Eno.

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Donghyuck sonreía y saltaba de tanto en tanto mientras caminaba, teniendo una melodía imaginaría en la cabeza, mientras sentía como el viento desordenaba su cabello mas de lo que él desearía. Se encontraba caminando hacía su nuevo instituto increíblemente animado; esto se debía a que, ayer supuso que por sus vestimentas y forma de ser podría llegar a ser excluido y tendría que volver a los aburridos pantalones y actitudes de bajo perfil, que estaban lejos de hacerlo sentir cómodo, pero fue todo lo contrario. A pesar de si haber llamado la atención de varias personas, no era de manera negativa, más bien todo lo contrario, incluso un grupo de chicas se le había acercado a preguntarle sobre la tienda en la que había comprado el suéter, acompañándolo a comer mientras reían de sus ocurrencias y su humor algo ofensivo. 

Pero había algo por lo que el pequeño moreno estaba aún más emocionado que por la agradable bienvenida con la que había sido recibido.

Y es que había un chico, demasiado atractivo como para ser real, que no había parado de mirarlo en todas la clases. 

Donghyuck no era tonto, sabía que lo había provocado con su simple existencia y aprovecharía aquello para jugar un rato.

Ni siquiera sabía su nombre, pero si sabia que era completamente su tipo.

Llegó sin darse cuenta divagando entre múltiples maneras de acercarse a su, posiblemente, mayor, quizás tan solo tenía que acercar y presentarse, después de todo, no podía ser tan complicado si en primer lugar había sido el quien no dejaba de mirarlo. 

En la entrada se encontraba Ten revisando su móvil mientras cruzaba las piernas y movía uno de los pies con impaciencia, Donghyuck supuso que lo estaba esperando. 

—Ten-hyung.—El nombrado subió la mirada con una gran sonrisa, parándose y abrazándolo con fuerza.

—¡Hyuckie! Lamento no haber venido ayer y que no tuvieras con quien juntarte quizás, pero me encontraba realmente enfermo.—Se excusó mientras le soltaba y le acariciaba las mejillas para luego apretarlas.—Estas tan grande, ¿Y qué con tu pelo? ¿Quién permitió que lo tiñeras?

Ten era algo así como su hermano mayor, habían crecido juntos gracias a la buena relación que sus padres mantenían, Ten con sus dos años en aquel momento, incluso tomó en sus brazos a Donghyck cuando este era a penas un recién nacido.

—Ten-hyung, por favor, solo fueron dos meses en los que no me viste, no exageres.—Quito las manos de sus mejillas rodando los ojos con fastidio.—Y mi madre, mi verdadera madre, permitió que tiñera mi pelo.

—Pues yo pienso que te ves mucho mejor castaño, tu inocencia resaltaba cuando lo llevabas así, tu madre te da demasiadas libertades.

—Pues a mi me gusta así y no necesito de tu aprobación, ni de tu permiso.—Ten, ciertamente, cuidaba de él como una madre he incluso, mucho mas que ella.

—¿Disculpa? ¿Qué dijiste chiquillo atrevido? —El moreno gritaba entre risas mientras era arrastrado por una de sus orejas.—¿Quién hizo todos los papeles para que te transfirieran? ¿Quién te va a buscar cuando estas borracho en un fiesta? ¿Quién supervisa que los pervertidos no se te acerquen y seas un niño de bien?

—¡Tu! ¡Tu! ¡Lo entiendo hyung por favor suéltame!

Un fuerte suspiro de desaprobación salio de los labios del pelinegro mientras lo miraba con el ceño fruncido.

Donghyuck se preguntó si sería capaz algún día librarse de la autoridad con la que Ten lo trataba.

Cuando vio como este erguía su espalda orgulloso al verlo obedeciendole, se respondió que aquello sería imposible. 

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2017 ⏰

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F E A R; MarkHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora