El adolescente Kim TaeHyung
es enviado a una de las academias
para jóvenes más prestigiosas
y de gran nivel de toda Corea del Sur.
Allí, hará amigos y enemigos,
pero no sabe lo que le espera
al terminar el laberinto.
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→ Todo lo mencionado aquí es completamente de mi autoría incluyendo las imágenes, no tomar sin permiso.
→ Presencia de escenar TaeKook (JungKook y TaeHyung, BTS); si no te gusta no lo leas.
→ En esta historia se menciona una leyenda japonesa que está algo cambiada por mi para que el relato pueda continuar como se planeó.
kill 'em with k i n d n e s s
Oscuro, frío, tenebroso, incómodo.
Esas eran algunas de las palabras que utilizaría aquel chico para definir la habitación en la que se encontraba. Miraba todo con un ceño fruncido, intentando analizar la situación en la que habitaba. Así era él; calculador, indiferente, incluso impreciso en algunas ocasiones.
─Estoy triste ─dijo de la nada.
Sabía de las personas que estaban allí, observando expectante como si se tratara de un conejillo de indias. Soltó una pequeña risa por lo bajo, para luego levantar la cabeza y observar un punto fijo en medio de toda aquella oscuridad.
Él lo sabía.
Sabía que había alguien allí. Una, dos o tres personas, no lo sabía con claridad. Lo único que podía afirmar es que sentía una presencia.
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─Mi mejor amigo murió ─soltó en un susurro, incluso sabiendo que lo escucharían.
En sus labios pudieron ver como una pequeña sonrisa comenzaba a formarse, para luego pasar a ser algo similar a una mueca divertida. Prosiguió con su escena y empezó a reír sin una razón en particular.
─Ustedes lo mataron.
[ . . . ]
Kim TaeHyung.
Un joven de dieciséis años con un futuro brillante y asegurado, o eso según sus profesores. Él era de esas personas que si lo pedían lo podía tener en menos de lo que canta un gallo, sus cuidadores lo amaban y lo van a amar por la eternidad.
A pesar de esto, toda su inteligencia no sirvió una gran parte de su vida. En la escuela los demás niños, cuando era pequeño, solían molestarlo por sus buenas calificaciones o por el simple hecho de que le agradaba a los maestros. Sus padres estaban orgullosos de su hijo, ya que decían que él iba a continuar con la buena herencia de los caracteres familiares de la dinastía Kim.
