Capítulo 3

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Stephanie's POV:

Mi móvil comenzó a vibrar minutos después de haberme rendido en el chat.

*Steve la mariposa*

Puse los ojos en blanco. Este tío ya iba a venir con sus malditos cotilleos e iba a tirarse toda la tarde contándome sus mil fantasías sexuales.
Steve era mi mejor amigo, pero a veces era demasiado agobiante. Era una buena persona pero la verdad, su hobbie favorito era merodear en la vida de los demás y a demás nunca paraba quieto y siempre buscaba ligar y salir de fiesta.

-¿Qué pasa Steve?- dije con voz molesta mirando a Silvery quien empezó a hacerme señas para que no le invitara a su casa.

No es que ellos se llevaran mal, todo lo contrario, pero en la última fiesta Steve estaba tan borracho que se tiró contra Zayn y le pegó un morreo. Y claro, esto a Silvery, no le gustó un pelo.
Yo estaba en medio de ambos en esta pelea y la verdad, ya no sabía realmente qué diablos hacer. Estaba un poco harta de que Steve siempre la liara en todas las fiestas, pero en el fondo, era mi amigo y sabía que me tocaba el papel de mediadora entre esta discusión, aparte de los mil llantos que he tenido que escuchar por parte de Steve diciéndome que había confundido a Zayn con un helado de chocolate.
Silvery no se creía esta estúpida respuesta, pero yo sinceramente, teniendo en cuenta que Steve se pone hasta el culo en todas las fiestas, doy fé en qué es cierto, pero Silvery es muy cabezota y no quiere perdonarle.

-¿Qué haces cariño?- pregunta con su voz chillona como de costumbre.

-Pues aquí en casa de Silvery- digo sin importarme las mil señas que mi amiga me hace para que no revele mi verdadero paradero.

-Steph, eres estúpida -me chilla y se encierra en el baño dando un portazo.

Vuelvo a la llamada con Steve poniendo los ojos en blanco

-¿Vas a venir? -digo con voz molesta sabiendo la bronca que me espera a continuación -Steve chilla con una voz de afirmacion-Bueno-añado- Yo voy a intentar que arregléis está jodida pelea, pero me traes una pizza grande de peperoni- sonrío entre dientes.

-Perfecto cariño-oigo al otro lado de la línea- Y luego de arreglarlo con Silvery, os tengo que contar una cosa que me ha pasado con un nuevo chico -dice con emoción- verás estab- cuelgo el teléfono en señal de que no quiero oír sus palabras y tiro el móvil en la cama.

En realidad, esta es mi actitud, soy un poco pasota y borde, pero solo quiénes realmente me conocen saben que muy en el fondo, tengo algo de corazón. Pero ese lado tierno no sale nunca, jamás, no soy Cariñosa, nunca lo he sido con nadie, Puah, incluso se me revuelve el estómago de pensar en besar a alguien. A veces he pensado que soy asexual, y se lo he planteado a mis amigos, pero ellos me dicen que no dulcemente y me catalogan como "poco afectiva".En realidad pienso que soy así porque nunca nadie ha logrado sacar esa parte de mí, y tampoco creo que lo hagan.
Suspiro, ahora me toca tranquilizar a Silvery, y es que, demonios, no tengo ni idea de cómo hacerlo, yo no soy de dar abrazos ni decir palabras cursis. Uy, siento la bilis en la garganta. Sin embargo abro la puerta del baño y encuentro a Silvery sentada en el vater algo pensativa.

-Tía- digo con un tono de voz bajo- sé que estás enfadada.

-¿Lo dudas?- responde con un tono de voz irónico.

Frunzo el ceño, sé que no soy muy buena para tranquilizar a la gente, pero joder, al menos me gustaría que lo valorara y pusiera de su parte.

Se me ocurre algo, y pienso que no tengo nada qué perder. Miro algunas fotos de la galería de mi móvil, en las que salimos Silvery, Steve y yo y se las muestro a Silvery.

-¿En serio no quieres recuperar esta amistad? -susurro mientras voy pasando las fotos.

Silvery resopla.

-En esa foto salgo vomitando y vosotros os estáis haciendo un selfie detrás de mí -dice y comienza a llorar señalando una de las imágenes.

Mierda, pienso en mi cabeza. Y le muestro otra en la que salimos abrazados disfrazados de mariposas.
Entonces se detiene a mirar la foto pero vuelve a enterrar la cabeza entre sus brazos. Adivino que se le ha escapado una risa, mi cara de asco en esa foto es real. Ellos tuvieron la genial idea de disfrazarnos así una noche.

-No puedo perdonarle-Silvery susurra.

-Resoplo- pienso algunos de los miles de programas de psicología que me han puesto en clase para encontrar las palabras correctas para contestar.

-¿Sabes Silvery?- susurro- Lo mejor que puedes hacer ahora para dejar tu mente tranquila es dejar ir el enfado y aprender a perdonar- me asombro de la respuesta, que incluso me sale con una voz distinta de la mía.

-Steph, no lo vas a conseguir- en eso suena el timbre y mi amiga se agacha en un rincón para evitar a la persona que está por entrar- ya no opone resistencia- río- en el fondo quiere hablarlo con él.

Y toda esta mierda por un tipo que también iba tan borracho que confundió a Steve con su novia cuando se le lanzó encima.
Y la tonta de Silvery cree a su maldito novio antes que a su amigo.
Que tontas son las mujeres cuando se enamoran.

Me dirijo a la puerta con pasos decididos, pero, demonios, me congelo cuando veo el ordenador de Sil con una ventana abierta y una foto borrosa. Me acerco para observar mejor y siento que mi corazón se detiene, mi chat se había quedado abierto, y lo peor, es que había recibido un nuevo mensaje.

Miro la foto del desconocido y sale un paisaje en blanco y negro. Qué raro. Pero mis ojos se salen de sus órbitas cuando leo lo siguiente

HarryElCaliente quiere enviarte un mensaje.

Se me vienen a la mente mil ideas, un viejo de cincuenta años agarrándose el miembro o una mujer haciéndose pasar por hombre. El timbre cada vez suena más fuerte y rápidamente pulso el mensaje para luego abrir al pesado de Steve.

A las 18:45:

HarryElCaliente :¿Quieres ver mi entrepierna?

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