El Burdel

Cap 1:Accueil Du désespoir

Existe sitio tranquilo cuando la mayor de tus cargas se encuentra en tí misma?

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Los días y las horas transcurren rápidamente y me encuentro a mi misma en la lucha por seguir su ritmo, un ritmo que ha sido demarcado por cualquiera menos por mí.
La vida continúa su camino y tu no puedes hacer más que adaptarte a aquel que te fue colocado enfrente teniendo siempre presentes las consecuencias si llegas a desviarte de él y observando de lejos como cada persona recorre el suyo acompañado de sus cargas y preocupaciones; ciertamente algunas son más pesadas que otras, sin embargo, son en su mayoría silenciosas como aquellas que me acompañan esta noche. Algunas veces esos caminos pre-determinados se encuentran y hay quienes piensan que entre dos, la carga se aligera pero la realidad es que todos buscamos a quien entregarle nuestras propias cargas para hacer más fácil nuestro propio recorrido.

Todo esto recorría mi mente en una noche solitaria, una noche cuya presencia se percibía entre las farolas y la brisa fría de la calle, la noche en cual decidí por primera vez aceptar las concecuencias y salir de aquel camino.

               Accueil du dèsespoir

Recitaba la desgastada placa colocada sobre la enorme puerta de entraba.
Llevando conmigo el único peso de una bolsa de monedas me dispuse a entrar para contemplar lo que sería a la vista un espectáculo de lujos, pero no cualquier clase de lujos, estos iban acompañados de la mayor de las tristezas.

Miré al recibidor desde el cual podía percibir la algo sorprendida y curiosa mirada de una robusta mujer;  sin más coloqué sobre el mismo aquella bolsa que fue recibida casi a manos abiertas por la mujer cuyo gesto pasó a estar bastante complacido.
Dirigí mi vista al final de aquellas interminables escaleras donde al final de una larga fila de rostros inexpresivos se encontraba la persona ideal y con un simple gesto y una insípida sonrisa se abrió pasó una nueva serie de acontecimientos.

Seguí escaleras arriba a la masculina y juvenil figura quien portaba finas y elegantes prendas hasta verlo detenerse frente a una gran puerta al final del pasillo.

~Adelante *articuló sin la mínima expresión en su rostro, como si estuviese ya acostumbrado a ese tipo de situaciones*

Me abrí paso a la habitación conciente de que tras de mí, el jóven había ya cerrado las puertas dejándonos a ambos  en completa intimidad. Escuche el ligero sonido de la tela deslizándose y sin siquiera voltear me senté en aquella cama con la mirada baja sabiendo la impresión que podría estar causando.

~Hoy decidí suicidarme

Dije levantando el rostro para encontrarme con la mirada desconcertada de aquel frágil chico con su torso ya desnudo.