Capítulo 6

214 16 3
                                    

Comenzó a besarme el cuello y levantó mi camiseta.

-Bonitas vistas Srta. Deep- Me dice con la mirada dirigida hacia mis pechos.

-Lo sé- Le digo creida y guiñándole un ojo

Me besa intensamente mientras hace intentos fallidos de desabrocharme el sujetador.

Después del quinto intento de quitármelo, no puedo evitar romper a reir.

-¿No tiene mucha práctica con esto verdad Sr.James?-Le digo entre risas

Me mira con una sonrisa de oreja a oreja.-Nunca ninguna chica me había puesto tan nervioso como me está poniendo usted Srta.Deep-

-Entonces, podrá esperar verdad?-Le digo sonriente

Sigo notando su gran erección en mi vientre y me dice con los ojos abiertos cual rana-¿Estará bromeando verdad?

Le niego con la cabeza sonriendo, cojo mi camiseta, me la pongo, le beso en la mejilla y salgo del baño dejándole con su gran erección entre las piernas.

Me encanta este juego, pero, también lo paso mal yo, le deseo, necesito tenerle dentro. No entiendo que me pasa con este hombre...¿Qué me has hecho Javier? ¿Por qué produces este efecto en mí?

No sé si producire el efecto que produce él en mi, soy demasiado pequeña para él, puede encontrar mujeres de su edad y mucho más guapas que yo, quizás para él simplemente sea un polvo pasajero, del que yo iba a tardar bastante en olvidar...

Vuelvo corriendo a clase.

-¿Dónde narices estabas?-Me dice Laura, mi compañera de habitación

-En el baño, esque me ha bajado la regla...-Le digo bastante convincente

-Ah vale-Me sonríe.

Me sente rápidamente en mi sitio antes de que llegase el profesor de segunda hora, dios mío, historia... Me echaré una siestecita sobre la mesa.

Oigo pasos entrando a clase.

-Buenos días chicos, espero que estéis bien despiertos porque hoy vamos a dar la Segunda Guerra Mundial- Dice el Sr.Robinson con tono alegre, este tío es tonto, digo para mis adentros, levanto la cabeza para sacar el cuaderno y... ¡SORPRESA! Javier estaba ahí, con la mirada clavada en mí, mierda, no me acordaba de que estaba de prácticas con Ryan, me ruborizo e intento evitar el contacto visual con él, pero no puedo, es prácticamente imposible... Tiene su mirada perfecta clavada en mí y no puedo evitar mirarle... 

Ryan estaba explicando el tema tan interesante de historia, cuando de repente veo que Javier se está acercando a mi mesa. Oh no! ¿Qué hace? ¿Es tonto o que?

-¿Lo ha entendido Srta. Deep?-Me dice con una sonrisa.

-Perfectamente Sr. James-

-Este hombre, defendía que nunca hay que dejar las cosas a medias, porque es malo e incómodo para las dos partes.- Explica Javier, ¿va con segundas? Pues no pienso quedarme callada.

-Sí, puede defenderla, pero si una de las dos partes no quiere continuar en ese momento, ¿por qué debería hacerlo?- Le digo con la mirada clavada en él.

-Porque no es de buen gusto dejarle a medias-

-Pero si uno no quiere hacerlo en ese momento, va a pensar por lo que quiera él, no por lo que quiera la otra persona.

-Bueno ya está, esta conversación está empezando a sonar mal-Interrumpe el Sr.Robinson

Toda la clase se ríe por ese comentario mientras Javier y yo nos miramos fijamente, que situación más incomoda dios mío...

La semana que viene este colegio ya será un internado... Me da escalofríos esa idea...

No he visto a Javier en toda la mañana, ¿dónde se habrá metido? En fin, no lo sé.

Llego a casa, como, me duermo la siesta y me decido a salir, me pongo unos pantalones vaqueros cortos, una camisa y mis tacones, me aliso el pelo que me llega a la altura del culo.

Llego a la Plaza de las Canteras dónde he quedado con mi grupo de amigos, que no son del colegio, para cojer el autobús al casco.

Porfin hemos llegado, aún no ha empezado la noche y ya me duelen los pies por culpa de los malditos tacones.

Después de tres o cuatro cubatas, dos cervezas y bastantes chupitos salgo a la pista con mi mejor amiga, Belén a bailar, ponen mi canción favorita de reggaeton, Comienza el bellaqueo-Daddy Yankee, parece que me han visto salir. Empiezo a bailar de manera bastante pegada a Belén, cuando en un paso me mareo y caigo al suelo,  un chico de mi grupo, que lleva enamorado de mi casi 3 años, viene corriendo hacia mí, me levanta y dice preocupado

-Dios mio Ana! ¿Estás bien?

-Sí, me he mareado un poco.-Le digo para tranquilizarle

-Vamos fuera, a que te dé un poco el aire.

-Sí porfavor.

Me agarra de la cintura para sostenerme por si acaso vuelvo a caerme, aparte de ir borracha, también tengo que admitir que soy un poco torpe. Nos sentamos en el bordillo de la calle, saco las manoletinas de mi bolso, me quito los tacones y me las pongo, recojo mis tacones en el bolso y me lo cuelgo del hombro. Mientras, él saca de su bolsillo el paquete de tabaco y me ofrece uno, lo cojo sin poner pega alguna, me lo enciendo, y porfin él decide romper este silencio tan incómodo.

-¿Y qué tal tu vida?

-Pues bien como siempre, han convertido mi colegio en un puto internado...

-¿Qué dices? ¿Qué asco no? ¿Entonces te veré menos?-Me dice con gesto triste, como de cachorrito abandonado en una gasolinera.

-De eso nada, los findes saldré-Le sonrío 

Cuando de repente, interrumpe nuestra conversación una voz bastante familiar...

-Hola...-Dice esa voz familiar...

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora