El funeral

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3 de Noviembre de 1916

No se cuales habrán sido tus últimas palabras con ella, pero me pidió que te escribiera esta carta, su último deseo fue que estemos los cuatro juntos en su funeral y tomemos un trago en su nombre.
Ha pasado mucho tiempo enferma y aún así no fuiste capaz de venir verla, nunca te lo vamos a perdonar.
Como adulto responsable de esta familia, te hago acuerdo que la herencia será dividida entre nosotros cuatro y que el funeral será en el parque Hilton a las 9:00 am, el 7 de noviembre, luego iremos a un bar cercano y tomaremos algo.
Aunque no lo queramos, te esperamos.

Sin más que decir, me despido.

Javier Montero.

En el funeral.

-Lo siento mucho Don Javier, usted sabe que hice lo posible para mantenerla el mayor tiempo posible en este mundo.
Al final todo es más traiste de lo que parece, no todo es como lo pintan.

-Para eso están las pinturas doctor, para sonrisas falsas.
-Estoy seguro que ella está orgullosa de ustedes tres.
-Cuatro.
-Si, perdón Don Javier.

Javier prende el cigarrilo, agarra la boina con la mano derecha y la coloca sobre su pecho y se acomoda para hablar frente a todos.

"Esta mujer, no solo fue la mejor madre de este mundo, si no también, una madre en el arte de los negocios.
Agradezco a todos aquellos que hoy están aquí, es un golpe duro contra el pueblo, lo sé.
Pero hoy, gracias a ella, podemos festejar dos años enteros sin guerras, y pretendemos seguir luchando por la paz, para que cada habitante de este pueblo sea valorado como se debe, y que un pedazo de plomo, no valga una vida"
Un hombre misterioso interrumpe el discurso con lentos pero ruidosos aplausos.

Javier les dice a todos que se pueden ir y se dirige hacia el hombre.
-Al final decidiste venir. Dijo Javier.
-No tengo pensado quedarme mucho tiempo, realizemos el papeleo de la herencia.
Javier saca un revólver del saco y le apunta a la cabeza.
- ¿A eso viniste cretino? , acaba de morir tu madre y te importa un carajo. Gritó con rabia Javier.
-Exactamente. ¿Y a que otra cosa vendría a este pueblo mugriento? Respondió Jordi con voz calma.
Javier le saca el seguro al revólver, al instante dos personas lo agarran y le quitan el arma.
-¡No me jodan! Voy a volarle la cabeza a este imbécil.
-Calmate Javier, estás haciendo demasiado escándalo. Le pidió Carlos, su hermano.
-La gente no tiene por que escuchar esto, agregó Miguel.
-¿De que bar me hablaron en la carta?
Preguntó Jordi.
-Siganme, está a la vuelta de la esquina, dijo Carlos.

Estaban los cuatro hermanos; Javier, Carlos, Jordi y Miguel.Los últimos sobrevivientes de la familia más rica del pueblo, la familia Montero.

-Venderemos la residencia, ¿cierto?
Dijo con tono amenazante Jordi.
-En tus sueños imbécil, Intervino Javier.
-Tenemos que dividir en cuatro la herencia. Lo único que pienso reclamar es el dinero del edificio, para ello, hay que venderlo. Ustedes se pueden quedar con el negocio, no me interesan los contrabandos.
-Nosotros tres no tenemos pensado vender la residencia, pero tenemos dinero, te podemos dar el valor del 25% de la residencia. Agregó Carlos.
-Así es, dijo Miguel.
-Bueno si tienen el dinero denmelo y me iré.

Los Montero pasaron por la residencia, luego Jordi se montó a su caballo y se fue cabalgando hacia el sur, con el dinero otorgado.

8 de Noviembre, un miércoles, día en que salía una de las carrozas.
Los Montero controlaban el negocio del ron, "Almendra" el pueblo en el que vivía esta familia, estaba a diez kilómetros de la ciudad más próxima y ningún policía existía en ella.
Los Montero eran quienes controlaban, juzgaban y dominaban al pueblo. Eran respetados por los campesinos y trabajadores, porque ellos eran quienes le daban trabajo, si no tenías virtudes, eran pocas cosas a las que te podías dedicar en Almendra, la opción más común era irse a trabajar a las plantaciones de caña de azucar que controlaban los Montero o en la fábrica de ron que también les pertenecía.
Los Lunes, Miércoles y Viernes salían cargamentos de ron hacia ciudades próximas.
Los Montero hacían mucho dinero de esta forma, pero no era legal y esto traía muchos problemas.

Corazón de plomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora