Capítulo I - Bienvenida al "Paraíso"

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Molesta, deje todo atrás, no podía creer lo que estaba haciendo.

Aun no sabía que estudiar y me acaba de graduar del colegio. Mi mamá decidió llevarme al campo, a la hacienda de un amigo para pasar un año sabático, mientras decidía que estudiar en la universidad.

Iría a una pequeña finca donde aceptan a ayudantes, así como yo, sin rumbo alguno. Dejaba todo atrás por un año; mi familia, mis amigos, mi novio y mis mascotas.

Era ya el día de mi partida y fuimos al aeropuerto, arregañadientas. Anunciaron mi vuelo y me dispuse a abordarlo. El tiempo paso, curiosamente, volando.
Cuando aterrice recogí mis maletas y me dispuse a esperar a que vinieran por mí. Pasó una media hora y vi a un señor un tanto mayor, con un cartel que contenía mi nombre escrito en él.
Me levanté y fui hasta donde estaba él.

- Buenas tardes - salude tímidamente.
- Usted es _____? - preguntó él.
- Si, soy yo.
- Mucho gusto Srta. _____ - dijo cordialmente - Bueno, ese es su equipaje, no?
- Correcto
- Bien, creo que ya podemos irnos, sígame.

Fuimos hasta la salida del aeropuerto y llegamos hasta una pick up grande, él depositó mi equipaje en la parte trasera mientras yo me acomodaba en el puesto del copiloto.

- Así que, citadina?
- Eh, si - respondí penosa.
- Oh, Dios, se me olvido presentarme - dijo mientras echaba a andar la monster truck - Soy tu capataz, Renato.
- Un gusto, Sr. Renato.
- El gusto es mío, me dijo tu madre que aun no cumples la mayoría de edad, no?
- No, aun no, tengo 17.
- Perfecto, tenemos listo tu tutor.
- Tutor? - pregunte confundida - pensé que usted seria mi responsable.
- Solía serlo, pero ya estoy bastante viejo - admitió - tenemos solo a 1 tutor, ya que solo tenemos un polizón.
- Se refiere a mi?
- Que comes que adivinas - comentó sarcástico.
- Bueno, así que tendré un tutor?
- Si, es un gran trabajador y se merece ese cargo.
- Nos llevaremos bien? - pregunté tímida.
- Yo no estaría tan segura de eso, de ser tú.

Y así pasamos un par de horas, hablando de cómo sería todo. Cuando el Sr. Renato me avisó que habíamos llegado, estábamos frente a un portón enorme y lujoso. Las puertas se abrieron y entramos.

Me quede sorprendida con tan magnífico paisaje, simplemente hermoso. A lo lejos se divisaba una gran mansión y a sus costados un par de casas más sencillas. Establos y caballerizas por doquier, un lago con patos y gansos. Que hermoso era todo.
Seguimos avanzando y llegamos hasta las caminerías entre la gran casa y las dos pequeñas.


- Bueno, esta casa - dijo mientras se refería a la grande - Es mi casa, allí vivo con mi mujer y algunos empleados.
- Y yo... - comencé a hablar, pero me interrumpió.
- A los polizones les toca también allí, pero como yo no seré tu tutor, te toca establecerte en aquella - dijo mientras señalaba una de las casas más pequeñas.
- Okey.

Dicho esto, bajamos del automóvil y el, gentilmente, me ayudó a bajar mi equipaje. Luego que estuvo descargado por completo me advirtió algo.

- Lo siento mucho, pero, las llaves no las tengo yo.
- Quien las tiene? - pregunté un tanto asustada.
- Pues, tu tutor - admitió casi gracioso - Ahora mismo no está acá, pero debe llegar pronto. Si quieres te quedas acá, pronto llegara.
- Bueno, esta bien.

Me resigne a sentarme a esperar justo a la entrada de la casa. Saqué mi iPod y mis audífonos. Esperé mientras admiraba el paisaje. Pasaron unos 15 minutos, escuche un trote y subí la mirada.

Christopher Velez "Summer Love"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora