Enero 2014. Alemania, Berlín
El agudo chirrido del tren llegando a la estación me despertó de mi trance mientras intentaba descansar los ojos en la banca en la que descansaba incómodamente. Estaba agotado y fatigado, tal vez podría ser por el vuelo de una hora de Londres a Berlín, o el tener que acostumbrarme a otro idioma en mis oídos; pero no… Lo que más me ha cansado es el tener que usar 5 trenes para llegar a mi destino. Cada uno en una estación diferente, bajando y subiendo con un sinfín de personas, cada una de ellas con rostros ilegibles inmersos en sus pensamientos.
El timbre que indicaba que mi tren había llegado y estaba listo para partir me hizo levantarme para caminar rápidamente a la puerta antes de que me dejara.
Al llegar busque mi numero de asiento, era extraño como todas las personas me miraban, eran muy serios, con mascaras en sus rostros ocultando cualquier emoción.
“Por fin” pensé para mi mismo al llegar a mi asiento. Era reconfortante poder recostarme en un lugar cómodo por un momento. Mis parpados estaban cansados, en cualquier instante me entregaría a los brazos de Morfeo.
Abrí mi ojos y me encontré con un hermoso lago, lleno de vida, un paraíso de paz y equilibrio. El césped era tan verde y el cielo no podía estar más azul, la claridad era algo que se apreciaba con facilidad. Todo parecía una clase de pintura, solo al dar un paso en ese césped me di cuenta de que así era. El oleo se escurrió por mis zapatos, dejando manchas por toda mi ropa. No me importo, era mágico todo el lugar. Corrí y observe la belleza absoluta de aquella escena.
Divagando por el mundo de arte que había creado, algo llamo mi atención. La melodía. Ahí estaba resonando en mis oídos. Que perfección, la ejecución era tan limpia, sin error alguno. Busque y busque en el paraíso en el que me encontraba, chocando con árboles que se desvanecían con mi tacto. Todo iba perdiendo color, volviéndose gris, sin gracia alguna y desvaneciéndose, todo se chorreaba a mí alrededor. En el desastre de la pintura mis ojos captaron un rostro, es ella, la ejecutante de la mágica melodía se desvanecía frente a mí, coloqué mis manos tratando de acunar su rostro, pero eso solo empeoro las cosas, dejando una mancha negra en su lugar…
Me desperté agitado y exaltado por aquel sueño, la frustración de casi descubrir a la ejecutante de tan extraña y misteriosa melodía me estaba volviendo loco. ¿Será solo alguien imaginaria o ella existirá de verdad? Esa pregunta me hizo dar cuenta de mi razonamiento tan fuera de lugar. Styles… ¿Qué estas pensado? Es solo un sueño, me recuerda mi subconsciente. Un pitido agudo me saca de mis pensamientos haciéndome saber que – por fin – había llegado a mi destino.
Al bajar del tren me encontré rodeado personas. Perdido en el mar de gente trate de pedir ayuda o indicaciones, solo me ignoraban. Lleno de frustración me decidí por preguntarle a una joven ojiazul, blanca como la nieve
- Emm… Disculpe - ¿Cómo se decía ayuda en alemán? Estoy jodido – Yo… necesitar ayuda
- ¿Was?1“¿Qué?” – pregunto confundida por mis palabras – ¿Order? “¿Está bien?”
- ¿Qué? – respondí con otra interrogante, esta falta de conocimiento del lenguaje me está molestando – Yo no hablar Alemán – Hablar… Ich “Hablar”… ¡Ich spreche kein Deutsch!“¡No hablo alemán!” - ¡Ich spreche kein Deutshc!
Al pronunciar esas palabras la chica de ojos claros asintió aliviada, acto siguiente me sonrió
- ¿Inglés?2 – Al escuchar mi idioma asentí aliviado – Hola – me sonrió tímida – ¿Necesitas ayuda en algo?
- Si, de hecho, estaba tratando de encontrar la salida… - le respondí caminando para evitar ser llevado por la corriente – Por cierto, ¿tu nombre es?
- Herta, Herta Müller – me ofreció la mano que rápidamente acepte – Oh, y la salida es derecho, de hecho hay un letrero que lo indica pero este gentío no deja ver nada, más que sus tristes rostros. – me respondió con cierta gracia en su voz
- Harry, Harry Styles – respondí rápidamente – Gracias por las indicaciones… ¿Herta? – ella asintió respondiendo mi duda
- Un placer – me respondió mientras desaparecía entre la multitud antes de que pudiera decir algo más
Y así seguí mi camino hacia la salida, acompañado de mi maleta. La suerte es que solo debía llevarla porque lo demás fue enviado antes de mi viaje.
Aspire aire fresco al salir, se podía observar una pequeña colina que nacia en el horizonte por la entrada de la estación, el lugar era hermoso, y agradecía – a pesar de tener que tomar 5 trenes… - que estuviera legos del ruido y estrés de la capital Berlín.
Interrumpiendo mi visión y calma un señor no mayor de los 40 años de edad se acerca a mí con un cartel en el cual se puede leer “Sr. Harry Styles”, de inmediato supe que era el chofer que me llevaría a la casa de la “Srta. Springer”. Ella fue una muy buena amiga de mi padre, y de mi madre igual. A pesar de no conocerla muy bien me parece bueno el gesto de permitirme hospedarme unos meses en su hogar.
Al observar el auto en el que me iría me di cuenta de la posición “económica” de la familia Springer. Era un auto clásico autentico, cuidado y reluciente; parecía sacado de una de esas renombradas revistas autovilísticas – publicaciones que no frecuentaban mucho en mis listas de lecturas. –
El viaje a la residencia Springer fue muy placentero, gracias al paisaje que podía observar desde mi ventana. En verdad era hermoso, era una naturaleza tan viva se podía apreciar cada color, cada pequeño detalle. Creo que no será tan malo estar lejos de casa. Tal vez aquí pueda empezar de nuevo.
1Was: El texto estará escrito en el idioma Alemán cuando sea necesario resaltar la diferencia del lenguaje o una aclaratoria de significado se encerrara en comillas (“”)
2Harry Styles, por ser de origen inglés habla inglés. En la novela se escribirá en español. Pero se hara referencia a su idioma de origen: Inglés
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La Pianista: La música nunca para (Harry Styles)
Fanfiction“Yo soy el piano, tú la pianista. Yo el escritor y tú la tinta. Eres mi realidad y yo la tuya”