5. Sorpresivas declaraciones

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El sonido del timbre de un celular llenaba todo el cuarto de Alibaba, sus luces estaban apagadas y él estaba en su cama, sin embargo no estaba dormido y tampoco estaba preparándose para hacerlo, simplemente estaba sentado en ella mientras sostenía en sus manos el artefacto que durante todo el día no había dejado de timbrar. Eran las 11 de la noche del viernes, y aunque ya sabía quién era la persona que le estaba hablando, no tenía ganas de contestar, sin embargo, sabía que la persona que le hablaba no se rendiría tan fácilmente.

Aun con sus ojos fijos en la pantalla, presiono el botón para contestar

-Bueno

-¡Alibaba-chan! ¡Por fin respondes! ¿Qué diablos te pasa? ¡¿Por qué no respondiste mis llamadas o algunos de mis mensajes?! ¡Al menos hubieras avisado que no vendrías el día de hoy a la escuela! Escucha, sé que has de estar emocionado por el evento de mañana, pero no es motivo para que cortes toda comunicación conmigo.

-...

-¿Alibaba-chan?

Incluso si se había tomado todo ese día para tratar de sacar toda la tristeza que sentía, el solo tratar de responderle a su amiga por alguna razón hizo que regresara nuevamente el nudo en la garganta.

No pudo evitar sollozar.

-¡Alibaba-chan! ¿Qué ocurre?

Pudo notar la preocupación de su amiga, y aunque quiso decir algo como "Estoy bien", simplemente no pudo

-Kou... Kougyoku – decía mientras las lágrimas comenzaban a escurrir por su rostro.

-¡Alibaba-chan!

Y mientras Kougyoku seguía llamándolo desesperada por el teléfono, el simplemente no podía parar de llorar.

.

.

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El hogar de Sinbad era increíblemente bello, no desmerecía a lado de la enorme mansión de los Ren, al contrario se veía muy elegante.

Todos los invitados llegaban y saludaban al anfitrión, quien se encontraba en el salón principal, con una radiante sonrisa y con Jafar a lado. Era bien sabido que Sinbad era una persona carismática y amable, por lo que todos los invitados al saludarlo, intercambiaban algún dialogo con él, felicitándole por su éxito y por sus futuros logros. Talvez no todos los invitados le tenían buenos deseos, pero al menos sabían comportarse y poner una sonrisa en su rostro.

La comida que se servía era deliciosa, y la música que se escuchaba era agradable y tranquila.

Sinbad no solamente sonreía por lo bien que estaba comenzando todo, sino porque justo cuando diera la media noche, le haría a Jafar esa proposición que ya llevaba algunos meses planeando.

Sin duda esa noche seria perfecta

...

Lamentablemente, no todos pensaban igual. En una mesa de las más lejanas al salón principal, se encontraba Alibaba Saluja, quien en esos momentos debía de sentirse alegre y contento porque su padre lo hubiese llevado a un evento tan importante (eso demostraba su confianza hacia él), o también porque Sinbad le había dicho que después de que llegaran todos los invitados (o al menos la mayoría) hablaría con él para ponerse al corriente sobre lo que habían hecho ambos en esas semanas que no se vieron. Sin embargo, nada de eso subía el ánimo del muchacho, quien sentía que su corazón se hacía cada vez más pequeño cuando veía a la pareja en el salón principal. Se sentía fatal porque sabía el gran evento que culminaría ese día.

A la espera del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora