Capítulo 1

935 21 0
                                    

Era un lunes más que sonaba el despertador a las 7:20 de la mañana, dios mio, que cansancio, esto de beber los domingos por la noche no puede ser nada bueno, me incorporo en la cama, mientras miro los WhatsApp’s que me han enviado a lo largo de la noche, 328 mensajes de 32 conversaciones, madre mía, abro el whatsapp y lo vuelvo a cerrar de inmediato, presa de la pereza, me levanto despacio de la cama debido al sueño y a la resaca que tengo acumulados, voy a la cocina en la que se encuentra mi madre, quien me saluda con un beso en la mejilla y un buenos días, es extraño que hoy mi madre este simpática, desde que se separó de mi padre, nunca ha vuelto a ser la misma, pero bueno… Vuelvo a mi habitación, abro el armario para coger un vaquero y mi sudadera de Jack Daniels, es primavera sí, pero aquí el tiempo en Zaragoza es más irregular que los circuitos del Mario Kart, me pongo mis deportivas negras con rayas blancas de adidas, seguidamente voy al baño, me peino, y me recojo la primera capa del pelo con un moño choni, bastante cómodo, vuelvo a mi habitación cojo mi mochila, reviso que llevo todo: “Libros, almuerzo, movil, tabaco, llaves, ¡PERFECTA!

Salgo de mi casa y veo en la esquina de la calle a Ania, le saludo con dos besos y hablamos de lo tardona que es Andrea, unas de mis mejores amigas desde el año pasado que repitió, siempre me escucha y esta ahí para ayudarme... Cuando por fin llega, caminamos hasta la iglesia del barrio, donde nos espera Patricia, mi mochopirchin, una repetidora loca y belieber, aunque a pesar de todo eso, en este curso le he cogido mucho cariño… Llegamos a clase, nos sentamos, madre mía, sociales un lunes a las 8 de la mañana, ¿Qué clase de tortura griega es esta? Antes de que llegue nuestro profesor, hablamos Andrea, Patricia y yo sobre lo que hemos hecho este fin de semana, Andrea lo ha pasado con Victor, su novio, Patricia ha estado en Bidasoa nadando con monoaletas, y yo he estado de fiesta por bares y locales… Interrumpe nuestra conversación Ryan Robinson, nuestro profesor, pero hoy viene con una cara diferente, su cara de que tiene algo que contarnos…

 -Chicos, hoy tengo una noticia que daros-

Me sorprendo irónicamente

 –Hoy van a venir dos chicos de prácticas al colegio, uno de ellos Javier, vendrá conmigo, y el otro, Gaizka, irá con Phill Beadles- nuestro profesor de Biología, Matemáticas, e Informática

- Espero que les tratéis con respeto y educación, ya que es su primera vez en un colegio… -

 En ese momento mi mente desconecta, y empiezo a hacerme preguntas: “Serán guapos?”Bah… No lo creo. Y de repente la voz de Ryan interrumpe mis pensamientos

 –Mirad chicos, este es Javier-

En cuanto entra ese pijo de pelo claro rizado, ojos color miel, vaqueros ajustados y un jersey marrón, en cuanto entra, se me queda mirando bastante encandilado, le devuelvo la mirada, y no estoy muy segura del tiempo que pasamos mirándonos, Ryan interrumpe nuestro cruce de miradas.

–Bien, comencemos la clase-

 Ahí, mi mente vuelve a desconectar, y vuelvo a hundirme en mis pensamientos… Dios mío, no es como pensaba, es guapo, pero este tío no es mi tipo… ¿De donde ha salido? ¿De la calle rosa, ciudad de la piruleta, mundo de pijolandia? En fin… Esperemos que el chico que va con el señor Phill sea un poquito más… De mi estilo.

Termina la clase, descanso, nos juntamos en un grupo María, Andrea, Patricia y yo, ellas no hacen mas que hablar de lo guapo que es Javier, los ojos que tiene y lo perfecto que es, ¡PUES A MI NO ME PARECE TAN PERFECTO! Grito en mi interior… Dios mío, ¿seré rara?

 -¿Ana, te pasa algo?-

 Me dice Patricia con una voz dulce pero juguetona a la vez

 – Has estado toda la clase callada, es muy extraño en ti-

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora