El jugaba en su computadora y yo solo reía. Mire la hora y debía irme o llegaría tarde al trabajo. Me levanté de prisa y en un segundo, el tomo mi mano.
D: no quiero que te vayas, el tiempo pasa demasiado rápido a tu lado..
J: lose, pero debo irme
D: espera no me has dicho tu nombre, ni yo el mío.
J: regresare esta tarde y podremos conversar lo prometo-su mano era más cálida que un día de verano, quería que jamás la separe pero debía irme-.
D:estaré esperándote
Al salir de ahí, sentí que volaba y mis mejillas pintaban un hermoso tono rojo.
La tarde paso muy lenta o quizás era mi desesperación por verlo.
Al fin era hora de salida, mientras subía arreglaba un poco mi cabello. Pensaba en que podía decir, pero al llegar me quede sin palabras. El me estaba esperando afuera del local, en una pequeña vereda en su mano sostenía una rosa.
J: Es para mi?
D: si, no sabía que flor te gustaba pero espero no haber escogido mal
J: gracias, es muy linda
D: casi como tu
J: Gracias -parecía una manzana o al menos mis mejillas quemaban más de lo normal-
D: de nada por cierto mi nombre es David y el tuyo?
J: soy Jennifer mucho gusto
Pasamos dos horas conversando sin parar. El me acompaño a casa. Pronto se hizo costumbre, las tardes en aquella vereda. Las horas volaban a su lado, siempre estábamos juntos comiendo, en la patineta o en la bici; no importaba lo que fuera siempre estábamos juntos.
Un mes después, un 12 de septiembre, un día antes de entrar a clases. Paso lo que tanto quería. El me pregunto si quería ser su enamorada? Y yo más que feliz dije gritaba de la emoción, lo abraze y al oído le dije que Si. Todo era grandioso.
Nuestro primer beso fue increíble como todos los que siguieron.
David estaba en otro colegio por lo que siempre me iba a retirar. Los lunes eran días de helado, martes de patineta, miércoles de videojuegos, jueves era un libre, viernes dia de bicicleta, sábado de películas y domingos familiares aunque con el tiempo pasábamos juntos ese día.
Cada día, cada noche, cada segundo mis pensamientos eran suyos. Celebramos cumpleaños, santos, Navidad, san Valentín, fiestas de mi ciudad. Era casi un año de estar juntos cuando el me dijo que debíamos hablar. -Odio esas palabras desde ese día-.
J: claro gordito dime
D: llamo mi papá
J: que chevere y que dijo? Cuando viene? -sus padres se habían divorciado y su padre vivía en Estados Unidos hace varios años-
D: el no viene pero quiere que yo vaya a pasar ahí las vacaciones
J: genial, pero cuanto tiempo estarás fuera? -lo dije con la mayor serenidad que pude pero la verdad quería decirle NO TE VAYAS, pero era muy egoísta de parte hacerlo-
D: un mes, estaré aquí una semana antes de iniciar clases
J: -me perdí en sus ojos y empece a llorar- lo siento pero no nos hemos alejado en todo este tiempo y me harás mucha falta. -me abrazo lo más fuerte que pudo-
D: lose, tu también me harás falta flaca bella, pero pasara rápido y te llamare todos los días te lo juro
J: esta bien amor
Disfrutamos al máximo los días que restaban. Películas, fiestas de disfraces, piscina, excursiones, shopping, atardeceres, skate y llego es dia más esperado por el.
Me despedí en la misma puerta en la que me pidió que seamos enamorados. Le desee lo mejor y le advertí que se porté bien. Y tras un largo beso dijimos hasta pronto.
No pude ir al aeropuerto ya que su vuelo salía a las 3 am y queda a una 3 horas de mi casa.
Hablamos todos los días y aunque yo pase comiendo helado con galletas para no extrañarlo tanto. Faltaban días para que regrese. Su mama y yo iríamos al aeropuerto !que emoción!.
La llamada entro a las 10am y pidió hablar con las dos. Pusimos el altavoz y dijo casi en susurros: "mi papá no quiere que regrese y no me dejara volver". Ni ella ni yo supimos que decir y empezamos a llorar.
Fue un mes horrible sin el, y ahora me decía que no podría volver; pero más horrible fue el mes que siguió, casi enloquezco de la desesperación y al final no pudimos hacer nada.
Su padre no le daba el permiso de salida del país. Su madre decidió ir allá con su otro hijo y su esposo. Seguimos hablando y comunicándonos por messenger. Con el tiempo las llamadas y mensajes disminuyeron y un día después de meses decidimos decir adiós. La distancia nos gano.
Jamás pensé que no lo volvería a ver. Pero el fue mi primer amor. El amor más puro que una niña de 12 años pudo haber tenido. El me enseño que el tiempo y la distancia mata cualquier sentimiento, y borra uno que otro recuerdo. Pero también me enseño que ante todo debo ser fuerte.
Ese fue mi adiós, lo único que conservo de él, es su collar (siempre decía que mientras lo lleve el seguiría conmigo). Me lo saque en cuarto curso tres años después y lo guarde de la misma manera como lo hice con mis sentimientos.
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Un ogro para una loca
Teen FictionEsta es mi mejor y más triste historia. Un ogro como el llego a la vida de esta loca la cual lo ama tanto que ahora escribe su historia para que jamás sea olvidadada. Dos corazones un solo latir y un adiós impulsado por el miedo y el orgullo. Mi his...