Capítulo III

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Al llegar a la residencia mis ojos se quedaron abiertos por mucho tiempo al ver esa enormidad de hogar. Elegancia se podía ver tatuada por todas partes una vez que las rejas de la residencia eran abiertas.

Sin duda era un  hogar hermoso… que digo mansión. Era espectacular la decoración. La fachada era de un color blanco, los rayos del sol hacían que brillaran con gran intensidad. El jardín era hermoso, todo estaba de un color tan vivo que se podría decir que fueron pintadas todas las flores a mano. Era como estar en una película antigua. Parecía una casa de porcelana.

Al bajarme del auto me dirigí a la puerta principal – enorme por cierto – que fue abierta amablemente por un hombre, que supongo que sería el mayordomo. Este mismo hombre me acompaño hasta la recepción. Era majestuosa, del techo colgaba una araña de cristal completamente perfecta, el suelo blanco completamente pulido permitía ver mi reflejo sin problema alguno. Al dirigir mi mirada hacia las escaleras de caracol – perfectamente limpias por cierto – pude observar a una mujer impecablemente vestida, con una sonrisa en el rostro completamente genuina, ni un rastro de ironía o hipocresía. Vestía un vestido de flores al estilo vintage. Me causo cierto aire maternal, era adorable. Su cabello castaño claro estaba recogido en un moño, algunos cabellos rebeldes se escapaban de su peinado.

-Tú debes ser Harry ¿no? – pregunto alegremente mientras se dirigía hacia mi –

-Si, un placer ¿Srta. Springer? – pregunte dudoso mientras ofrecía mi mano que fue recibida con entusiasmo –

- Sí, soy yo, pero no me llames de esa manera – dijo aclarando mi duda – Mejor llámame Annabel.

-Muy bien, Annabel, puedo decir que posee un hogar hermoso – dije tratando de sacar tema de conversación –

-¿Si?, Gracias – pronuncio sin aires de superioridad – Y, ¿cómo esta Anne? – pregunto curiosa – La última vez que hable con ella fue… - dijo tratando de recordar – Si… lo tengo, fue cuando nos pusimos de acuerdo con tu estadía aquí

-Ella está bien, extrañándome supongo, igual que yo a ella – dije con una sonrisa al recordarla, tengo que llamarla cuando pueda, debe estar algo preocupada –

- Si, después del accidente de Des ella estuvo algo deprimida, me alegra que lo haya superado – pronuncio con una sonrisa ¿No le dolerá sonreír tanto? –

-¿Quieres conocer la casa? – pregunto entusiasmada –

-Sí, claro, sería un placer – ella aplaudió entusiasmada –

-¡Excelente! – al mostrarse tan entusiasmada y alegre no pude evitar sonreír – No viene mucha gente a la casa debido a… - se calló antes de terminar –

-¿Debido a? – pregunte curioso –

-A nada – respondió algo cortante. Al notar su incomodidad con el asunto, deje el tema de lado y empezamos con el recorrido –

El recorrido fue largo, había una infinidad de habitaciones, todas perfectamente decoradas, el comedor era espectacular, tres arañas de cristal colgaban en toda la habitación y una mesa larga de madera semi-oscura ocupaba el centro de la habitación, un ventanal enorme se daba lugar en el medio de la pared hacia la derecha, este daba la entrada hacia al jardín trasero, a lo lejos se podía observar un  lago, creo que podría ser un buen lugar para liberar la creatividad en el escrito. Hubo al que llamo mi atención una puerta de madera oscura, con un marco dorado que permanecía cerrada, y que no habíamos abierto en el recorrido

-¿Y esa puerta? – pregunto señalándola –

-Están remodelando adentro – dijo algo insegura – ¿no quieres ver el jardín trasero?

-Bueno, por supuesto – pronuncie algo desanimado –

-Bien, sígueme – dijo con la misma sonrisa alegre que la caracterizaba – Este jardín es mi orgullo, trabajo en él noche y día – pronuncio abriendo una puerta que dejaba ver el jardín del cual me hablaba.

Wow… Eso se podría interpretar como el propio Edén. Era impresionante, era hasta mejor que el principal. Flores de todos colores y tamaños decoraban en el jardín, al seguir caminando podías observar distintas formas, una de ellas llamo mucho mi atención, era una nota musical. Era muy hermoso como tomaba esa forma y las flores que le pusieron como decoración daban un contraste perfecto.

-Y… ¿Qué opinas? – pregunto con ojos curiosos –

-Es hermoso, no tengo palabras – dije sincero –

-¡Gracias! – dijo entusiasmada – Bueno, supongo que debes estar algo cansado, ¿no es así? – asentí a su pregunta con énfasis, dejando escapar un bostezo de mis labios -  lo supuse… Y mírame a mí arrastrándote por toda la casa cuando tu lo único que quieres es dormir – dijo con gracias en su voz -  Bueno te llevare a tu habitación

-Gracias, y debo decir que su hogar es aún más hermoso de cómo se ve por fuera – Ella me agradeció con una sonrisa. Es definitivo, las sonrisas son algo involuntario en ella – Oh, por cierto, mi madre me menciono de que tenía una hija… ¿Anna? ¿Hanna?

-Emma, y… ella no está aquí – dijo algo seca, borrando su sonrisa anterior – Salió a la ciudad – añadió para hacer más convincente su respuesta, cosa que no logro - ¿Seguimos?

-Claro

Devuelta en el interior de la casa revise mi reloj, eran las cinco en punto. Casi instantáneamente algo llamo mi atención, ese sonido tan familiar, ese sonido que me tenía soñando despierto está ahí, resonando en mis oídos. La melodía.  

La Pianista: La música nunca para (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora