06. the kiss

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- así que... ¿quieres ir comer un helado?- dice un poco tímido, esperen ¿Qué? Charlie alias "chico malo" siendo tímido, no lo puedo creer.

-em, si claro- digo como si nada.

Empezamos a caminar hasta que llegamos a un auto, bastante bonito y clásico, lo tenía bastante bien para ser tan antiguo, era un Ford Mustang de color negro y brillante.

-wow, que lindo auto-digo con un tono sutil.

-gracias, lo conserve de mi padre, al parecer lo reemplazo por uno más nuevo y lujoso-me quedo callada y asiento.

(...)

-hemos llegado pequeña-dice con un tono tierno para ser Charlie.

-¿pequeña?- digo un poco sorprendida de lo que acaba de decir.

-estem.. digo, Mia- ok eso ha sido un poco muy extraño, pero decido pasarlo por alto- los helados quedan por aquí- dice con un poco de nerviosismo en su vos.

No digo nada y simplemente me limito a seguirlo. Después de un largo rato la tensión había desaparecido y ahora había un ambiente de risas gracias a sus chistes.

-es hora de irnos, Mia- dice

-concuerdo contigo, Charlie-digo con una sonrisa, este día no fue tan malo como creía.

Todo el rato estuve como un perrito con la cabeza afuera, respirando el grandioso aire, el clima era perfecto, y su temperatura también, de vez en cuando sorprendía a Charlie mirándome y al mismo tiempo dudando en algo, quizás solo este loca, después de un corto tiempo me encontraba a las afueras de mi casa, lista para bajar, pero una mano me detiene.

-¿no piensas despedirte?-dice con un tono de picardía, pero rápidamente ignoro eso, al ver esos ojos tan perfectos, mierda pero que ojos tan bonitos tiene.

-gracias y lo se- mierda, lo dije en voz alta.

-a-a que te-te refieres-digo tratando de parecer normal, pero en realidad sé que me veo como una bola de nervios de 1.60.

-creo que ya lo dijiste tú, Mia-se va acercando, Mia que haces, Mia, piensa, MIA.

BESALO!

Es lo único que mi subconsciente me dice, no se me ocurre nada mas que hacerlo, así que al igual que él me comienzo a acercar.

-vas a ser mía, pequeña- me paralizo al sentir su tacto y empiezo a temblar, pero intento controlarlo, esta tan cerca de mí que siento su nariz junto a la mía y su rico aliento a menta con fresa.

-n-o no-no sé de qué hablas, Charlie- trata de controlarte Mia, piensa, no te dejes llevar, así que rápidamente me separo, abro la puerta del auto y salgo de este, pero al parecer esa mano me vuelve a agarrar y yo rápidamente hago mis manos puños tratando de controlar mi nerviosismo, me hala dentro del auto de nuevo, pero como yo soy Mia y Mia no es facil, trato de separarme con todas mis fuerzas y salgo corriendo hacia la casa.

Todo el timbre mientras que escucho como Charlie se aleja, al oir que el auto ya no está cerca suelto un suspiro, parece que no hubiera respirado en mucho tiempo.

-¡donde diablos estabas metida, Mia!- grita mi padre como un loco, al parecer olvide avisarle que salía con Charlie.

Mi padre me manda a mi cuarto y yo simplemente asiento, perdida en mis pensamientos.

¿A tus pensamientos te refieres al rico de Charlie?

Cállate ya Emma.

Una vida algo locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora