¡BEEP BEEP RICHIE! ||Richie Tozier y tú||

Dime que aún eres mi bebé

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POVs Ben

No he podido dejar de pensar en Beverly, en su cabello, en su aroma, en su sonrisa...
Es perfecta.

Ella jamás se fijaría en alguien como yo, en un niño gordo.
Tal vez los niños gordos están destinados a amar en secreto a niñas lindas como ella.

Recordé la carta que Bill le escribió aquel día a ____...

Tal vez sería buena idea hacerle una a Beverly, solo que yo no necesitaba de ningún libro de poesía para escribirle algo.

Aún así iría a la biblioteca, porque necesitaba investigar un poco más sobre Derry, ese tema aún no había cesado.
Tomé mi bicicleta y me encaminé en dirección a la biblioteca.

Al llegar, entré sin rodeos y empecé a escribir.

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POVs _____

-¿Y sabes algo? ____, yo creo que tú le gustas a...- empezó a decir Eddie.

-_____, el almuerzo está listo.- dijo mi padre desde abajo.

-Claro, papá. Mis amigos almorzarán aquí.- le respondí desde acá.

-¿Qué decías?- dije dirigiéndome a Eddie quien parecía pensativo.

-¿Yo? Eh, nada.- dijo volviéndome a ver.

¿Ah? Hubiera jurado que estaba por decir algo.

-¿Seguro?- pregunté extrañada.

Él se limitó a asentir rápidamente.
Ok...

-Bueno... Vamos abajo para comer.- dije e hice una seña para que me siguieran.

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POVs Ben

Cuando acabé de escribir el poema, estaba apunto de iniciar con los libros de historia de Derry que me faltaban de leer.

Pero escuché algo y volteé la vista, había un globo rojo flotando.

Y no había nadie cerca que pareciera ser el dueño, ni nadie se percataba de la presencia del globo.
Pareciera como que no estaban allí, pero lo estaba.

El globo empezó a bajar por las gradas, yo lo estaba siguiendo.

No parecía haber ninguna corriente de viento ni nada por el estilo que empujara el globo, se estaba moviendo total y completamente solo. Esto no tenía sentido alguno.

Bajé las escaleras y había una es especie de cuarto lleno de información de la biblioteca, supongo.

Me volteé y había una persona con un cartón de huevos, avanzando de manera lenta.
Pero, ¡Por Dios! ¡No tenía cabeza!

¿¡Ke eztá pazando Doktor García!?
Okno.

Diablos, tengo que reaccionar. Pero me sentía paralizado, Eso empezó a aumentar considerablemente su velocidad, acercándose más a mí.

A estas alturas ya no tenía más opción que correr lo más rápido que pudiera, y eso fue lo que empecé a hacer.

Me golpeaba con los estantes, y hasta botaba algunas cosas, pero no me importaba.