La cueva de los encantados

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En un pueblo de los antiguos tiempos, cuando las personas ordeñaban vacas y sacaban agua de los pozos, vivían dos hermanos que eran un dolor de cabeza para sus familias y para los habitantes del pueblo.

Se la pasaban arrojando semillas a los que caminaban en la acera frente a su cabaña. Hacían charcos en las esquinas para que la gente resbalara y robaban manzanas para ataviarse en las meriendas.

Durante las noches, todos los jóvenes del pueblo se agrupaban alrededor de una enorme fogata y esperaban al anciano más anciano para que contara sus historias. Ahí siempre estaban los hermanos, halándoles las trenzas a las niñas o dándoles manotazos en la nuca a los muchachos que estaban tranquilos sin molestar a nadie.

Esa noche el anciano más anciano llegó con su caminar despacio y quejándose de sus achaques por la edad. Se sentó en uno de los troncos con un suspiro haciendo que todos se quedaran en silencio y se escuchara solamente el crepitar del fuego.

– ¿Qué nos vas a contar hoy? – preguntó una de las niñas.

El anciano más anciano atizó el fuego con una ramita y se enderezó para ver a sus muchachos.

– Hoy les voy a contar sobre la cueva de los encantados – dijo con su voz rasposa.

– ¿Y qué es esa cueva? – preguntó uno de los hermanos.

– ¿Y qué son encantados? – preguntó el otro.

– Una vez estando yo joven, sentado en el mismo lugar que ustedes – señaló el tronco donde estaban sentados los hermanos – mi abuelo nos contó sobre la cueva de los encantados. Es una cueva que está en el medio del bosque y en ella viven los duendes. Dicen que las personas que han desaparecido misteriosamente son porque han entrado en esa cueva y nunca han podido salir.

– ¿Y por qué no pueden salir? ¿Por los encantados?

– ¿Los encantados son duendes?

– Si se callan, él puede contar la historia – intervino la niña de las trenzas haciendo que los hermanos la miraran con desdén.

– Los encantados son duendes que atraen a la gente que se acerca con aquellas cosas que más desean. Los atraen como un animal, para que entren por voluntad propia. Ninguna persona ha logrado salir de la cueva y ningún joven u hombre valiente se atreve a acercarse a esa cueva.

– Pff – bufó uno de los hermanos – esos son puros cuentos, mañana mismo iré a esa cueva y regresaré para que vean que es mentira.

– Yo voy contigo – dijo el otro.

Los hermanos se fueron a dormir emocionados de que al día siguiente se irían al bosque. En la fogata se quedaron el anciano más anciano y los demás muchachos.

– ¿Usted sabía que se iban a ofrecer a ir al bosque? – preguntaron.

El anciano más anciano asintió – a ver si los duendes se los llevan y nos dejan vivir en paz – masculló.

Todos rieron pensando que el anciano más anciano hablaba en broma, pero él estaba serio atizando más el fuego.

Al día siguiente los hermanos salieron con el sol. Despedidos por sus familiares y los curiosos del pueblo, que cuchicheaban entre sí.

Al llegar al centro del bosque, empezaron a buscar la cueva y sin darse cuenta siguieron por caminos separados.

El primer hermano vio a una hermosa mujer bañándose en un lago. La mujer de rizos dorados y piel color caramelo iba quitándose la ropa a medida que iba entrando al lago. El muchacho se acercó hipnotizado y la mujer salió cubriéndose el cuerpo con las manos. La siguió por un sendero y la vio atravesar una cueva. Y él, con las hormonas alborotadas corrió detrás de ella y se adentró en la cueva.

El segundo hermano escuchó gritos y se puso alerta, buscó a su hermano pero no lo encontró, por lo que corrió de regreso hasta el mismo lago. Las piedras del lago estaban manchadas de sangre y seguían hasta un sendero. El muchacho siguió el camino llamando a gritos a su hermano.

En la entrada de la cueva lo vio, tranquilo afilando un cuchillo. Éste al verlo lo saludó alegremente y se adentró en la cueva.

– ¿Para dónde vas? – le preguntó sin recibir respuesta alguna.

El segundo hermano, asustado, decidió seguirlo, siempre mirando sobre su hombro. Sin embargo, sus gritos nadie los escuchó.

***

Feliz cumpleaños amorcito y feliz día de muertos ggggg no me odies, te amo <3

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