OS // Crossing Roads (NamJin)

CROSSING ROADS [One Shot]

El joven Namjoon se encontraba caminando por las calles de su ahora, nuevo hogar, LA.
Había decidido mudarse ahí hace apenas unos días ya que el lugar le parecía bastante agradable.
El joven iba maravillado con lo que se encontraba por las calles, todo lo que veía le fascinaba, en cada parte encontraba algo que le llamaba la atención, pues todo esto era nuevo para él. Sin duda alguna el lugar le encantaba y el haberse mudado ahí había sido una encantadora idea.
Caminaba sin rumbo por las calles ya que no tenía planes para ese día pues todos sus amigos estarían ocupados. Mientras caminaba se encontró con una especie de parque donde se encontraba un chico pelinegro que, a simple vista se veía agradable.
El chico se encontraba rebotando y encestando un balón de baloncesto en la pequeña cancha que había ahí.
Nam pensó que no tenía nada que perder y decidió acercarse al chico, así que comenzó a caminar en dirección a él.
—Hey -saludó cuando llegó a donde el chico de encontraba.
—Oh, hola -el chico dejó de hacer lo que estaba haciendo, lo miró y le sonrió gentilmente.
Era cierto, Nam tenía razón al creer que el chico era bastante agradable, no se había equivocado en eso.
Pero había otra cosa, al joven Kim el chico también le había parecido bastante lindo y un suave color rojo había invadido sus mejillas, el pelinegro lo notó y en él también se podía notar el sonrojo, pues a él también Namjoon le había parecido lindo.
—¿Es divertido estar encestando solo? -preguntó de manera divertida Namjoon.
—Sí...bueno, la verdad es que estoy aburrido y llevo rato así -el chico soltó una pequeña risa.
Cuando Namjoon escuchó su risa quedó aún más encantado, tenía una risa tan peculiar pero contagiosa que, de sólo escucharla provocaba una felicidad inmensa en ti o al menos eso pensó él.
—Creo que soy bueno en esto -tomó el balón que el chico tenía en las manos y lo tiro hacia la canasta, error, el balón ni siquiera estuve cerca de tocarla —O tal vez no -mostró una sonrisa donde se podían apreciar unos lindos hoyuelos, cosa que al chico pelinegro le gustó.
—Ya lo veo -rió el joven —Déjame mostrarte cómo se hace esto -le guiñó un ojo a Nam, cosa que lo hizo enrojecer un poco nuevamente.
El joven tiró el balón hacia la canasta y ésta, nuevamente no entró en ella, los jóvenes rieron al ver sus ambos intentos fallidos.
—Oh, lo había olvidado, no me presenté, soy Namjoon, dime Nam -extendió su mano al chico dándole una cálida sonrisa.
El chico tomó su mano y éstas al hacer contacto hizo que el pelinegro sintiera una “pequeña corriente”, pero no sólo el la sintió, sino que Namjoon también la había sentido.
—Soy Seokjin, sólo Jin -le devolvió la sonrisa.
Esa sonrisa había hecho sentir a Namjoon como nunca antes.
Los chicos siguieron jugando durante un rato más y después de unas horas decidieron sentarse sobre el pasto que se encontraba cerca de la pequeña cancha.
Conversaron un poco y a medida que se iban conociendo Nam se daba cuenta de la increíble persona que Seokjin es, pero no sólo él notaba eso, sino que Jin también notaba la maravillosa persona que Namjoon era.
La noche cayó y oscurecía más, ambos jóvenes tenían que regresar a casa.
—Lamento decirlo, pero tengo que ir a casa -Seokjin se levantó del pasto y se sacudió un poco con las manos.
—Lo sé, yo también -Namjoon se levantó.
—En verdad estoy a gusto platicando contigo, eres agradable -sonrió Jin.
—Gracias, tú también eres agradable y lindo -Jin se sonrojó un poco al escuchar esto último.
—Gracias Nam.
—Es tarde y está oscureciendo, debemos irnos, me encantó conocerte, Jin -el joven mostró una sonrisa sincera.
—A mí también me encantó conocerte  Nam, espero volver a encontrarnos nuevamente.
—Espero lo mismo.
Ambos chicos se sonrieron y tomaron caminos diferentes para dirigirse a sus hogares, deseosos de poderse encontrar una vez más.