Después de haber visto a Helena, Anthony despertó al siguiente día, en una casa playera, acostado en una hamaca y rodeado por vegetación.
Al salir de la pequeña casa, Anthony se encontró con una pareja de ancianos quienes, muy amablemente, le ofrecieron de comer y ropa para cambiarse.
Ya sentados en la mesa, Anthony, ansioso por respuestas, pregunto por la razón de su ayuda, a lo que temerosamente respondieron "Solo podemos decir, que una mujer nos lo pidió". Lo primero que cruzo por la mente de Anthony era que Helena tenía que ver con todo esto.
Al día siguiente, los ancianos le ofrecieron su antigua camioneta, llena de gasolina y cargada con frutas tropicales y litros de agua. Sin saberlo, estaban preparando a Anthony para el siguiente paso en ese lugar...