Capítulo XXII "Confusión"

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La tensión era evidente en la sala. Para Aluminia, todo en aquel momento se desvaneció. Todo lo que se encontraba a su alrededor, carecía de importancia, puesto que su mente estaba nublada. Sus emociones la invadieron poco a poco, tenía ganas de salir corriendo, dejar todo atrás, no pensar en que había gente que la estaba mirando alrededor de ella.
Pasten intento suavizar la situación, pero era prácticamente imposible.
- Aluminia yo... Por favor, no quiero que pienses que...- Pasten se interrumpió. Aluminia fue a sentarse.-
  Los invitados empezaron a aplaudir. Esper, apoyado en la repisa de la chimenea, escrutaba con la mirada a los 2. Él, al contrario de los demás, se percató de que algo pasó ahí.
   Álvaro entró con una bandeja y copas de vino. Sirvió a los invitados, y, paso seguido, se retiró al cuarto de empleados.
Aluminia se levantó de su asiento, atravesó la sala y se robó la atención de los que observaban la danza de María.
   Diatomea, más inteligente, volcó un poco de vino sobre su vestido salmón, y salió con la excusa de que se tenía que ir a cambiar. Salió por el lateral derecho de la mansión, atravesando todo el jardín y rodeando toda la casa. 

Aluminia caminaba a paso apresurado por el pasillo de la casa. No podía creerlo, era insólito. Se llevó un susto cuando, de una de las ventanas emergió Diatomea, despeinada por la brisa del Sur.
-Oh! Necesitaba hablar contigo...-
-Lo se, tu baile estuvo fabuloso-
-No es eso, sigueme hasta mi habitación, podemos hablar mejor.
Las 2 subieron, sin hacer el mínimo ruido. Una vez cerrada la puerta, Diatomea comenzó a interrogar.
-Cuéntame, ¿Por que te fuiste así, sin decir nada?-
-Ugh! No puedo más, no puedo más- Aluminia rompió a llorar.- No puedo, no puedo, odio este lugar. Odio tener que verlos, odio tener sentimientos!-
Diatomea le dio una bofetada a Aluminia, que la dejó en el suelo, sin poder emitir palabra.
-¡Recuerda quien Eres!¡Recuerda por todo lo que tuviste que pasar! Eres fuerte, no puedes sentirte afectada así por una persona que, tarde o temprano, se va a ir de tu vida.-
    Aluminia siguió sollozando por unos minutos. Diatomea no pudo soportar tanta cursileria al mismo tiempo.
    Parte 2
El evento había llegado a su fin. Todos empezaron a retirarse. La policía seguía investigando, pero todavía no habían avances sobre el caso, lo cual molestaba mucho a los residentes, pues se desviaba la correspondencia y todos los asuntos legales.
  00:24 am
Britney dormía plácidamente. Esper, en cambio, observaba el jardín bajo la luz de la luna.

Aluminia se había vuelto a duchar. Estaba en bata, con el pelo mojado y se balanceaba sobre cama. Su mirada estaba fija en la nada, y sus recuerdos la invadían.

Pasten y María estaban viendo televisión. Hablaban sobre temas relevantes... Al menos para ella. Pero todos sabemos sobre quien estaba puesta la atención de Pasten...

Diatomea estaba en la biblioteca. Tenía grandes ojeras y el cabello revuelto. Reflexionaba... Tenía una cita, una cita a escondidas... Por fin cara a cara con su sospechoso número uno. Observó como el picaporte vacilaba. Esbozo una sonrisa... Oh! Ya había llegado...

Parte 3
Aluminia no podía conciliar el sueño. Sus ojos habían llorado demasiado. Ya no sentía... Ya no había nada que la detuviera. Era una cínica.
     Se levantó y se dirigió hacia la puerta de la habitación de Esper. Tocó despacio, y, después de unos segundos recibió respuesta.
-¿Que haces aquí?- Esper tenía la voz ronca.
-Necesito que hablemos, no aguanto más.-
-Se que no es el momento, pero necesito que me digas que hiciste con el arma, de donde la sacaste.-
-Oh... De eso es de lo que quieres hablar... Pues bien. Encontré el arma tirada en el suelo. Pensé en devolverla, pero te vi a ti. Mi prioridad fue hablarte.-
-Entiendo, pero, lo que no entiendo fue... ¿Como es que aún no la han encontrado?-
-No lo sé, Esper... Supongo que el verdadero autor del crimen la tomó.-
-¿Te das cuenta de los problemas que nos puede causar esto?- Aluminia sonrió.
-Ya no me importa nada...-
-No me gusta verte cerca de Pasten.-
Esper cambio rotundamente de tema. No le gustaba hacerla sufrir, pero este tema era inevitable.
-¡¿Que?! Por dios, que hipócrita eres... Me lo dices refregandome en la cara tu compromiso con Britney.-
- No es eso!-
-Si lo es!-
Esper intento acariciar a Aluminia, pero lo que recibió fue un empujón de parte de ésta.
-Dejame!- Aluminia corrió a lo largo del pasillo, pero se detuvo en seco. Un sonido proveniente de la planta baja captó su atención.
Bajó, y, atraída por única luz que se encontraba encendida en aquel lugar, se dirigió a la biblioteca.
Empujaba la puerta...
Todo estaba en orden... Excepto el cuerpo extendido en la alfombra. Era una muchacha de cabellera rubia. El cabello cubría todo su rostro, y sus pies estaban descalzos.
Alúminia se armó de coraje y se arrimo al cuerpo. Era diatomea, con la cara levemente azul. Era un síntoma de envenenamiento. Corrió escaleras arriba, iba a pedir auxilio. Pero, en ese momento, se topo con Natalie...
   

¿Quien diría que, horas después, era detenida y estaría a disposición de la justicia para la vista preliminar? Una mancha color café, una taza rota y un trozo de papel fueron las únicas pistas que la policía encontró.
Pero Diatomea no moría, se encontraba en la camilla de un hospital, dispuesta a recuperarse y a contar la verdad.







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