Su oxidada silueta

17 1 0
                                    


Ante mí se presentó su oxidada silueta un día de verano cuyo recuerdo me es doloroso. Sus shorts rasgados y su camisa de franela desgastada me dieron una primera impresión bastante cuestionable. Sus labios estaban desprolijamente pintados de rojo, combinados con unos ojos cansados y una sonrisa trastornada por la vida. Sus patas de gallo y sus pómulos caídos anunciaban los años crueles, los años en los que no estuve a su lado. Se encontraba recostada en aquella vieja camioneta marrón de remolque en la que habíamos compartido ilusiones, sueños, vivencias y sonrisas que habían alguna vez formado parte del día a día.

Verla así: tan oxidada, tan melancólica, tan distinta me hizo pensar: ¿qué nos había ocurrido? ¿Acaso la rutina nos había agotado?, ¿o, por el contrario, cambiamos tanto que ya no combinábamos? ¿Fue realmente amor?, ¿o fue simplemente una cuestión de pasión juvenil? Si fue amor, lo fue; pero si no lo fue, ¿qué era aquello que había entre nosotros? Ese lazo que nos unía, ese pequeño pero aun asi gozoso momento en que nos sentiamos vivos... ¿qué fue eso?, ¿por qué cambió?

Y más importante aún, ¿por qué al verla, aún tan deshecha, tan denigrada, tan oxidada... por qué al verla sentí lo mismo que la primera vez? No estaba seguro, no estaba seguro de nada. Lo único que sí sabía con certeza es que su oxidada silueta, aquello que fue y aquello que es, también formaba una parte de mí, y había venido a buscarme.

Mis HistoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora