03.

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ESPECIAL HALLOWEEN.

—Esto... ¿Esta crudo?—la chica observó la carne roja sobre su plato, con una cantidad de sangre sobre ella, hizo una mueca—. Que seamos seres sobrenaturales no quiere decir que debamos vivir como animales.

Karl escuchó a Jade gruñir, y se apresuro hablar antes de que ella volviera a asustar a la chica. La rubia no estaba acostumbrada a su forma de vivir, con baño al aire libre y comida mal cocida.

—No tenemos mucho capital, sobrevivimos con lo poco que encontramos—explico—. Estamos a mitad del bosque y eso lo hace peor.

—No necesitan mucho dinero para encender una fogata y azar una carne—contraataco.

Jade no lo soportó más y rugió, mostrándole sus ojos azules y colmillos filosos, la chica permaneció en shock.

—¿Quieres carne azada? Busca leña y prende la fogata, pero callate, maldita princesa.

—¡No soy una princesa!—gruño de vuelta—. Voy a demostrarle a todos ustedes que puedo hacer esto bien.

Karl miro a Jade de mala manera cuando Perrie salió totalmente furiosa de la fortaleza, la castaña ignoro su acto y continuó devorando su carne.

—Algo puede pasarle afuera—su vio sonó demandante, enojada y Jade supo que esa chica le causaría problemas—. ¿Por qué eres tan egoísta? No podemos solo dejarla morir.

—¿Por qué no?—respondió con frustración—. Yo sobreviví cuando era mucho más joven.

La mirada que su mejor amigo le dedicó no fue la mejor, sabia que tenia razón,  pero el terror era grande, ambos se esforzaron por conseguir aquello, un lugar tranquilo donde a nadie le importará lo que eran. Perrie era una beta, tenia una manada y eso significaba que no estaba sola, que no había tenido sangre inocente sobre sus manos y que nunca sabría lo que es sentir esa culpabilidad, su manada podría ubicarla pronto y ellos no estaban preparados para un ataque, eran muy pocos a comparación de una manada verdadera, un alfa acabaría con ellos con tan solo rugir. No quería perderlo todo, tener que volver en un principio y rogar a su familia por piedad.

—Iré por ella.

.×.×.×.

La rubia frotó los dos palitos una vez más, sinceramente, nunca había intentado hacer una cosa así, pero en las películas y series funcionan, pero por alguna razón a ella no le salía bien y no presentaba señales de fuego.

No quería darse por vencida, quería demostrarle a Jade que también podía sobrevivir, por alguna razón, desde el momento que la vio algo le dijo que debería ganarse la aprobación de ella, parecía creerse la última gota del desierto y quería cambiarlo.

Un gruñido la trajo de vuelta a la realidad, un lobo la observaba hambriento, con la saliva saliendo del hocico y los ojos amarillos oro, se levanto con lentitud y empezó a retroceder tratando de no causar un movimiento que incitara al lobo a atacar. Soltó un jadeo cuando el lobo se volvió una figura humana, un chico rubio de cabello rojo y pecas, él chico iba completamente desnudo.

—Vaya que sorpresa, no creí que hubiera vida por este lado del bosque—menciono, sonrió de lado y dio un par de pasos más hacia adelante—. Agradece que reconocí tu olor, cualquier otro te hubiera devorado, ¿Cuál es tu nombre?

—Perrie—se limitó a responder.

Él chico podía oler y sentir su nerviosismo, eso le encantaba, después de todo, parecía sólo un lobo solitario, comida es comida.

—¿Y tú manada?—continuo preguntando, el corazón de Perrie latió fuertemente al responder.

—Están por aquí cerca, cazando y eso...

Omega |Jerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora