Partida de cartas.

31 1 0
                                    


Se dice que la perfección es algo inalcanzable. Al menos eso es lo que dicen los mediocres.

Tú no eres eso, tú eres mucho mejor. Eres superior.

Eres guapo y tienes un buen gusto en la moda, pareces joven incluso cuando en tan solo cuestión de años cumplirás los treinta. Esto te alarma, por ello te preocupas en cuidar tu cuerpo lo máximo posible.

Tienes éxito, fama y dinero. Has llegado a convertirte en una persona destacada de tu sector. Si la gente preguntase cuál era el mejor abogado defensor de California, no dudarían en decir tu nombre.

Te describen como el abogado defensor más calmado de occidente, lo cual te satisface profundamente, aunque obviamente no lo admites; prefieres fingir una falsa humildad, diciendo que no es para tanto cuando realmente sí lo es.

Hay cosas en tu vida que podrían ser mejorables, por supuesto - las relaciones con tu hermano pequeño no son todo lo buenas que podrían ser, las malas lenguas dicen que no usas los mejores métodos para defender a tus clientes y odias a ciertas personas más de lo que deberías.

Tampoco te preocupa demasiado. Todo eso se solucionará con el tiempo. Todos al final entenderán que eres tú el que tiene razón, que eres tú el que sabe el lugar que debería tener cada uno de ellos en esta vida.

...Algunos más rápidos que otros.

No tiendes a perder el control de ti mismo, pero esto era ir demasiado lejos. Había surgido el maravilloso hecho de que habían acusado a un famoso mago de la Troupe Gramarye. Si conseguía que contratase sus servicios, podría fácilmente obtener un veredicto de no culpable con un poco de ayuda. Su cliente saldría ileso y él sería aún más reconocido.

Lamentablemente, las cosas no salieron todo lo bien que quisieron.

Todo comenzó con una partida de póquer.

Zak Gramarye te rechazó por una estúpida partida de póquer. ¿Qué se cree ese cretino? ¿Que podía simplemente ponerte de patitas en la calle? ¿A ti, el más excelente en el campo de la abogacía?

Y no solo eso. Su insolencia podría haber parado ahí, pero no lo hizo.

Contrató a Phoenix Wright. A ese payaso que ganaba a base de faroleo y juego sucio, a esa estúpida rata inmunda, cerdo ignorante---

No. No iba a lograr salirse con la suya. No ibas a aguantar semejante humillación mientras Wright se colgaba todas las medallas.

¿El destino no te favorece? Simple. Juega a ser Dios. Haz que todo funcione.

Y para ello ideaste un plan. Uno perfecto, que no podía fallar, digno de la mente privilegiada que poseías.

Habías conseguido obtener pruebas falsas la cual otorgarías a tu enemigo con la idea de que las presentase en el juicio. Utilizarías a un tercero para realizar aquella entrega. Con respecto al pago de dicho objeto, le otorgaste una buena suma de dinero a aquel falsificador. Dinero y veneno, pues también habías pensado en no dejar testigos, incluso cuando esto significaba acabar asesinando a otras personas.

El hecho de matar a un padre y a su hija no te importa en absoluto; el padre es anciano y la pequeña, siendo una recluida social, no tendría mucho por lo que vivir.

Además de eso, convenciste a tu hermano de que ese abogaducho iba a presentar una prueba de dudoso origen. No había sido demasiado difícil teniendo en cuenta que, a pesar de todos los conflictos que habíais tenido, Klavier seguía confiando en ti.

Ambos habéis crecido juntos, has sido tanto hermano como padre pues la responsabilidad de cuidarle muchas veces ha recaído en ti. Era lo que pasaba cuando vuestros padres estaban más tiempo en el trabajo que en casa. Por muy rebelde que se hubiera vuelto el menor durante la adolescencia, el caso es que seguía existiendo cierta sumisión por su parte en la relación que ambos manteníais.

Y realizadas todas estas cosas, solo te quedaba una cosa que hacer:

Esperar.

Y en esa espera, es cuando comienzas a meditar. El hecho de imaginar cómo Wright era humillado en pleno juicio, su reputación destruida junto con sus sueños y esperanzas te provocaba un tremendo e indescriptible placer. Al rato asumes que se trata de schadenfreude y algo de sadismo, no tienes vergüenza alguna en admitirlo.

Por otro lado, temes que lo que consideras imposible acabe ocurriendo.

Temes que todo salga mal. ¿Qué pasaría si algo fallase? Tendría que encontrar una forma de arreglar semejante desastre. Aquella agradable sensación obtenida por esas crueles fantasías de destruir a tu enemigo se convierten en ansiedad. Tu pecho duele, tu cuerpo se tensa y se relaja siguiendo un extraño ritmo.

Para calmar tu nerviosismo, decides levantarte del cómodo sillón de tu hogar y coger tu violín, comenzando a tocar una hermosa melodía.

Hipnotizado por los sonidos que provenían del instrumento, te olvidas de todos los males.

Debes de ser paciente. No puedes simplemente asumir que todo saldrá mal cuando no había llegado.

Wright pagaría por lo que había hecho. Se iba a hacer justicia.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 01, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Reminiscencia.Where stories live. Discover now