Eres mi mascota || Jungkook [EDITANDO]

T R E S

Era muy pequeño cuando se dio cuenta de que no iba a recibir una familia.

Cuando la primera familia que le asignaron lo devolvió al orfanato, lo superó, cuando la segunda familia lo abandono, también lo aceptó, pero cuando su tercera familia murió, se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás.

~«¿Por qué duele tanto? 

Porque fue verdadero»~

Después de terminar de poner sus pocas cosas en ese gran armario, pegó su espalda a este y se dejó caer 

Aun tenía tanto que pensar.

Se sentía como si estuviese sido tragado por un mundo desconocido, con sus manos apartó su largo cabello de sus ojos y su mirada se movió a la lampara que estaba encendida al lado de la cama.

Se sentía incorrecto, fuera de lugar, desplazado.

Como si ese no fuera el mundo en el que nació.

Sin mediar palabra alguna, solo soltó un sollozo siendo este la prueba de la frustración que sentía, quería escapar, salir lo más pronto, no importa donde, sentía que las paredes le aplastaban.

Se levantó del suelo, mirando a sus pantalones, viendo el contraste que él hacía con la habitación. Él estaba vestido con trapos viejos, con su cabello tan largo que parecía de una mujer, y era tan delgado en ese lugar. Apartó su cabello una vez más y de una vez por todas decidió salir y acatar la orden de la muchacha que lo esperaba, salió de la habitación y comenzó a dirigirse a las escaleras, mirando todo a su alrededor, parecía que con solo tocar el piso con la suela de sus zapatos lo estaba ensuciado en gran manera.

Había uno que otro cuadro en esas paredes color marrón pálido, pero lo que más llamó su atención sin duda fue aquel pequeño trozo de papel con un dibujo de al parecer un pequeño en un marco de vidrio colgado en la pared. Sin mediar en el, solo apresuró su paso.

Su nariz estaba tapada por su lloriqueo anterior, se sentía algo débil pero estaba tan ansioso que eso poco le importaba.

—Jeon JungKook—El nombrado paró su andar y se quedó estático, ni siquiera se había dado cuenta de que ya había llegado—Sientate.

El flacuchento solo siguió la orden y se sentó en una silla sin mediar palabra.

—Te lo dije—Dijo la muchacha—Odio eso, mírame el rostro.

JungKook levantó su visión hasta el rostro de NiSun, quien se quedó sin palabras al ver el rostro del chico.

Su rostro pálido, sus labios resecos, sus ojos apenas visibles por su cabello largo y maltratado, ojeras que se veían levemente, era un desastre.

Hizo una mueca frunciendo sus labios y sus ojos—¿Por qué estás tan descuidado? Los demás en el orfanato no estaban así...

—No... Lo sé...—Susurró.