Una tarde fría y tranquila, que llenaba las calles de nieve de un pintoresco barrio donde muchos jóvenes caminaban con dirección a sus hogares, charlando entre amigos, chicas riendo con libros en brazos y mochilas con cuadernos en su interior.
—¡Hey! ¡Jungkook!— un apresurado joven corría como podía en dirección hacia el joven ya nombrado, que giró inmediatamente con una sonrisa sincera.
—Hola Taehyung— respondió el joven agitando su mano y con una sonrisa en el rostro, formando un gesto tierno cuando el éste cerró sus ojos tiernamente. —¿Qué son todos esos discos?— preguntó curioso luego de terminar con su saludo, tratando de indagar en la gran canasta que portaba grandes paquetes de discos, los reconocía con gran facilidad, ya que sus padres tenían un tocadiscos donde cada tarde solían poner un buen disco que acompañará la dulce comida hecha por su madre.
—Oh, el profesor Levis me obsequió su colección, dijo que ya no tenía donde escucharlos ya que su tocadiscos se había averiado, y como sabe que soy un coleccionista nato de estos ejemplares me pidió cuidarlos por él— dijo Taehyung , que comenzaba a caminar al paso de Jungkook mientras relataba el acontecimiento de esta mañana en clase. —Me preguntaba si, podía escuchar contigo uno... ¡claro! Si tú quieres y no tienes nada que hacer...— un poco tímido, desvío la mirada hacia un lateral del camino, mientras esperaba a que su acompañante respondiera y pudiera pasar un rato con él.
—¡Por supuesto! Puedes quedarte a comer, mamá preparará Asado con patatas, podríamos pedirle permiso de colocar un disco mientras cenamos— dijo Jungkook muy entusiasmado, ocasionando que sus fuerzas por llegar a casa fueran cada vez más grandes.
Llevado por la emoción, tiró de la muñeca de Taehyung levemente, haciéndole entender que apresuran el paso para llegar más pronto a casa, y eso también ánimo al joven para llevar el paso que Jungkook marcaba.
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—¡Ya estoy en casa!— un grito por parte de Jungkook se hizo escuchar en el portal de la entrada, donde cruzaban al interior ambos jóvenes estudiantes.
Se hicieron escuchar unos pasos por el pasillo, que poco a poco se fue relevando la imagen de una mujer vestida con unos vaqueros y una blusa con flores, que les dedicaba una sonrisa.
—¡Taehyung! No te esperaba por aquí, me alegra verte, te vez muy bien— dijo la mujer, que abrazaba al joven mencionado con mucho afecto y amor.
—Hola señora Jeon, lamento venir de improvisto, quería escuchar algunos discos con Jungkook y él me invitó a quedarme hasta la cena para escucharlos— dijo Taehyung, mientras sonreí abiertamente en dirección a la mujer.
—Oh, deja la formalidad, sabes que puedes decirme Lidia— dijo la mujer con una sonrisa. —Siempre eres bienvenido, Tae, me alegra saber que Jungkook te ha invitado, siempre es bueno tenerte aquí— habló la mujer, mientras saludaba a su hijo que veía la escena con una sonrisa tímida.
—Mamá, siempre eres tú la que dice que traiga a Tae, sobre todo cuando haces Asado— reprochó el hijo, mientras veía a su madre con desaprobación y diversión.
Pero de alguna forma, Taehyung sabía que en el fondo la madre no era la única que quería que él estuviera en casa cada que fuera posible, más bien era, cierto castaño nervioso que estaba a su lado.
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❅; вecaυѕe we are ѕpecιal | 역사 | {os}
Povídky⚫️ - [DERECHOS RESERVADOS, HISTORIA ORIGINAL] - Una tarde fría después del colegio, Taehyung, el mejor amigo de la infancia de Jungkook. Ambos, amantes natos de la música rock/indie. Guardan un gran secreto, que va más allá de lo que ellos creen. ¿P...