CAP IV - EL PRIMER ENCUENTRO

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−Me veo ridículo.

Reclamó BaekHyun al par de chicos por haberlo vestido con un traje que bien podría pasar como uniforme de primaria con la camisa tipo marinerito y falda tableada.

–Silencio, que te ves preciosa. – interrumpió JongIn mientras observaba divertido a su novio acomodarle una peluca rubia a la cabeza de su amigo.

– ¡Te voy a partir la madre si no te guardas los comentarios maldito negro!

– ¡BaekHyun! – reprendió KyungSoo. – una de las cosas que debes corregir es esa impulsividad que traes a flor de piel, recuerda que una señorita fina nunca, pero nunca, actúa como camionero. – explicó mientras terminaba de retocar su maquillaje.

Baek resopló molesto. Debía admitir que el ojoncito tenía razón, si no se controlaba ante JongIn, ¿cómo lo haría frente a cualquier otro pervertido?

Estaba sentado en uno de los puestos de la estética, esperando al afamado estilista de uñas.

– ¿Qué mierda debo hacer entonces, ¿eh?

– Por lo pronto, te conviene no hablar, ya que solo salen maldiciones de esa boquita. – se entrometió el moreno.

– Muéstrate indiferente, solo ignora los comentarios...– prosiguió Soo. – nosotros estaremos cerca, como apoyo por si alguien osa sobrepasarse contigo.

Al terminar, ambos dieron un paso atrás quedando totalmente atónitos con el resultado.

– ¿Qué? – inquirió con timidez, mostrando una imagen ingenua, casi angelical. La idea de pronto no pareció tan descabellada como en un inicio.

– ¿Se puede saber por qué diablos me miran así?

– Y se volvió calabaza de nuevo...

– Innie...– regañó el más bajo de los tres antes de dirigirse al rubio. – te ves realmente bien Baekkie, solo trata de no... hablar de más.

Suspiró con frustración ante las palabras del novio de su compañero de piso, esa sería una tarea más que difícil.

💅💅💅

Entrar en aquel salón fue una completa tortura, su cuerpo entero temblaba por el nerviosismo a causa de la cantidad de miradas puestas sobre él. Con los consejos de Kyung en la memoria, remordía sus labios controlando sus impulsos por mandar a volar a todos los tipejos que se atrevían a verlo como si se lo quisieran comer.

–Buenos días. – El dueño del salón fue quien lo recibió primero, a simple vista parecía una persona decente, algo que bien podía manejar. – veo que tienes cita con ChanYeol, hoy estas con suerte. – explicó tomándose la confianza de tutearlo. – ya que una clienta canceló de pronto, puedes usar su número. Pero shh... –susurró haciendo un ademán con el índice en señal de silencio. –...esto queda entre nosotros o se armara la tercera guerra mundial.

Baek frunció los labios y asintió en silencio tras el guiño del propietario, dejándose guiar hasta uno de los puestos.

Cuando lo dejó solo, su mente divagó en todos los escenarios posibles, casualmente en todos terminaba horriblemente mal. ¿En qué demonios estaba pensando? Pensó a medida que las inseguridades y el nerviosismo acrecentaban en su pequeño ser.

De pronto, su corazón pareció detenerse al notar que alguien se había sentado frente a él. Mantenía la mirada baja, así que solo podía divisar el torso del chico, y unas masculinas manos que lo invitaban a extender las suyas.

−Bienvenida señorita... soy, ChanYeol y la atenderé el día de hoy.

Baek podría jurar, aunque no sería capaz de admitirlo, que su cuerpo entero se estremeció cuando aquella gruesa voz acarició sus tímpanos.

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