Cuando creía entender

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Me dolió mucho tener que haberle dicho adiós, pero se lo merecía, la verdad hasta ese momento no supe a qué se debió ese cambio tan repentino, pero ahora creo que yo me lo merecía. Una semana después de que se marchó, caí en una fuerte depresión, y todos mis compañeros lo notaron, el primero que quiso ayudarme fue Javier, el cual en primer lugar, intentó entrar a mi casa para evitar que siguiera bebiendo, pero no podía y por más que pensaba en la promesa que le hice a Ángel, de no volver a beber, no pude contenerme. Esa promesa de no volver a beber nació cuando me sacaron del instituto de rehabilitación para alcohólicos, y Ángel me dijo que sí yo tomaba así fuese  un pequeño trago de cerveza, el no dudaría en darme un lección, acaso, ¿el se enteró y esa es mi lección?, pero si ese fuera el caso, ¿porque no me dijo que era mi lección?. 

Eran las 11:58 pm, me vestí, entré a mi auto y llena de culpa me dirigí a casa de Ángel con la meta de pedirle perdón por volver a beber, y pues si el no sabia que yo había bebido, pues le contaría y le daría la oportunidad de explicarme lo que sucedió con respecto a María.

Al llegar timbre pero nadie abrió, al principio pensé que tal vez pudo haberse ido a la casa de su papá, pero vi la luz de su habitación encendida, asi que saque la copia de las llaves que el me había dado y no dude entrar. Nunca debí haber ido...

¡Enfréntalo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora