15 de Septiembre

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El día fijado, yo llego con las cervezas, la Fran trae las ensaladas, Pedro el carbón y Pía se encargaría de la carne que compramos entre todos. Debo reconocer que si algún talento tiene mi amiga, es el de hacer asados. Pero cuando me dirijo a la parrilla, compruebo que esta vez alguien más la está ayudando a preparar las brasas. Un chico, al que nunca antes había visto, está junto a ella dándole consejos sobre cómo avivar el fuego.

Al acercarme a saludar, me lo presenta, nerviosa. "Gustavo" me dice tratando de evitar mi mirada, y no hace falta que me diga nada más.

¿Pero quién es este tipo y qué hace él con Pía? ¿Qué sabe sobre ella? ¿Qué sabe él de darle consejos, de protegerla, de cuidarla?

La agarro del brazo y la aparto del grupo. Le digo que necesitamos hablar a solas, que está cometiendo un error, que debió consultarme primero.

Me mira sorprendida, pero con el rostro serio, decidido. Una expresión que nunca antes le había visto. Me acusa de que a pesar de presumir verlo todo, nunca pude verla realmente.
Que ya es demasiado tarde y que la deje en paz. Luego me da la espalda y se aleja de mí volviendo al grupo y a la parrilla, junto a Gustavo.

Una presión en el pecho se apodera de mí.

Por primera vez no sé cómo reaccionar, ni qué decir.

Pero lo que más me molesta de toda esta situación, es que esto no lo vi venir.

Sin SorpresasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora