Extra

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Nico estaba durmiendo tranquilamente.

Hacía calor afuera. Un día de verano con todas las letras.

¿Es que a Apolo le encantaba el sufrimiento ajeno? ¿Se divertía viendo como los demás se quemaban, sudaban y eran vencidos por la pesada tarea de entrenar bajo esos grados de calor?

Nico vestía de negro los 365 días del año (366 en año bisiesto), pero no sentía calor en ese momento. Tenía la cabaña más fresca de todo el campamento, y nadie se atrevería a sacarlo de su paz en un día tan malditamente soleado.

Excepto él.

Will Solace, su insistente novio, podía enfrentarse a Nico sin que se le moviera un pelo al oír su voz gritándole.

Habían concluido la etapa de la timidez de los primeros momentos juntos. Ahora la confianza que habían tenido en su amistad, volvía.

Oh, Nico ya extrañaba esa confianza. Lo que significaba que podía gritarle a Solace sin sentir que estaba hiriendo sus sentimientos.

Ahora sabía que a Will no le molestaba demasiado que Nico le gritase. No se acabaría su relación por unas cuantas discusiones tontas.

Will le decía que se harían más fuertes gracias a ellas, lo que no sugería que debían pelear cada dos por tres.

Y a todo eso... Ya era muy tarde.

¿Dónde estaba Will?

No había irrumpido en su cabaña.

¿Estaría bien?

Se levantó con pesar de su cómoda cama y abandonó la fresca cabaña.

Abrió la puerta y se enfrentó al pegajoso y caluroso verano. Semidioses sudando, todos peleándose entre ellos y olorosos gracias a las actividades.

Odiaba el verano.

El calor le quemaba, haciéndole desear no tener vestimenta negra. Pero debía aguantar hasta llegar a la cabaña 7, que probablemente era la más expuesta al sol.

En el camino se encontró a Austin, uno de los tantos hermanos de Will. El chico estaba perdido en sus pensamientos hasta que Nico le saludó. Entonces prácticamente se abalanzó sobre él.

—Tienes que ir con Will ahora mismo.

El hijo de Hades se tragó su frase típica sobre su espacio personal. Austin parecía muy serio, y un caso extremo explicaría la razón por la que Will no le obligó a salir de su cabaña.

Nico se apresuró a llegar con Will, que estaba en la 7, pero se encontró a varios de sus hermanos rodeando a su novio.

¿Qué le había sucedido a su Will?

El hijo de Hades se aproximó al rubio y todos se alejaron rápidamente. Una costumbre entre el chico y los hermanos de su novio.

Will estaba sobre su cama, sollozando débilmente sobre la almohada.

A Nico le partía el alma verle así. Tomó aire y se sentó en el suelo, junto a la cama de su novio.

El chico tocó la espalda del hijo de Apolo, pero no causó ninguna reacción.

—¿Will? ¿Qué pasa?

La respiración del rubio se detuvo. Luego descubrió su cara para ver a su hermoso novio sentado en el suelo.

Will bajó de la cama hasta encontrarse a la altura de Nico y le abrazó con fuerza, como si hubiesen estado separados por mucho tiempo.

El hijo de Hades ya estaba acostumbrado al contacto físico de Will, por lo que no se sintió incómodo. Le abrazó de vuelta.

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