1.
“Afortunadamente, no respetamos la geometría. Somos iguales, pero no nos parecemos.”
“Hay una chica en la ventana, las lagrimas ruedan en sus mejillas"
Dicen que son 5 centímetros por segundo la velocidad a la que caen los pétalos del cerezo, comparándolo con el tiempo en que tardo en derrumbarme esos 5 centímetros por velocidad me parecen una larga carrera.
El tiempo pasa y refresco se convierte en vodka. Las bicicletas se vuelven coches. Los besos se convierten en sexo. ¿Recuerdas cuando viajar volando significaba columpiarte en el parque? ¿Cuando “protección” significaba usar casco? ¿Cuando lo peor que podías obtener de un niño eran piojos? Los hombros de papá eran el lugar más alto del mundo. Tus peores enemigos eran tus hermanos. Los problemas de velocidad eran causados por quién corría más rápido. “Guerra” era sólo un juego de cartas y la única droga que conocías era la medicina para la tos. Cuando usar una falda no te convertía en puta. El dolor más fuerte que sentías era en tus rodillas raspadas y “adiós” era sólo hasta mañana. Y no pudimos esperar a crecer.
Vivimos a toda velocidad sin disfrutar del momento, inmersos en nuestro ritmo acelerado para conseguir nuestros propósitos en la vida. Pero tengo flashes de lucidez, de gran lucidez, en los que me paro a pensar y me digo: espera, ya la tengo, ésta es mi vida, afloja el ritmo y disfrútala porque todos acabaremos bajo tierra y se habrá acabado todo.
“Hay un chico, perdió su camino buscando alguien con quien jugar".
Otra vez, otra vez en el mismo lugar con los mismos sonidos y las mismas personas. El sonido del ir y venir de las carretas, los pajarillos cantando como cada mañana. Recorriendo las mismas calles de siempre se dirigía a casa y siempre era así. De la casa a la escuela o al hospital y viceversa pero algo en ella buscaba más, siempre lo hacia. Era como gritar y que nadie la escuchara pero ella escuchara a todos los demás. _____ se dejo caer en la cama con pesadez, aquello debía ser una broma, una jodida broma, ella no quería quedarse en casa, quería salir, quería emborracharse y bailar hasta no poder mas. Simplemente quería volver a sentirse libre pero sobretodo viva.
Y esta noche sería esa, un rayo de emoción atravesó su cuerpo, por primera vez en dos años dejaría de pasar cada noche en casa con alguno de sus seis magníficos hermanos e incluso su padre.
Zoe McAlister su mejor amiga y casi hermana la saco de su universo con un chillido escandaloso, sus brazos la rodearon dejándola sin aire y posiblemente con algunos moretones.
— ¿Estas lista para esta noche nena? — Gritaba una y otra vez, estaba emocionada.
—No tengo idea de que ponerme. —Me encogí de hombros, cambiando de tema.
— ¿Crees que yo te dejaría morir sola? —Enarco una ceja. —Claro que no, por eso he traído esto. —Levanto en su mano dos bolsas. —Ahora, mueve tu trasero y dúchate, yo le hare una visita a Tyler. — Me guiño el ojo y salido picara directo a la habitación de Tyler.
Me moví lento pero seguro a la ducha, encendí la lluvia artificial a una temperatura más elevada de la que cualquier otra persona quisiera. Veinte minutos después ya estaba fuera de la ducha, me encontré con una Zoe recostada mirando una revista con una bufanda en el cuello, espera, ¿una bufanda? Eso era un misterio que debía saber.
— ¿Y esa bufanda que o que? — Interrogue.
—Como que hace frio. —Tallo sus palmas una sobre otra, solté una carcajada irónica.
—Mira que casualidad, ya muéstralo. — Esta vez, yo fui quien enarco una ceja. Llevo su mano hasta el cuello, una marca rojiza estaba presente que no dudaría que muy pronto fuera morada. —Acepto que vayas a visitar a mi hermano pero no quieras casi follartelo. —Exclame divertida y una almohada llego a mi rostro.
El resto de la tarde la pasamos entre risas, maquillaje y probando atuendos. Los gritos de los chicos impacientes se escuchaban por segunda vez en la casa. Zoe y yo terminamos de darnos una última mirada en el espejo y bajamos al primer piso.
La quijada de Tyler casi se fue hasta el suelo al ver a Zoe con esa falda circular y una top crop acompañado de un par de tacones, su metro cincuenta era considerablemente poco con el metro ochenta de mi hermano. Después venia yo, las miradas de los siete hombres de mi vida llegaron hasta mi, una sonrisa de orgullo lleno sus rostros.
Zoe había elegido un vestido en negro, la tela del vestido estaba acompañada de un color dorado en la mitad de este, simulando el ying y el yang. La parte dorada tenía un hombro y una parte de este hacia un círculo un par de centímetros debajo del inicio del cuello. Un par de tacones negros cerrados con pulsera en el tobillo y un par de tiras a medio pie. El cabello suelto y hasta la cintura como mi madre y algunos accesorios complementaban mi atuendo sin olvidar el maquillaje natural con los labios rojos que había seleccionado.
Mi padre nos había dado como un millón de indicaciones a mis hermanos y a mi, padre preocupón eran poco. El rugir del motor, la brisa fresca de la noche y la voz de Adam Levine acompañaban nuestro viaje al club Black, el mejor de la ciudad. Las miradas de sorpresa de muchas de las personas que esperaban afuera nos acompañaron a nuestro arribo al lugar, dos chicas con seis chicos extremadamente guapos e hijos de uno de los hombres mas respetados de la ciudad era una novedad, eran las misma o incluso mejores miradas que nos daban hace unos meses cuando salir de parranda era de cada ocho días.
El olor a alcohol, sudor y la excitación de un montón de chicos y chicas de nuestra edad lleno mis fosas nasales, esta era mi noche, mi noche de sentirme viva, viva aunque sea por los últimos días de vida que posiblemente me acompañaban.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola nenas, aquí el primer capítulo de la novela, espero les guste mucho y no olviden dejar sus comentarios yvotos.
ESTÁS LEYENDO
Beating Heart | Justin Bieber | -Mó.
Fanfic"Lo que sucede con los deseos del corazón es que tu corazón ni siquiera sabe lo que desea hasta que lo tiene enfrente". –Justin. Escritora: Mónica.