Capítulo 001

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Caminaba por los pasillos del instituto,con destino a mi próxima clase, observaba detalladamente el Thomas R. Institute era de alto prestigio en mi estado, su educación era de alto nivel y es algo importante de resaltar sin embargo el alumnado no combinaba con el resto de las cualidades del lugar, jóvenes presuntuosos e insoportables merodeaban los pasillos, su única cualidad era ser de buena familia. Yo no encajaba con el resto de personas de aquí, mas sin embargo mis opciones y mi opinión en base a mis estudios no tenían peso, mi familia nunca se ha resaltado por escuchar y mucho menos si las palabras provenían de mi, era considerada una ignorante respecto al mundo así que mi opinión nunca fue valida.

Sumergida en mis pensamientos no había notado la presencia de un castaño, que probablemente llevaba largos minutos dirigiéndose a mi pero no le tomé la suficiente importancia, nunca lo había visto antes, me sorprendió debido a que el alumnado no era demasiado grande debido a la exclusividad del plantel; además solo restaban 2 meses para culminar el periodo escolar y no era común que aceptaran alumnos con tan poco tiempo faltante.

"Disculpa..." Menciono este chico, dejando la palabra al aire en espera de recibir un nombre.

"Louise,Louise Smith" Sonreí sin mostrar los dientes e intentando ser amable, aunque en estos momentos no me provocaba relacionarme con personas nuevas, no porque conociera a muchas pero no entraba en el rango de chica de secundaria super sociable.

"Dallas Donovan..." Esta vez se presentó él, me observó de arriba a abajo lográndo ponerme incomoda. "Creo que tu al igual que todos haz notado que soy nuevo aquí, eres la más normal, la única que no se me insinúa"

"Bien."

Me miró en espera de que le dijera algo más, en realidad por mi podría quedarse en la espera yo no diría más; en definitiva hoy no me siento con ánimos de hablar ni perder mi tiempo con nadie.

"¿No debes ir a clases?" musitó para romper el hielo.

"Debo estar en cálculo y ya voy algo tarde... ¿y tú, ya cuentas con tu horario? Por primera vez en lo que llevó de conocer al chico me enfoqué en sus ojos verdes, me recordaban a las algas verdes de la piscina del vecino que habían aparecido luego de meses sin darle mantenimiento.

"Tengo cálculo, sino es mucha molestia ¿puedo ir contigo?"

No respondí, solo di media vuelta y comencé a caminar con aquel dios griego a mis espaldas, no podía negarlo no se acercaba a la palabra feo y por lo que veo sus genes eran realmente buenos, pero no todo podía ser perfecto estoy segura de que trato con  un idiota igual al resto.

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Entre al aula, aún con la compañía del ojiverde el cual con solo poner un pie dentro ya era el centro de atención, malditos adolescentes hormonales, aun no había llegado la profesora, busqué a mi mejor amiga con la cual compartía cálculo, me miró con una ceja enarcada, veía venir un interrogatorio de su parte.

"¿Quien era?" sin dar vueltas fue directa y preguntó. "Antes de contestar, es una maldita semejanza de dios griego".

Rodé los ojos, abrí la boca para contestar pero me interrumpió la profesora de cálculo, lo tomaré como un favor del destino al no tener la necesidad de gastar saliva en un tema insignificante.

Un papel cayó en mi mesa el cual tenía un mensajito, la letra la conocía y llevaba escrito:

"De está conversación no te salvas, será que al final alguien logrará conquistar tu corazón de cemento ".

Solo arrugue el papelito y negué repetidas veces, era absurda la gran imaginación con la que contaba mi amiga, era idiota el enamorarme de alguien que recién había conocido.

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Esta hora de clases me había resultado infinita y me sentí presionada por la mirada intensa de el ojiverde, no entiendo si se le había perdido una igual o que buscaba en mi en realidad me sentía incómoda y estaba de malhumor.

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Estaba por salir del aula, esperaría a Eleonor y a Sean, para esperar a Sean en su entrenamiento y luego irnos a casa a hacer algunos deberes esto ya era como de costumbre para nosotros se había vuelto algo monótono, pero a fin de cuentas parte de nuestras vidas, me sorprendí un poco al ver fuera a Donovan, él y yo no habíamos compartido la última clase.

"Louise..." llamó mi atención y al hacer contacto visual el sonrió de lado, una sonrisa de esas perfectas realmente matadora.

"Eh...¿Conmigo? Realmente fue estupido preguntar, ya que era mi nombre y me estaba mirando a mi y no había otra Louise en todo el instituto.

"No parecías tan lenta" Palmeó mi hombro juguetonamente. "Si es contingo,Lou"

Me sentí ofendida por lo de lenta pero preferí pasarlo por alto esta vez, solo en esta oportunidad.

¿Qué se te ofrece? Respondí algo cortante.

"Sólo quería saber si me acompañarías al campo, me uni al equipo de fútbol" No preste mucha atención a sus palabras y me concentre más a fondo en el color verde de sus ojos que era una mezcla de verde caña, con otro verde que era difícil de describir era un color único ya no se parecían tanto a las algas del Sr.Stuart.

"Me dirijo al campo, así que de igual manera puedes venir conmigo" Y como la última vez no espere a que contestara y comencé a caminar en destino al campo.

"Escuché qué mañana abra una fiesta..." Dejó la frase al aire, no comprendo si era el intento de una invitación o solo me estaba informando.

"Si lo se, la dará mi mejor amigo".

"Eres amiga de Sean." Relamió su labio inferior, haciéndolo lucir con una pigmentación más rosada y ganándose mi atención en su totalidad.

"Veo que lo conoces" Dije refiriéndome a Sean.

"Conocer como tal no, pero desde que llegue aquí no he oído de más nadie sino que de él" bufó.

"Es un poco reconocido, por el equipo y demás." Expliqué y seguí caminando.

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La práctica llevaba un aproximado de 30 minutos, Eleonor y yo estábamos agotadas, irnos implicaba una guerra con Sean, era lo mismo siempre sin embargo esta vez había una variante, Donovan, el chico estaba recién llegado y ya había causado controversia en el equipo, pude notar que en realidad tenía mucho talento.

"Tu amigo no juega nada mal." Chisteó Eleonor, rodeé los ojos esto se estaba volviendo un mal hábito por mi parte.

Ignore los comentarios de mal gusto de mi amiga y me concentré en el entrenamiento o eso creía yo, ya que mi mente estaba desconectada de mis vista.

El entrenamiento finalmente había dado su final, no se el porque pero la mirada del ojiverde estaba puesta en mi como si tuviera la necesidad de decirme algo, mas nunca lo hizó, con los chicos nos fuimos en dirección a mi casa para hacer algunos deberes y en todo el camino mantuvieron una conversación en la cual me  auto-excluí ya que no me sentía completamente bien, algo me había dejado pensando en el ojiverde había algo en el que me llamaba la atención, tal vez solo eran estupideces mías pronto lo olvidaré.

O al menos eso pensé ese día.

Mision FallidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora