1. Un amor del destino

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Todos en la vida están destinados a otra persona, cuando lo encuentres, se conocerán, convivirán, se amaran y terminaran juntos el resto de su vida, por supuesto, puede haber problemas e inconvenientes en el camino, pero eso solamente reafirmara más el hecho de que estaban destinados el uno para el otro.

A sus 17 años Alibaba Saluja estaba completamente seguro de que el viviría algo parecido, o al menos lo esperaba, ya que, el ya había encontrado a esa persona con la que había planeado pasar toda su vida.

-Buenos días Alibaba

-¡Buenos días Sinbad! ¿Te diriges hacia tu trabajo?

-Sí, aunque yo sea el jefe eso solo implica que tengo que llegar antes que todos los demás... no es nada divertido – decía el pelimorado con una mueca de fastidio.

-Jajaja, pues aunque dices eso estoy seguro de que todos tus empleados ya están ahí.

-¿Estás seguro?

-¡Claro!, después de todo ustedes entran a las 7 de la mañana y son 7:30 en este mismo instante.

-...

-Jajajaja, solo confiesa la verdadera razón.

-Bueno, bueno, en realidad solo quería tener tiempo para verte antes del trabajo.

Aquellas palabras hicieron que el corazón del menor comenzara a latir con rapidez, igualmente un sonrojo comenzó a cubrir su rostro. Era feliz siempre que Sinbad decía esas palabras.

Pero...

-¿Sin?

Él sabía que no eran verdad.

-¡Jafar! ¡Que coincidencia! ¿También vas tarde?

-¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! ¡Eres el jefe, tú deberías estar ahí antes que nadie!

-Jajajaja, está bien, está bien, pero tú eres mi asistente, entonces creo que ambos deberíamos apresurarnos.

Un muy molesto peliblanco jalo de la oreja a Sinbad mientras corría apresurado para no llegar aún mas tarde a su trabajo.

-Jajajaja, no te enojes Jafar... ¡Adiós Alibaba!

Alibaba lo despidió agitando su mano mientras mantenía una sonrisa en su rostro, viendo como el peliblanco seguía gritando improperios contra su jefe, quien antes de ser su jefe también era su mejor amigo... y aunque se supone que nadie lo sabía... también era su pareja.

El rubio suspiro mientras retomo su camino hacia su escuela.

El sin duda estaba enamorado de Sinbad, lo había conocido desde que tenía 10 años, es un importante socio de la compañía de su padre y también buen amigo, por esa razón el ojidorado iba frecuentemente a su casa.

Cuando lo vio por primera vez, causo una gran impresión en él, era amable, apuesto y con una hermosa sonrisa. Aunque al principio no lo supiera, cuando cumplió 15 se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorado de él.

Y desde ese momento comenzó su martirio.

Sinbad tenía a Jafar, no lo conocía del todo bien, bueno... tal vez sí, pero no quería pensar en eso ahora, el sabia de la relación de ambos porque escucho una vez al mismo pelimorado hablarle de eso a su padre, parecía que le estaba pidiendo consejos sobre cómo declararse adecuadamente. Debía admitir que se sorprendió mucho cuando lo supo pero... de alguna forma tenía sentido, ellos había crecido juntos, los dos siempre habían sido amigos y aun cuando Sinbad decidió tomar el mando de su compañía siendo tan joven, el único de sus amigos que le apoyo fue Jafar.

A la espera del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora