, etcétera. Recuerdo que en ese entonces sentí muchísima lástima por ellos. Es decir, si pensaban que un centauro causaba caos, mejor ni les contaba todos los monstruos con los que me enfrenté en sus misiones.
Volviendo al relato: desastre por doquier. Y como todo el universo parece confabular para que nada salga como yo quiero, ya llegado mi momento de huida, me topé con, adivinen quién (redoble de tambores)... la señora Ribble. Probablemte no la conozcan, pero básicamente, es la vieja chusma del pueblo. Sí, porque todos tenemos una asi.
ESTÁS LEYENDO
Diario de un futuro ex-héroe
Short StoryFrustración, ira, molestia, determinación... todas estas y más, son emociones que uno puede transmitir al escribir. Y esta no es la excepción para un héroe que necesita un sitio donde desahogarse. "Siempre habrá un enemigo a vencer, pero cada tant...