Te sentías débil, te sentías torpe... Te sentías impotente al dejarte caer apenas habías cerrado la puerta, abrazando las rodillas a tu pecho mientras pensabas en todo lo que había pasado desde que habías llegado a esa maldita escuela de pesadilla... El oso bicolor, el tener que asesinarse unos otros, el no ser descubierto para poder "graduarse"... Maizono Sayaka y Leon Kuwata... La maldita ejecución de Leon todavía te helaba la sangre, escalofríos recorriendo tu cuerpo mientras evitabas pensar en lo doloroso que debió haber sido morir de esa forma, fallando considerablemente en esto... Chihiro Fujisaki y Mondo Oowada... ¿Cómo era posible que la fortaleza y la debilidad tomaran un papel tan importante cuando se trataba de la vida de una persona? ¿Cómo era posible que el simple revelar secretos hubiera llevado a todo eso? ¡Qué tú hubieras preferido una y un millón de veces decir tu secreto cuando Ishimaru lo había sugerido! ...Debiste haberlo apoyado... Debiste... Tú debiste...
... No podías simplemente dejarlo así... ¡No! Ishimaru necesitaba de ti... Y tú necesitabas todavía más de él.
Sin saber cuánto tiempo llevabas exactamente en tu habitación te pusiste de pie, no podías dejar nuevamente que el ser fuerte o débil cambiara el rumbo de aquella historia, tú le ayudarías, él te ayudaría, tarde o temprano... Saldrían de ese lugar.
-¡Ishimaru!- sabiendo que probablemente sería una palabra al aire gritaste, motivada por tus propios pensamientos, por las palabras que él quizás te hubiera podido ofrecer antes de caer en ese estado. Giraste el picaporte de la puerta tan rápido como podías, mirando de un lado a otro tomándole mínima importancia a si la dejabas abierta o no, buscándole, deseando encontrarle... Yendo directamente a la habitación de Makoto, necesitabas hablar con él, con ambos, una vez más intentar hacer algo por Kiyotaka, él había hecho tanto por ti, ¿Por qué no hacer algo por él? Brindarle un poco, sólo un poco... De esperanza.
Tomaste una gran respiración llenando tu pecho del aire fresco del lugar, levantando tu mano para tocar cuando...
... Hubo un grito, un gran estruendo que llamó tu atención, haciéndote girar antes de golpear la puerta hacia donde creías haber escuchado esto... Si tus sentidos no te fallaban en ese momento, perfectamente podías asegurar que había provenido del lugar en el cual estaba Alter-Ego...
... Alter-Ego...
... Ishimaru... Ishimaru había dicho que quería verle... Y ahora... Intentando agrupar un par de cosas en tu cabeza dejaste de lado el golpear a la puerta de Naegi, dándote la vuelta para toparte con la mirada sorprendida de Kirigiri, quien todavía permanecía bastante cerca de dónde tú estabas, como si en ningún momento se hubiera alejado de este lugar... Su mirada estaba sorprendida, luego... Luego sólo estaba intrigada, llevando su mano hasta debajo de su barbilla para acariciar esta con su siempre templado rostro, le observaste por un segundo, como comenzaba a andar su camino hacia donde Alter-Ego se encontraría moviendo su pie cubierto por la bota de cuero negro... Y sólo moviéndolo, pues antes de que este pudiera tocar el suelo de nuevo un muy diferente Ishimaru había dado la vuelta por el pasillo, saliendo desde la cocina sus pisadas eran demasiado fuertes como para no ser notadas, con los puños cerrados su mirada ardía en llamas y había una sonrisa que no podía demostrar ningún sentido apacible.
-¡______-chan!- exclamó, levantando su dedo hacia a ti pasando por un lado a la muchacha de cabellos y ojos lavanda, como si no la hubiera visto o no le importara en realidad -¡Le he visto! ¡Él ahora forma parte de mí!- declaró, sus palabras eran tan confusas mientras sin perder la sonrisa caminaba hacia a ti con un pie delante de otro, ya había bajado su mano y su mirada no mostraba más que la de un depredador, la bestia que acababa de ver a su presa -... Y es nuestro jodido deber hacer que todo vuelva a ser como mierdas hubiera sido antes de su partida...-
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Agradable Locura Temporal ("Kiyondo Ishida" x Reader)
FanfictionResumen: Te enamoraste un molesto monitor de pasillo de cabello negro, un monitor de pasillo que con su entusiasmo y fuerza te había hecho creer en la existencia de una esperanza incluso en ese lugar de desesperación ... Sin embargo, ahora... ¿Qui...