Lamento

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Spice!
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Lo que menos necesito lo quiero tener, por eso busqué las cosas que más me dañaban
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La cabeza me daba vueltas y durante unos segundos, solo podía oír el sonido de mi corazón latiendo desenfrenado. No lo pude creer, enserio Ia le envió la foto a tía Lily, había decidido destruir nuestra vida y aunque no era lo que más me importaba, no sabía siquiera el por qué.

Estaba acojonado, acojonado de verdad frente a la entristecida y adolorida mirada de tía Lily, sentada sobre la mesa frente a nosotros.

Ella era nuestra familia, pilar indispensable que nos cuidó como sus hijos, la única a la que de verdad llamábamos mamá, la persona que nos tendió su cálida mano cuando nos vimos al borde del precipicio. Si tía Lily se fuera de nuestro lado, si nos rechazara profundamente, ni Rin ni yo sabríamos hacia dónde ir, estaríamos perdidos en un pozo sin fondo.

Joder, si solo no hubiera sido tan estúpido y soñador. Aquella era la realidad, la dura realidad. ¿En qué cojones pensaba creyendo que Rin y yo podríamos tener una relación que se viera normal a ojos ajenos?

— Yo... —Hablé, reuniendo toda la fuerza y valor que pude, intentando sostener mi voz para que no quebrara—. Es culpa mía. —Pronuncié, tragando duro, reteniendo las lágrimas que ya nublaban mi vista. Sentí la mirada de Rin, sorprendida, confundida y aterrada, en mí—. Rin no... no tiene nada que ver en esto. Yo la obligué a besarme. Soy yo quién la ha corrompido, soy yo quién está enamorado de ella hasta los huesos, soy yo quién es el jodido enfermo incestuoso. —Confesé como si fuera un crimen; aunque quizás sí lo fuera y yo había matado la libertad de Rin.

— ¿Qué...? —La oí murmurar, perpleja. Volteé mi mirada hacia ella, observando su mueca de incredulidad y sus ojos a punto de romper en llanto.

Por favor, Rin, hazme caso, déjame cargar con todo, ayúdame a salvarte.

— Si alguien merece un castigo —volví a hablar, retornando mi mirada hacia tía Lily quién pareció más confundida que mi propia hermana— ese soy yo.

Si esa noche solo no la hubiera besado ahí en ese puto momento, si de verdad no hubiera sido tan gilipollas como para haber descargado mi rabia en la bastarda de Ia, si... si desde el principio hubiera reprimido mis sentimientos por Rin, si de verdad me hubiera esforzado más en ocultarlos e incluso borrarlos para siempre, no la hubiera arrastrado a ella a ese desastre

— ¿¡Por qué mierda estás mintiendo?! —Chilló con rabia Rin, sobresaltándonos a ambos antes de alzarse del sofá. Su ceño estaba fruncido y las lágrimas descendían por sus mejillas sin control, desgarrándome por dentro—. ¡Tú no tienes la culpa, estúpido! ¡Ni me obligaste a besarme ni me corrompiste, te besé por mi propia voluntad, porque me gusta hacerlo! —Su voz temblaba mas sus palabras brotaban con una firmeza espectacular—. ¿¡Por qué debes disculparte?! ¡Es imposible controlar lo que sientes! —Miró a nuestra sorprendida tía antes de sorber por la nariz—. ¡Sé que somos hermanos, mellizos, y esto es una maldita aberración! ¿¡Cre-crees que nos estamos tomando esto a la ligera?! ¡Hemos sufrido un jodido infierno y nos los hemos cuestionado un montón de veces! —Se detuvo para intentar controlar su respiración antes de seguir—. Yo amo a Len, tía Lily. Por más que quieras alejarme de él, por más que me pidas que me olvides, va a ser prácticamente imposible. Ya pasé suficiente dolor como para ahora renunciar a lo que me...

— Es suficiente, Rin, siéntate. —Ordenó tía Lily con dureza, apoyando sus codos en sus muslos antes de dejar caer su cabeza en sus manos.

Ella negó con la cabeza.

SPICE! | RiLenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora