☀Fanfic LeviHan☀

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Entrega a Medianoche

En medio del silencio abrumador de ese extraño y soleado medio día, las lágrimas volvían a fluir.

Su vacío era inmenso, profundo y asfixiante, como las ventosas malolientes de aquel cuentito extraño que había perdido. Una de las muchas cosas que había perdido en el torbellino de acontecimientos del último año.

Aún le parecía imposible de creer que ya hubiese pasado un año desde la última vez que habían tenido esas conversaciones, que habían paseado alegremente o que se habían besado bajo la lluvia y las luces de la noche en medio de la ciudad.

De eso, aún tenía los recuerdos, vagos, sí, pero al mismo tiempo brillantes y claros, los olores y sensaciones impresas en su memoria con exactitud fotográfica, como en un sueño que nunca cesa.

Y entonces el extraño recuerdo de esa realidad alternativa, la abrumó mucho más. Comenzó a escribir la carta que necesitaba escribir, presa de una ansiedad mucho más poderosa que la adicción a la limpieza de él.

"... Levi:

No sabía realmente lo que era la soledad ¿Sabes? En realidad no comprendo a los seres humanos. Conozco su fisonomía, su funcionamiento biológico, sus procesos cognitivos, su mente. Pero simplemente yo no me siento humana como ellos. Tú no eres humano como ellos tampoco, y tal vez por eso nos entendimos en un inicio y desarrollamos una intensa necesidad por estar juntos, aún insultándonos y fastidiándonos, llenándonos del otro, asfixiándonos con el aire que el otro aspiraba. Y se siente bien aún. A pesar de todo. Pero no puedo ignorar que, a la muerte de Petra, supe que tu corazón se había roto. Ella te daba fuerza para soportarme a mí y ahora entiendo porqué. Tú extrañas sus brazos, sus labios, el pequeño y endeble cuerpo tibio que abrazabas en la obscuridad de la habitación en los barracones de soldados a la luz de las estrellas, cuando creías que nadie había notado su presencia.

Pero te equivocaste.

Estaba yo, mirando, como una mujer vulgar cualquiera, por la ventana. Nunca le faltaste sino hasta que ella lo pidió.

'Más...'

Y al ritmo de esa implícita orden, Hanji Zoe desapareció y los labios de Petra Ral fueron los que más odié.

No voy a negar que un placer agridulce me invadió cuando te vi regresar sin ella por fin. Pero incluso ese placer malsano se desvaneció al verte. Tu semblante era el mismo de siempre, serio y concentrado. Pero tus ojos, grises, derrochaban una angustia, decepción y tristeza que no podías ocultarme.

¡Soy un maldito genio, Levi, deberías saberlo!

Esa noche me escabullí entre la formación de nuevos reclutas y llegué entonces a tu barracón, limpísimo como siempre estaba todo en ti. Levi... Incluso eso me... Enloquece de ti.

Todo tú eres yo misma, aunque al pensar en ello sólo pienso en nuestras increíbles diferencias, las que por irónico que suene, nos unen, una y otra vez, vertiginosamente.

Cuando toqué la puerta, abriste casi de inmediato, con un semblante cansado y aburrido, como si ya no esperaras nada más de la vida, ni del frenesí de la lucha, ni de la sangre ácida y caliente de los titanes.

Me paré frente a ti y di unos cuántos pasos mirándote hacia abajo. Te pregunté qué era lo que te pasaba y cerraste la puerta de un golpe. Vieja y roída, la puerta se desgajó por un lado en finas astillas. Me asusté. Me dolió. Era un gesto de impotencia brutal. Impotencia por ella, pensé yo. Pero estaba equivocada.

Me tomaste por el brazo con fuerza y literalmente me azotaste contra la cama. Te miré un momento sin saber qué decir. Me miraste fijamente, con esos pequeños ojos grises que tanto amo y entonces sin un solo gesto aparente, densas y grandes lágrimas surcaron tus mejillas de alabastro, blancas como la luna, mientras me sostenías con tus manos las muñecas contra la cama.

Nunca creí que yo te vería llorar. Y seguí pensando que era por ella.

"...Te necesito..."

Nunca creí que me abrazarías. Tu cuerpo, pese a ser pequeño, es cálido y pesado. Te acaricié los cabellos obscuros, que brillaban de limpios y aspiré tu extraño aroma a limón y madera.

Apretarte contra mí, surtió su efecto.

La luna brillaba ese día en el cielo, como brillaron tus mejillas blancas contra su luz mientras tus lágrimas caían sobre mis ojos.

Deseé ser ella para que lloraras por mí.

"... Promete que tú no morirás..."

Y mis lágrimas se mezclaron con las tuyas. Te apreté fuertemente, tanto, que sentí que el aire se acabaría pronto. Y entonces te miré, conmovida.

Yo te amo, Levi, te amo como no he amado a soldado, civil u hombre en el mundo entero.

Te amo como a un campo lleno de titanes excéntricos, como a las alas extendidas, símbolo de libertad de nuestro escudo militar.

Por eso es que te envío esta nota.

Vuelve.

Promete que tú no morirás. Y te prometo que seguiré esperando por ti.

Sólo puedo decirte que... El mundo sin ti no significa nada. Los titanes no me emocionan si no puedo fastidiarte con su existencia. Odio bañarme sola. Odio que no me desenredes el cabello. Y odio la limpieza, porque nadie la hace como tú.

¿Volverás por mí?

Hanji Zoe ..."

Créditos a su autor.

¡Razones Para Shippear LeviHan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora