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Biip, biip, biip...
Era el molesto sonido de una alarma. Ayano alzo su mano que tenía dentro de sus cómodas cobijas, apretando un botón en la parte superior, apagándolo.
Se sentó en la orilla de la cama, talló sus ojos con sus manos para ponerse sus pantuflas, hoy era sábado lo que significa que no habría clases, probablemente iría a la plaza, algún parque o simplemente se quedaría en casa viendo una buena pelicula comiendo palomitas de maíz. Un buen fin de semana para ella.
Se dirigó a la sala y observo que habian cartas arriba de la alfombra, alparecer y el correo llego más temprano. Revisó las cartas, recibos de las tarjetas de crédito, propagandas y una carta de su mamá
" Querida Ayano: Estamos muy lejos de casa mi niña, se que papá y yo habíamos dicho que nuestro viaje era de tres semanas... pero las cosas se complicaron un poco, se tendrá que alargar un poco el viaje cariño, te seguiremos dando dinero en tu tarjeta, te extrañamos mucho
Con amor, mamá"
Ayano le tomo poca importancia a la carta, asi que la dejó arriba de la pequeña mesa de el salón, fue a la cocina y se preparo el desayuno
[...]
Tres de la tarde, Ayano ya había echo los deberes de la casa, ya estaba lista para darse una ducha, era un día agradable y el clima era promedio, así que decidió salir a dar un paseo, prevemiante había elegido su atuendo, una playera corta a rayas blancas y negras, un short de mezclilla obscuro, tirantes negros, medias negras y sus tennis favoritos.
Después de la ducha se vistió tal y como lo había planificado, se veía bien. Ayano, para cambiar esa aburrida coleta se dejó su cabello suelto, se miro a un espejo
-No me veo mal...-dijo la joven-
En la sala tomo las llaves, algo de dinero, su teléfono y todo eso lo acomodo en su bolso, apagó la pequeña vela aromática que estaba arriba de la chimenea, salió de su hogar y cerró la puerta.
[...]
Después de caminar paró en una pequeña plaza y se sentó en un banco, compró un helado y miró a la gente pasar.
-Onii-chan, ¿me compras ese oso de peluche?
-Hanako, ya tienes cinco de esos...
-¡Osana!
-Osana tiene razón...
Al escuchar esa voz familiar giró su cabeza, era aquel chico de ojos grises... era Taro Yamada, acompañada de su irritante amiga Osana Najimi y una chica de estatura pequeña, algo parecida a Taro. Taro se aserco a aquel banco, Ayano se levantó rápidamente.
-Hola Ayano -sonrio Taro-
-H-hola Taro -sonrio con una sonrisa torpe-
-¿Qué haces por aquí?
-El día es agradable, así que salí a dar un paseo -sonrio un poco sonrojada, a Taro le pareció tierna Ayano-
Pero dos chicas se asercarón, una era Osana Najimi y la otra era la hermana menor de Taro.
-¿Quien es ella nii-san? -dijo la pequeña pelinegra abrazando el brazo de su hermano mayor-
-Es una amiga, Ayano ella es Hanako, Hanako ella es Ayano
-Hola -dijo Ayano un tanto seria-
-¡Hola! -dijo la niña sonriendo y dandole un rápido pero tierno abrazo-
-¿Es esa chica fría? -dijo Osana con cierto fastidio-
-Su nombre es Ayano -recalcó Taro-
-Me... me tengo que ir -interrumpio Ayano, para no incomodar- un gusto hablar contigo Taro y conocer a tu hermanita
-¡El gusto es mio, eres muy linda! -le siguió Hanako-
-Por cierto Ayano-chan, te vez muy bien así -sonrio este, sonrojando a Ayano, ¿cuántas sonrisas pasarían para que Ayano se siga sonrojando?-
-E-eres muy amable...
-¿Verdad Osana-chan? -miro a su mejor amiga-
-Da igual...-dijo la chica mirando a otro lado, debía de admitirlo, Ayano se veía realmente bien-
-Nos vemos -el chico beso en la mejilla a Ayano, sentía una chispa en su interior, ¿que es esto?, esto no lo había sentido antes- . . . . .
