Encuentro -perspectiva Midoriya-

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El clima iba en su contra, las gruesas gotas de la lluvia empapaban la delgada camisa que llevaba puesta y hacían temblar todo su cuerpo. A pesar del frío y dolor que sentía la felicidad lograba invadirlo, su sonrisa, aunque nostálgica, pintaba su rostro de una manera única. 

Tan sumido en sus pensamientos se encontraba que no logró ver la baldosa salida del suelo y calló sobre él. Eso lo hizo regresar. Su dolor, preocupación, desesperación. Ahora todo volvía de golpe e hicieron que sus lágrimas se mezclaran con la lluvia. 

En ese tipo de barrios a esas horas no había rastro de persona, sólo él intentando apaciguar su dolor. O eso pensó. Por ese lugar tan muerto se escucharon pasos y cuando levantó la vista logró divisar una figura borrosa por haber llorado. Se secó los ojos y pudo notar una mano extendida hacia él y unos ojos de distintos colores, que aunque estuvieran apagados de vida, mostraban preocupación por el de ojos esmeralda en el piso. 

- ¿Te encuentras bien, no te lastimaste? -su voz sonaba quebrada pero atenta hacia él-.

- S-Si... -aunque sus emociones se mezclaran una de ellas ganaba, afecto. Alguien por una vez en su vida se preocupaba por él-.

- Que bueno... -el silencio reino y la incomodidad estaba de su lado-.

Ninguno hablo en la caminata que empezaron a hacer minutos después de que el de ojos de colores decidiera hablar.

Salieron de esas calles de mala muerte y se adentraron a una cafetería a charlar un poco.

- G-Gracias por ser tan amable... Soy Midoriya Izuku -dijo el de ojos esmeralda, cabello verde, pecas en su rostro y demasiado delgado-.

- No fue nada, no podía dejarte tirado en ese tipo de lugar, soy Todoroki Shoto -y luego se presentó  el de ojos de colores al igual que sus cabellos, una cicatriz en el lado izquierdo de su cara justo encima de su ojo y una figura fina pero bien formada-.

- Un gusto Todoroki-Kun

- Igualmente Midoriya 

Y estuvieron un rato en esa cafetería conversando y comieron algo, los dos estaban hambrientos. Cuando llegó la hora de marcharse el peliverde tembló y recordó todo lo que le sucedía, al lado de Shoto su pasado se consumía.

- Midoriya ¿qué pasa? estas temblando -volvía, la tranquilidad regresaba, la voz del recién conocido era paz para el tan traumado pecoso-.

- Es que... No tengo donde volver -susurró lo último, pero el mitad-mitad lo escuchó a la perfección-.

- ... Puedes venir a mi casa hasta que consigas un lugar donde quedarte, un poco de compañía no me haría mal -eso sorprendió a Izuku pero le mostró una tenue sonrisa-.

- Eso me agradaría, pero apenas te conozco -su lado cuerdo le decía que no se confiara, pero casi toda su mente se encontraba en corto circuito-.

- Tienes razón, pero no puedes quedarte en las calles... Por lo menos déjame darte algo de dinero

- ¡N-No! -se había confiado, su lado "bueno" se precipitó en conocer al extraño que lo ayudo- p-preferiría quedarme en tu casa, gastarías menos

- ¿Seguro? Si no quieres no te obligaré -el mitad-mitad era muy considerado y agobiaba al pobre pecoso que sufrió y sufría por el recuerdo-.

- Seguro, no quiero que gastes más de lo necesario en mí 

- Si estas bien con eso no hay problema

Había dejado de llover y la luna brillaba en el cielo manchado de estrellas, los dos caminaban juntos sumidos en sus pensamientos pero sin dejar de estar atentos del otro. El peliverde se sorprendió de lo largo que era el camino hacia la casa de Shoto, seguro el chico tenía algo de que pensar bastante para haberse alejado tanto. 

Al llegar se encontró con un edificio agradable a la vista y una puerta de cristal donde vio su reflejo. Estaba demacrado. Su piel estaba demasiado pálida, sus labios violetas, sus ojos esmeralda cargaban unas grandes ojeras debajo, su cabello se notaba más revuelto de lo normal y su ropa estaba sucia y medio rota. 

Luego observo al extraño que lo ayudo. Este se encontraba mejor pero no bien. Su pelo blanco y rojo estaba un poco despeinado, sus ojos perdidos con unas pequeñas ojeras, sus labios tenían muy poco color , su piel estaba en un tono pálido pero parecía propio y su ropa estaba cuidada pero muy fina para ese clima.

El pecoso no pudo evitar pensar que estaba en verdad alegre de haber conocido a Shoto.



















Hola! si, anduve demasiado tiempo perdida sin actualizar, pero es que tuve ciertos problemas...

¿Qué les parece la nueva historia?

Es todo, nos vemos.

Chao <3   

Se mi cura -Tododeku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora