Fanfic: Charlie, el broder de Lola, tu amor de la infancia.

2. Charlie se rompe el brazo por mi culpa.

Iba denuevo distraída en mi Aifon viendo los packs de Charlie que conseguí en la Deep Web. Estaba toda eczitadah babeando fuego.
Me caigo encima de alguien.

—¡Ay! ¡Ayyy! ¡AWWWWWWWWW! ¡CHORIZOSSSSSS!

Lo miro y es Charlie gritando del dolor.

—¡Lo siento!

—¡NO LO SIENTAS! ¡YO LO SENTÍ Y ME DUELE DE LA HOSTIA!—Grita como un demonio retorciendose en el suelo.

¡LLAMEN AL EXORCISTA!

Vino una ambulancia y lo llevaron al hospital.

Todas las chicas del cole me miran muy enojadas.

—¡Señorita, _______! ¡A la rectoría inmediatamente!

Llego a la rectoría.

—¡Llamaré a sus padres!

—¡Espere, no lo haga!

Saldo insuficiente.—Dice el telefono.

—¡AHHHH! Iré a su casa esta tarde.

—¡No puede hacerme esto, rectora!

—¡Claro que sí! ¡Me servirás un té cuándo llegue! ¡Ahora vete!

Salgo llorando de la rectoría y me escondo en un arbusto.

No quiero volver a casa, me dejarán fracturada de cuerpo entero.

Me quedé escondida en el arbusto hasta que se hizo de noche y salí del colegio. Me llega un mensaje al celular:

—Hoy todos los amigos y fans de Charlie iremos al hospital en el que se encuentra para visitarlo y darle fuerzas. Acompáñenos.

Genial, otra excusa para no volver a casa.

Me subí en mi bici y fui al hospital en el que se encontraba. Me dirigí a su habitación, se encontraban muchos del cole a su alrededor y estaba charlie acostado con un yeso en el brazo y su hermana Lola a su lado.
Muchos me miraron enojados y Charlie también.

—Lo siento demasiado, de verdad. Fue sin querer.

—No lo sientas, yo lo sentí y me duele.

Ya me estoy cansando de su frase.

—Tuve suerte de haberme roto el brazo y no el trasero.—Continuó.

Miro mi aifon y veo 54 llamadas perdidas de mi mamá.

Oh-oh...

—Me tengo que ir.

Salgo corriendo del hospital hacia casa, olvidando totalmente de que tenía una visita de la rectora.

—¡Ya llegué!.—Abro la puerta.

Me encuentro a mis padres sentados en el sofá y a la rectora en otro sofá con un té. Mi madre con una cara de que va a estallar y mi padre con cara de desepción.

—Bueno, ya me voy yo, ya ha llegado su hija. Ya hemos hablado suficiente y espero que la corrijan.—Dice la rectora saliendo de casa.—Hasta luego, buenas noches.

—Tenemos que hablar.—Dice mi madre y me toma de la mano a su habitación.

—Mami, lo puedo explicar...—Digo nerviosa.

—No me expliques nada. ¡Estoy orgullosa de tí!.—Me abraza.

¿Qué le habrá dicho la rectora?

—Gracias má. Pero, ¿Qué sucedió?

En ese momento se cae mi Aifon al suelo. Mi madre lo recoje y cuando lo mira, su cara cambia repentinamente.

—¿S-sucede a-algo, ma-mami?.—Digo nerviosa.

—¡ESTO QUÉ ES!.—Me muestra el pack de Charlie.

—¡L-lo puedo explicar!

Y la chancla voladora me atrapó denuevo.

¡Odio mi vida, los odio a todos! menos a tí Charlie, te amo